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Schroeder "tortura" al socialismo alemán

El excanciller alemán ni se presentó al proceso que ha emprendido su partido para expulsarlo después de pedirle durante meses que se fuera sin éxito.

El excanciller alemán ni se presentó al proceso que ha emprendido su partido para expulsarlo después de pedirle durante meses que se fuera sin éxito.
El ex canciller alemán Gerhard Schroeder | Europa Press/Archivo

Tras meses de reproches y descalificativos cada vez más airados contra el ex canciller alemán Gerhard Schroeder, el partido del que fue líder, el SPD, arrancó este jueves el proceso para expulsarlo. El ex canciller ha hecho oídos sordos a la petición de sus aún compañeros para que se vaya después de que instituciones de todo tipo hayan renegado de él por sus lazos con el Kremlin y su tibieza con su amigo Vladimir Putin. El jueves, no se presentó a la primera sesión en Hannover para decidir sobre las múltiples demandas de expulsión presentadas por distintos distritos y delegaciones del partido. Tampoco envió a un abogado para que le representara.

El partido se enfrenta ahora a un farragoso y largo proceso sin garantías de que finalmente Schroeder sea expulsado y que podría prolongarse años. Para la expulsión, tienen que demostrar que el excanciller ha vulnerado los estatutos del SPD, provocando un perjuicio con sus declaraciones. Juristas sostienen que no será tan fácil demostrarlo.

Entre tanto, el canciller sigue desafiando a sus detractores con declaraciones como las que hizo hace unos días al Frankfurter Allgemeine Zeitung. Afirmó que que no pensaba dejar de hablar con Putin y cuestionó el envío de armas a Ucrania, que tantos quebraderos de cabeza le ha provocado a Olaf Scholz: en unas declaraciones que podría firmar cualquier miembro de Podemos, Schroeder dice que no cree en soluciones militares y que la guerra sólo acabará "mediante negociaciones y diplomacia". "El destino de los soldados y los civiles ucranianos sólo se resolverá mediante vías diplomáticas", recalcaba el ex canciller, que antes de la invasión señaló a Ucrania, que hace unos meses exculpó a Putin de la masacre de Bucha y que decidió emprender, sin conocimiento de su propio gobierno, un polémico viaje a Moscú para mediar con Putin.

Schroeder, el artífice de la política energética alemana y los lazos con Rusia junto a Angela Merkel, se convirtió en consejero del consorcio NordStream, el gasoducto que conduce el gas ruso hasta suelo alemán, nada más dejar el cargo. Hace unas semanas, renunció a otro puesto acumulado en estos años de cercanía al Kremlin, el de consejero de la petrolera estatal Rosneft, cuando la UE planteó la posibilidad de sancionarlo.

El SPD ha intentado en estos meses tomar distancia de Schroeder con declaraciones cada vez más duras, las últimas del ministro de Sanidad, el socialdemócrata Karl Lauterbach, que ve su comportamiento "imperdonable". Algunos análisis sobre la deriva de Schroeder y de sus relaciones con sus antaño aliados afirman que el canciller parece "disfrutar torturando" a sus compañeros.

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