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Dominique Pelicot, acusado de drogar a su mujer para que otros la violaran: "Soy un violador, como todos los de la sala"

Admite ser culpable de lo que hizo a su esposa Gisèle Pelicot durante más de una década en su propia casa.

Admite ser culpable de lo que hizo a su esposa Gisèle Pelicot durante más de una década en su propia casa.
Gisele Pelicot, junto a sus abogados Stéphane Babonneau (derecha) y Antoine Camus (izquierda), sale del tribunal penal en Aviñón | EFE

Dominique Pelicot, conocido como el "Monstruo de Aviñón", ha declarado en la sala del tribunal de Vaucluse, admitiendo su culpa por haber drogado a su mujer Gisèle Pelicot durante una década para que decenas de hombre la violaran en su propia casa.

En su declaración de este martes, Pelicot, ha reconocido ser "un violador, como todos los presentes en la sala", haciendo referencia a los otros imputados que también están siendo juzgados por participar en los abusos.

El acusado, quien había eludido comparecer en el juicio alegando problemas de salud, finalmente se presentó ante el tribunal tras recibir autorización médica. Según su abogada, Béatrice Zavarro, su cliente sufría de problemas urinarios que le impidieron declarar en días anteriores. A pesar de sus afecciones, el juez Roger Arata confirmó que su estado no era un impedimento para continuar con el proceso judicial, por lo que finalmente acudía este martes a declarar.

Reconoce los hechos y pide perdón

En la sala ha expresado su arrepentimiento y ha dicho que no culpa a su esposa de "absolutamente nada", habiendo sido "muy feliz" en su matrimonio. Entre lágrimas, el acusado ha asegurado que "nunca toqué a mis hijos ni a mis nietos". Pero sí ha admitido ser "culpable" de lo que hizo y ha pedido perdón, a pesar de "saber que es imperdonable".

Por su parte, su esposa Gisèle, víctima de las violaciones y quien ha estado casada con él durante 50 años, ha declarado que le resulta "muy difícil" aceptar lo sucedido, porque nunca habría imaginado que su esposo fuera capaz de cometer tales hechos.

En cuanto a los videos que grabó mientras su esposa era agredida por otros hombres, Pelicot ha admitido haber sentido "placer", aunque lo ha descrito también como "una perversión". Según él, esas grabaciones son clave para identificar a todos los que participaron en los abusos, muchos de los cuales ahora lo acusan de manipulación.

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