El lunes Londres se vio sacudido por un violento ataque en Leicester Square, donde una niña de 11 años fue brutalmente apuñalada. Ioan Pintaru, un hombre de 32 años sin domicilio fijo, fue detenido en el lugar tras ser desarmado por un valiente guardia de seguridad, Abdullah, y otros transeúntes. Pintaru ha sido acusado de intento de asesinato y posesión de un arma blanca, y ahora se encuentra en custodia policial.
El incidente ocurrió en plena mañana, alrededor de las 11:30 a.m., en una de las zonas más transitadas de Londres, conocida por sus teatros, tiendas y restaurantes. Las víctimas, la niña y su madre de 34 años, fueron trasladadas a un hospital. Afortunadamente, aunque las heridas de la niña son graves, su vida no corre peligro. Inicialmente se creyó que la madre también había sido atacada, pero la policía aclaró que su sangre provenía de su hija.
Un héroe inesperado emergió en medio del caos: Abdullah, un guardia de seguridad de la tienda TWG Tea cercana, quien, al escuchar los gritos, no dudó en intervenir. Abdullah logró desarmar a Pintaru, reteniéndolo en el suelo hasta que la policía llegó, evitando así que la situación empeorara. Su valentía fue clave para impedir una tragedia mayor.
El ataque ha generado un debate sobre la seguridad en áreas públicas tan concurridas como Leicester Square, que atrae a unos 2.5 millones de visitantes cada semana. Las autoridades siguen investigando las motivaciones detrás del ataque, y la policía ha instado a cualquier persona con información a que se ponga en contacto.
Este incidente se suma a una serie de ataques violentos en la ciudad, recordando la importancia de la vigilancia continua y la pronta respuesta en situaciones de emergencia. Pintaru comparecerá ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, donde se espera que se esclarezcan más detalles sobre este acto de violencia.