La primera ministra italiana Giorgia Meloni ha puesto en marcha un estado de emergencia nacional migratorio de seis meses, después de que 3.000 personas hayan llegado a las costa de Italia en los últimos tres días.
Meloni ha adoptado la medida, que se implementa en todo el territorio italiano, a propuesta del ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci. En principio contará con una dotación presupuestaria de cinco millones de euros.
Un problema de la Unión Europea
Musumeci ha declarado que la adopción del estado de emergencia "permite derogar algunas normas del ordenamiento vigente" y ha explicado que ha de ser tomada a nivel "nacional" porque "necesitamos ayudar a las regiones porque existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas".
Aún así, el ministro ha asegurado que la solución del problema "sólo está ligada a una intervención consciente y responsable de la Unión Europea" y ha insistió en que es muy importante que Europa "se dé cuenta de que no hay mucho tiempo".
El vicepresidente del Gobierno italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini, al asegurar que Italia es "absolutamente incapaz" de gestionar "mil llegadas diarias" de inmigrantes y que "es crucial que Europa despierte e intervenga".
"Lleva años charlando, pero nunca ha movido un dedo, y es hora de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no es sólo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Porque mil llegadas al día somos absolutamente incapaces de apoyarlas económica, cultural y socialmente", ha dicho Salivini.
Las llegadas de inmigrantes ilegales a Italia han superado ya las 31.000 desde el inicio de 2023, casi cuatro veces más que las cerca de 8.000 de 2022. 3.002 de estos inmigrantes han llegado en los últimos tres días, con un récord de 1.389 el pasado viernes, 7 de abril.