
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha destituido este lunes a la ministra del Interior, Suella Braverman, por criticar el "doble rasero" de la policía a la hora de tratar las protestas propalestinas en Londres. Su sustituto será el hasta ahora titular de la cartera de Exteriores, James Cleverly, y el puesto de éste será ocupado por el exprimer ministro David Cameron.
Braverman, posible candidata a ser la próxima líder del Partido Conservador, ha criticado en varias ocasiones las manifestaciones propalestinas, cuando no pro Hamás, que se han ido celebrando en la capital británica desde los atentados islamistas en Israel del 7 de octubre. La ya exministra había tildado las protestas de "marchas del odio" y "turbas", sosteniendo que los agentes de la Policía británica, además, se muestran "más indulgentes" con estos manifestantes que "con otros grupos".
Este mismo lunes, Sunak ha nombrado al sustituto de Braverman, James Cleverly, exministro de Exteriores, así como al sucesor de éste, David Cameron, que será nombrado lord por el primer ministro británico con el fin de entrar como parlamentario en la Cámara Alta –requisito para poder incorporarse al Ejecutivo, tal y como apunta Efe–.
Braverman dirá más "en su debido momento"
Los partidos de la oposición habían pedido la dimisión o destitución de Braverman por el artículo que publicó el jueves en el diario The Times, dos días antes de que tuviera lugar en Londres una manifestación propalestina. Fuentes del Partido Conservador indicaron que Sunak inició la remodelación para "reforzar su equipo en el Gobierno a fin de tomar decisiones a largo plazo para un futuro más brillante".
Tras anunciarse su destitución, Braverman declaró que "el mayor privilegio" de su vida ha sido el de servir como titular de Interior y agregó que tendrá "más que decir en su debido momento".
Según la BBC, su salida se produce en un momento en que el partido de Sunak sigue siendo profundamente impopular entre los votantes, y las encuestas sugieren que los conservadores se encaminan hacia una derrota electoral potencialmente catastrófica el año que viene.
