La presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, a unos 60 kilómetros de Jersón, ha sido destruida esta madrugada poniendo en riesgo a unas 80 localidades de los alrededores. Ucrania ha acusado a las tropas rusas del ataque mientras el Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania está dando indicaciones a la población para abandonar las zonas que podrían sufrir inundaciones.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, acusó hace meses a las fuerzas rusas -que controlan la infraestructura desde principios de la invasión- de colocar minas en las instalaciones con la intención de provocar una catastrófica inundación en las comunidades cercanas con el fin de frenar el avance de las fuerzas de Kiev.
Tras lo ocurrido, Zelenski ha llamado "terroristas" a las fuerzas rusas: "La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka únicamente confirma a todo el mundo que deben ser expulsados de todas las esquinas del territorio ucraniano. No debe dejárseles un solo metro, porque usan cada metro para el terror". "Sólo la victoria de Ucrania logrará que vuelva la seguridad, y esta victoria llegará. Los terroristas no podrán detener a Ucrania con agua, misiles o cualquier otra cosa", ha avisado.
El presidente ucraniano ha informado de que "todos los servicios están funcionando" y ha confirmado una reunión del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa. Por su parte, el ministro de Defensa ucraniano ha acusado a Rusia de causar "el que probablemente es el mayor desastre tecnológico en décadas" en Europa y poner "en riesgo a miles de civiles".
Moscú, por su parte, ha denunciado ataques ucranianos con misiles contra la prensa y ha señalado que la presa se ha derrumbado "debido a los daños", por lo que los territorios cercanos se están inundando". "La presa no aguantó, se derrumbó un soporte y comenzó la inundación", ha indicado una fuente a la agencia rusa TASS.