
Una vez que la chimenea de la Capilla Sixtina nos ha comunicado mediante la fumata blanca que ya tenemos nuevo Papa, mientras que las campanas de la basílica no dejan de repicar, conoceremos quién va a suceder al papa Francisco para ser el Pontífice nº 267º de la Iglesia católica.
Cuando se abra la cortina de terciopelo rojo situada en el balcón de la basílica de San Pedro, el cardenal protidiácono Dominique Mamberti pronunciará las palabras más esperadas:
"Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam!. Eminentissimun ac Reverendissimum Dominum, Dominum ... Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem... Qui sibi nomem imposuit..." (Os anuncio una gran alegría. Tenemos Papa. El eminentísimo y reverendísimo señor... cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre...)
Una vez se ha anunciado el nombre del nuevo Papa, los empleados del Vaticano colgarán un tapiz con el escudo del Vaticano sobre el balcón central. Seguidamente, un ceremoniero llevará la cruz procesional y mientras se coloca a la derecha, saldrá el nuevo papa saldrá al balcón acompañado de varios cardenales y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificas, dirigirá un mensaje e impartirá a todos los presentes y a quienes lo estén viendo a través de los medios de comunicación, la bendición ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad y al mundo). Después sonará el himno del Vaticano y el himno de Italia, y el acto ya habrá concluido. Tenemos Papa.
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