La Fiscalía de Aviñón (Francia) solicitó este lunes la pena máxima de 20 años de prisión para Dominique Pélicot, acusado de violar durante una década a su esposa, a quien drogaba con somníferos y ofrecía a decenas de hombres para que también abusaran de ella. Se le acusa de violación agravada, cometida en reunión y sobre una persona bajo sumisión química.
La fiscal Laure Chabaud no escatimó en calificativos. Describió a Pélicot como un hombre "perverso, egocéntrico, perturbado", y subrayó que actuó sin límites ni respeto por el consentimiento de su víctima. "Veinte años es mucho tiempo... y a la vez, demasiado poco", declaró en un alegato donde cuestionó la desproporción entre el castigo propuesto y la brutalidad de los hechos cometidos.
La investigación reveló que Pélicot grabó alrededor de 20.000 documentos visuales que exponen la violencia de los crímenes. A pesar de ello, muchos de los 51 hombres implicados, que también se sientan en el banquillo, niegan haber cometido violación, alegando que creían que la víctima estaba de acuerdo. Sin embargo, el fiscal François Mayet fue tajante: "Gisèle Pélicot fue reducida a un objeto. El consentimiento no estuvo presente ni antes ni durante el acto".
El caso no solo se limita a Dominique Pélicot. Jean-Pierre Maréchal, otro acusado, enfrenta una solicitud de 17 años de cárcel por violación agravada tras drogar y abusar de su propia esposa junto con Pélicot. Maréchal confesó y se describió como un "violador criminal", pero las similitudes en los métodos refuerzan el perfil de crímenes sistemáticos y organizados.
Dominique Pélicot entraba en contacto con otros hombres en una plataforma en línea y los invitaba a su domicilio, tras administrar a su víctima grandes dosis de ansiolíticos, que la dejaban inconsciente, lo que les permitía abusar de ella sin que guardara ningún recuerdo.
La abogada de Pélicot, Isabelle Zavarro, sugirió que los abusos que su cliente habría sufrido durante su infancia podrían usarse como argumento en su defensa. Sin embargo, esta estrategia no parece suficiente para contrarrestar la indignación pública y el peso de las pruebas acumuladas.
El alcance de los delitos cometidos por Pélicot, que se extendieron entre 2011 y 2020, y su historial, con imputaciones previas por violación y asesinato en 1991 y un intento de violación con arma blanca en 1999, subraya la peligrosidad del acusado. Su detención en 2020, tras ser descubierto grabando bajo las faldas de mujeres en un supermercado, permitió destapar una red de abusos sistemáticos que ha conmocionado a Francia.