La ciudad de Jersón es desde hace semanas uno de los objetivos estratégicos prioritarios para el Gobierno de Kiev, dentro de su campaña para tratar de recuperar las zonas de Ucrania que están bajo control de los invasores de Rusia. El objetivo ucraniano era conseguir recuperar toda la zona del país al oeste del río Dniéper y ésta es la última zona que le falta para poder alcanzar dicho propósito.
La pérdida de esta localidad supondría un duro golpe para los rusos. Por un lado, porque vuelve a confirmar que los ucranianos siguen manteniendo la iniciativa de la guerra, algo que empezó a pasar en septiembre con el colapso ruso en el frente de Jarkov. Por el otro, por la carga simbólica que tiene el hecho de que pierdan la primera gran pieza que se cobró Rusia en la guerra, pues la consiguieron ocupar al sexto día de invasión.
Difícilmente defendible desde hace semanas por los avances ucranianos en la zona, los efectivos rusos comenzaron hace días a trasladar a parte de sus unidades desplegadas en la zona a la orilla este del río Dniéper, además de a buena parte de la población de la ciudad. La duda de Moscú era si combatir en una batalla urbana para erosionar a los ucranianos, utilizando a su tropas como carne de cañón, o retirarse y emplear a esos militares para reforzar las defensas en la orilla este.
En las últimas horas, tanto fuentes prorrusas como ucranianas han confirmado que los rusos se han retirado de algunos de los puentes de control que tenían instalados en la ciudad, aunque todavía permanecen en otros. También coinciden en que algunas de las banderas que los efectivos del Kremlín colocaron en la ciudad han sido retiradas, mientras que otras todavía ondean en el lugar en el que fueron colocadas.
En las últimas horas, las autoridades ucranianas han afirmado que militares de su país han logrado tomar el control del edificio donde se encuentra la sede administrativa regional de Jersón, y que han colocado la bandera nacional de Ucrania en el mismo. Este hecho ha sido trasmitido a través de su canal en Telegram por el alcalde de Oleshky -una ciudad vecina al este del Dniéper-, Yevhen Ryshchuk.