
Uno de los mecanismo utilizados por Alemania y otros países de la OTAN para suministrar de forma rápida ayuda militar a Ucrania ha sido animar a los países del este a ceder su viejo material soviético, con el que el Ejército de Kiev estaría familiarizado, a cambio de material occidental. Sin embargo, mientras Berlín no termina de apagar las críticas desde Ucrania por la tardanza en el envío de armamento pesado, se ha tenido que enfrentar esta semana a nuevas acusaciones desde Polonia, cuyo primer ministro acusó al Ejecutivo alemán de romper sus compromisos.
Tras un acto en el Foro de Davos, el presidente polaco, Andrzej Duda, aseguró que se sentía muy "decepcionado" con Alemania por "incumplir" sus promesas de envíos de blindados para sustituir los que ellos están enviando a Ucrania. Duda afirmó que habían proporcionado a Ucrania "una gran cantidad de tanques" pese a que "debilitaría el propio potencial militar" polaco con la esperanza de recibir Leopard alemanes de última generación. Sin embargo, según Duda, Alemania "no ha cumplido esta promesa y francamente estamos muy decepcionados".
Desde Alemania, un portavoz del Gobierno se apresuró a responder a Duda alegando que no había un compromiso en firme. Explicó que Polonia pidió participar en el mecanismo de intercambio puesto en práctica con países como la República Checa, que ha recibido 15 viejos modelos Leopard-2. "Se les dijo que sí, en principio, pero que tendríamos que mirar qué les podríamos suministrar", indicó.
Unos días antes de que Duda hiciera público su enfado con Alemania por "romper su palabra", la prensa alemana adelantó el conflicto que se estaba gestando entre Berlín y Varsovia por el intercambio de armamento. Las conversaciones entre ambos países habían llegado a un punto muerto: Polonia, tras haber entregado a Ucrania 240 blindados T-72 soviéticos, aspiraba a la última versión de los carros de combate Leopard con el argumento de que cualquier otra cosa dejaría debilitado al Ejército polaco. Desde Alemania, sin embargo, se dijo que no era posible: el propio Ejército alemán, tras años de casi nulas inversiones, sólo dispondría de 50 ejemplares del último modelo de este tipo de vehículo.
En los últimos días se han sucedido las acusaciones de cargos polacos quejándose de las promesas rotas de Alemania y lamentando que aunque se les dijo que se les fortalecería su capacidad de defensa, "no han hecho nada". No es, sin embargo, la primera vez que a lo largo de esta crisis se han lanzado críticas desde Varsovia a Berlín: nada más comenzar la invasión, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, habló del "egoísmo" alemán ante la crisis.