
La invasión rusa de Ucrania provocó movimientos políticos bastante inesperados en Europa. Uno de ellos fue el anuncio de Finlandia y Suecia de que abandonaban su tradicional neutralidad, vigente desde hace décadas, y se postulaban como candidatos para incorporarse a la OTAN. Los dos países pactaron llevar a cabo la solicitud de ingreso, pero cada uno lo anunció entre abril y mayo pasado según los tiempos de sus respectivos parlamentos.
La petición de entrada recibió el respaldo de todos los países de la OTAN en la Cumbre de Madrid, aunque no sin complicaciones. Turquía quiso vetar estos ingresos porque considera que Estocolmo y Helsinki se han comportado en las últimas décadas como refugio para los terroristas kurdos del PKK (reconocidos como organización terroristas por la UE) y otras milicias kurdo-sirias armadas. Finalmente, tras mucho negociar, dio luz verde inicial al ingreso.
El procedimiento de ingreso en la OTAN dice que, una vez se ha hecho la votación inicial, todos los países deben ratificar individualmente su apoyo al nuevo ingreso de manera individualizada, ya sea aprobándolo en su Consejo de Ministros o en su Parlamento, según marque la ley de cada país. Y hasta ahora todos han ratificado la entrada de Finlandia y Suecia a la Alianza Atlántica salvo dos: Turquía y Hungría. Este segundo país es el mayor aliado de Turquía en el seno de la UE, y también de Rusia.
Este viernes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado que el país accede a ratificar el protocolo de adhesión de Finlandia a la OTAN, por lo que el Parlamento turco ya tiene vía libre para iniciar la votación. Lo ha hecho después de un encuentro con el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, que se ha desplazado a Ankara para despejar la situación después de meses de negociaciones entre ambos gobiernos.
La votación, según ha dicho, se llevará a cabo antes del 14 de mayo, cuando se celebran elecciones presidenciales en Turquía, en las que las encuestas no dejan claro si el mandatario podrá volver a repetir. Lo que sí está claro es que no habrá votación sobre Suecia. "Les hemos dado una lista con los nombres de 120 terroristas. Les hemos dicho que nos los entreguen. No es posible para nosotros abordar esta cuestión con Suecia de forma positiva si no los entregan", ha zanjado Erdogan.
Pocos minutos después de las palabras de Erdogan ha llegado la reacción húngara. El portavoz del Gobierno de Viktor Orban, Zoltan Kovacs, ha anunciado que el parlamento nacional, que lleva varios meses posponiendo las votaciones de ingreso de estos países, votará el próximo 27 de marzo el ingreso en la OTAN de Finlandia. De este modo, parece que se abre la vía para que Finlandia se convierta en el país número 31 que integra la Alianza Atlántica.
Hungría no dijo en Madrid que tuviese ninguna pega para el ingreso finlandés y sueco, aunque en los últimos meses se ha puesto de perfil. Según informa Europa Press, un reciente documento de Fidesz -el partido de Orbán- para justificar el último aplazamiento de la votación aludía a las negociaciones abiertas con la Comisión Europea, con la que Budapest mantiene un pulso recurrente a cuenta de los supuestos retrocesos democráticos y del consiguiente bloqueo de los fondos de ayuda comunitarios.