Ucrania lleva casi dos años tratando de frenar la invasión de Rusia. Un tiempo en el que, en primer lugar, fue capaz de evitar el intento de ocupación de prácticamente la mitad del país, para después ir recuperando terreno poco a poco. Aun así, el Ejército de Moscú todavía tiene en su poder una parte muy importante de cinco regiones ucranianas, lo necesario para haber creado un corredor terrestre con la también invadida –aunque en 2014– península de Crimea.
La resistencia ucraniana se está basando ya desde hace tiempo en la ayuda militar que le llega desde los países occidentales y algunos asiáticos. Principalmente desde Estados Unidos, pero también de los países de la Unión Europea. Sin esta ayuda, hace tiempo que el Gobierno de Kiev le habría resultado imposible dotar a sus Ejército profesional y a centenares de miles de movilización del armamento y la equipación necesaria.
En este contexto, los países de la Unión Europea han dado este jueves un importante balón de oxígeno a Ucrania. Han aprobado la creación de un fondo económico de 50.000 millones de euros para que los ucranianos puedan seguir combatiendo. El importante se dividirá en cuatro anualidades, lo que garantiza a Kiev una importante entrada de ayuda en espera de qué pase en Estados Unidos –su principal contribuyente- en las elecciones presidenciales de noviembre.
Este dinero no se entregará de forma contante y sonante a Ucrania, sino que tal y como se estaba haciendo hasta ahora servirá para que los países miembros de la UE financien la entrega de material militar al Gobierno de Kiev en función de las necesidades que este le manifieste. Todo en consonancia también con la aprobación de necesidades que se hace en el Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania que la OTAN reúne en Ramstein (Alemania).
La creación de este fondo en el seno de la UE se lleva gestando varios meses, para renovar el que se puso inicialmente en marcha al comienzo del conflicto. Eso sí, ha ido aumentado de forma considerable en el último trimestre. Como ejemplo, la Reunión Informal de Ministros (RIM) de Defensa de la UE en Toledo el pasado 30 de agosto todavía preveía que este fondo fuera de tan sólo 20.000 millones en cuatro años.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han conseguido aprobar de forma unánime el fondo gracias a que han conseguido levantar el veto que había anunciado Hungría, un país cuyo líder se encuentra muchas veces más cerca de la visión en política internacional de Rusia o Turquía que de la del resto de miembros de la UE. Aun así, el resto de países ha cedido en la exigencia de que cada año se audite el material enviado a Ucrania y qué uso se ha hecho de él, aunque se ha rechazado que se vaya votando año a año esta ayuda.