Desde que monseñor Ravelli pronunció a las 17:43 las palabras "Extra Omnes" para que todos aquellos que no participaban en el cónclave abandonasen la Capilla Sixtina y se cerrasen las puertas, transcurrieron varias horas hasta que tuvo lugar la primera fumata del cónclave.
Con dicho retraso las especulaciones no se hicieron esperar: ¿Cuál fue el motivo del retraso y a qué pudo deberse? Los motivos no los podemos saber aunque se apuntan a varios motivos.
Una vez cerradas las puertas de la Capilla Sixtina, los 133 cardenales escucharon la meditación del padre Raniero Cantalamessa, predicador emérito de la Casa Pontificia. Una de las hipótesis fue que dicha meditación se alargase más de la cuenta, sin olvidarnos que ya comenzó con retraso.
En segundo lugar, comenzó la preparación y distribución de las papeletas con las que iban a votar los cardenales por parte de los maestros de ceremonias. También, en ese primer día de cónclave tocaba realizar el sorteo para elegir tres escrutadores, así como de los tres "infirmari" que son los delegados encargados de recoger los votos de los enfermos, y luego la votación. En el cónclave de 2005 hubo 115 cardenales electores y en 2013 fueron 117. Este es, sin embargo, el colegio cardenalicio más numeroso, con 133 cardenales. Probablemente, las votaciones se alargaron ya que los cardenales se levantan, pronuncian su juramento, votan y regresan a su asiento asignado, tal y cómo rige en la normativa del cónclave, y eso lleva un tiempo.
Otra de las hipótesis que se barajan es que se esperase a dar el resultado después de las Vísperas, y que además coincidiera con el horario de máxima audiencia de los servicios informativos nacionales e internacionales (las 21:00). También se ha barajado la posibilidad de que se habría repetido la votación por haber más votos que electores o que en vez de una papeleta se hubieran introducido dos, pero no parece ese el motivo. En ese caso, la normativa "Universi Dominici Gregis" dice que hay que repetir la votación.
Mientras tanto, unas 40.000 personas esperaban en la Plaza de San Pedro, alguna señal desde la chimenea de la Capilla Sixtina. A las 21:10 llegó la fumata negra. De momento, toca seguir mirando al cielo y a la chimenea de San Pedro para saber si los cardenales han elegido al 267º Pontífice de la historia de la Iglesia.
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