Los tractores desafían a socialistas y conservadores. Ese podría ser el resumen de la situación política actual en Holanda a menos de cuatro meses de la celebración de las elecciones generales. Tras arrasar en las elecciones provinciales del pasado mes de marzo, el Movimiento Campesino Ciudadano de Holanda, el BoerBurgerBeweging (BBB), está prácticamente empatado en intención de voto con los socialistas (PvdA-GL) y los populares (VVD) según los sondeos. No es de extrañar que muchos se pregunten cómo un partido campesino ha conseguido seducir a más de un millón y medio de holandeses en un país que apenas cuenta con unos 113.000 agricultores y ganaderos.
El BBB nació en el año 2019, poco después de que el Gobierno holandés de Mark Rutte (VVD) anunciase su intención de reducir en un 50% las emisiones de nitrógeno para 2030, un gas que emiten los fertilizantes y el estiércol del ganado (entre otras fuentes). Para ello, el Ejecutivo ha planteado reducir un tercio la cabaña ganadera y está dispuesto a comprar terrenos a los agricultores para reubicarlos o incluso expropiar explotaciones cercanas a entornos naturales protegidos. "La realidad es que no todos los agricultores podrán seguir con su negocio", dijo el Gobierno en junio de 2022.
Como representantes de "la voz de y para el campo", el BBB ha recogido el descontento de los agricultores y ganaderos holandeses, que llevan meses bloqueando autopistas, manifestándose con sus tractores y protestando frente a las casas de los políticos. También han colgado miles de banderas nacionales invertidas a lo largo de las carreteras y autopistas del país, lo que se ha convertido en un símbolo que algunos han comparado con los chalecos amarillos de Francia.
"No nos sentimos realmente escuchados, a veces ni siquiera nos sentimos bienvenidos en nuestro propio país", ha declarado en alguna ocasión Erik Stegink, presidente nacional del BBB y también criador de cerdos.
El ‘kBBBoem’ de las provinciales
Holanda es una de las mayores potencias mundiales en el sector agroalimentario. Además, su industria cárnica y su sector lácteo desempeñan un papel fundamental en las cadenas de suministro mundiales. Estas cifras resultan mucho más sorprendentes teniendo en cuenta que Holanda ocupa una superficie similar a la de Aragón y apenas un 1% de los trabajadores (113.000) se dedican al sector primario, según datos de la Oficina Central de Estadística a fecha del tercer trimestre de 2022.
El éxito de su productividad se debe a los invernaderos, la investigación y el desarrollo de nuevas técnicas, pero también al uso del nitrógeno como fertilizante. Mientras que España consume casi 61 kilos de nitrógeno por hectárea de cultivo, los Países Bajos superan los 99 kg/ha, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El peso económico de la agricultura y la ganadería, junto con el descontento de los ciudadanos de las zonas rurales hacia el actual gobierno holandés, fueron la causa de lo que De Telegraaf bautizó como el "kBBBoem" (BBBombazo) de las elecciones provinciales. El partido de los campesinos ganó los comicios con 1,4 millones de votos, casi una quinta parte del electorado. También consiguió quince senadores, mientras que la coalición de gobierno liderada por Rutte se quedó con 24 escaños en la Cámara Alta, la que tiene la última palabra sobre las iniciativas legislativas.
Triple empate según los sondeos
A principios de julio, Rutte decidió disolver su Gobierno por "diferencias insalvables" sobre política migratoria con sus socios de coalición. Después de trece años en el cargo, el primer ministro también anunció que no se volverá a presentar a las elecciones generales del próximo 22 de noviembre.
En este contexto convulso, aunque no desconocido para los holandeses, el movimiento campesino BBB se ha consolidado como la tercera fuerza del país con un 15,3% de intención de voto, a tan solo un punto de los socialistas y a dos de los conservadores liberales, según el último sondeo de Ipsos. Según esta misma encuesta, los conservadores de VVD obtendrían 28 escaños, los socialistas (PvdA-GL) conseguirían 27 y el BBB, 24.