Zelensky estará desde este martes en la Asamblea General de la ONU, en la que se dan cita los líderes de las principales potencias mundiales. Una presencia que coincide, además, con la decisión del Tribunal de La Haya de reabrir su causa contra Rusia por genocidio cuando a día de hoy, más de un año después, es imposible contabilizar los muertos.
En paralelo, se está produciendo otro fenómeno que escapa a ojos de la presión internacional: el secuestro de niños ucranianos por parte de Rusia. Aldeas Infantiles estima que 700.000 niños ucranianos están ahora mismo retenidos en territorio ruso.
"El Kremlin les ha cambiado el nombre, les ha hecho nuevos pasaportes y permanecen en lo que llaman campos de reeducación. Un verdadero crimen de guerra" en palabras del director nacional de Aldeas Infantiles en Ucrania, Lukashov Serhii, en declaraciones a Es la Mañana de Federico.
Hablamos de niños con padres, de familias de clase media. "Muchos fueron secuestrados en los primeros días de invasión, cuando trataban de huir por la frontera. Otros son bebés nacidos durante los bombardeos. En algunos casos aprovecharon que sus padres habían sido detenidos pero, también se han dado situaciones de amenazas a familias vulnerables de que si no enviaban a sus hijos a los campamentos rusos, se les iba a privar de la patria potestad".
9.500 menores localizados
Aldeas Infantiles ha logrado localizar a más de 9.500 niños, de los cuales 386 han logrado volver a su país. Esta misma semana, seis de ellos recalaron en el Tribunal de La Haya para dar cuenta de lo que han vivido en estos meses de cautiverio.
Iván, a sus 17 años, es uno de ellos. "He vivido experiencias muy duras desde que fui capturado cuando huía de un bombardeo en un hospital de Donesk. Mi infancia está rota para siempre".
Tras su visita a La Haya, contaba que estuvo meses en un cambio de refugiados, vestido con el uniforme del ejército ruso y en el que la imagen que se ofrecía de la guerra tenía el sello claro de la propaganda. Algo en lo que coinciden muchos de los adolescentes que han podido contar su historia.
"Reciben palizas y tienen que competir para comer"
"En estos campos de concentración que los rusos llaman de reeducación se encontraron con una actitud brutal", relata Sehrii. "Recibían palizas, tienen que competir para poder comer… Todo por pura propaganda, para crearles una imagen de que Ucrania ha caído en la guerra, que ya no hay esperanza para ellos".
En el caso de los adolescentes, que esta propaganda cale es más difícil porque, como dice el director de Aldeas Infantiles, "tienen sus propios recuerdos de lo que está pasando en Ucrania, se resisten e insisten en regresar. El problema viene con los más pequeños. Ellos no pueden resistir, están asustados y se limitan a obedecer".
Sólo dos ONG, en colaboración con la policía ucraniana, están ayudando a encontrar a estos niños. Pero, sin la ayuda internacional y sin la declaración oficial de crimen de guerra, su labor se hace muy complicada. "Necesitamos presión internacional, el crimen debe ser reconocido internacionalmente como tal y la actitud de varios países que cierran los ojos ante esta brutal violación de los derechos del niño es inaceptable, simplemente inaceptable"
Sólo los padres pueden ir a Rusia a reclamarles
Aldeas Infantiles trabaja desde la línea del frente y con gente local infiltrada que les ayuda con la labor de rastreo. Sin embargo, sobre el terreno, los únicos que pueden actuar son los padres, si tienen la suerte de que su hijo es localizado.
Esta ONG se encarga de ayudarles a preparar el viaje, la documentación y de prestarles asistencia psicológica y entrenamiento de cara a los múltiples controles policiales que se van a encontrar a lo largo de los 4.000 km de camino.
"Instruimos, alentamos y brindamos recursos materiales para que las madres y padres puedan recorrer ese camino hasta Rusia, que es complicado: se enfrentan a muchos puestos de control, muchas entrevistas, interrogatorios… Un camino difícil pero que en muchos casos está siendo posible".
El Tribunal de La Haya tiene emitida desde este año una orden de detención contra Putin por el traslado y deportación de estos niños ucranianos. Rusia sigue alegando, que se trata de una labor de evacuación para proteger a estos menores del peligro.