El último informe de la inteligencia británica sobre la guerra de Ucrania vuelve a poner en entredicho la capacidad de Rusia para hacer frente a una invasión que este martes cumplirá tres meses. Según sus cálculos, en estos casi 90 días, Putin habría perdido tantos soldados como perdió en los 9 años que duró la guerra en Afganistán, una estimación escalofriante que llega justo cuando el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, advierte de que el conflicto entra "en su fase más sangrienta".
Latest Defence Intelligence update on the situation in Ukraine - 23 May 2022
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— Ministry of Defence 🇬🇧 (@DefenceHQ) May 23, 2022
"Una combinación de malas tácticas de bajo nivel, cobertura aérea limitada y falta de flexibilidad ha llevado a esta alta tasa de bajas, que continúa aumentando en la ofensiva de Donbas", explica el Ministerio de Defensa del Reino Unido en su último parte diario. Además, la inteligencia británica advierte de que "a medida que las bajas sufridas en Ucrania continúen creciendo, la insatisfacción pública con la guerra puede aumentar", lo que vendría a debilitar aún más la posición de Putin.
Sin medios para hacer frente a la guerra
Este demoledor informe se suma así a la larga cadena de errores que, según Reino Unido, Rusia estaría cometiendo desde el inicio de la guerra, tal y como ha venido señalando en sus partes diarios. Sin ir más lejos, este fin de semana, el Ministerio de Defensa británico aseguraba que Putin podría estar sufriendo escasez de drones de reconocimiento, una herramienta fundamental para identificar objetivos que posteriormente atacan los aviones de combate o artillería.
"Si Rusia sigue perdiendo drones a la misma velocidad, las fuerzas rusas de inteligencia, supervivencia y capacidad de reconocimiento pronto resultarán degradadas, impactando negativamente en la efectividad de la operación", advertía.
El adiós de Putin, en 2023
El alarmante retrato que dibujan estos datos coincide, además, con el artículo publicado por el exjefe del Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido Richard Dearlove, en el que asegura que Vladimir Putin se verá obligado a dejar la presidencia rusa 2023, debido a sus problemas de salud. "Creo que se habrá ido para 2023, pero probablemente al sanatorio, del cual no saldrá como líder de Rusia. No digo que no saldrá del sanatorio, pero ya no volverá como líder de Rusia. Esa es una manera de avanzar sin un golpe", advierte.
El exfuncionario corrobora así las versiones que hablan sobre un diagnóstico de cáncer de tiroides, que le tiene bajo vigilancia médica las 24 horas del día. Además, también se ha especulado con la posibilidad de que sufra Parkinson, ya que son varios los vídeos en los que se perciben movimientos involuntarios en sus extremidades.
Según Dearlove, su sustituto sería Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y uno de los hombres de mayor confianza de Putin. Sin embargo, el exjefe de la inteligencia británica cree que "no hay un plan de sucesión" y que el régimen está empezando a caer: "La economía es un desastre, las sanciones van a empezar a hacer mella en los próximos tres o seis meses, habrá una inflación muy alta y, además, militarmente es un completo fiasco".
Otro ex espía lo corrobora
Este fin de semana, otro ex espía del MI6, Christopher Steele, advertía igualmente de que Putin está perdiendo el control del poder debido a su maltrecho estado de salud y que está dejando al Kremlin en una situación de "creciente desorden y caos" a medida que avanza la ofensiva en Ucrania.
Steele, que estuvo destinado en Rusia, asegura que Putin tiene que hacer pausas periódicas para recibir tratamientos médicos y que efectivamente "no hay un liderazgo político claro" en Moscú.