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Cuba: nueva ley migratoria con "filtros" para la dictadura

La dictadura puso este lunes en vigor la nueva ley migratoria. Sin embargo, mantiene un filtro clave: la expedición o validación del pasaporte.

La ansiada flexibilización migratoria que elimina restricciones para los viajes de los cubanos al exterior y para las visitas de emigrados, entró en vigor este lunes, lo que supuestamente pondría fin a una dura política de prohibición de la dictadura castrista que durante décadas tuvo controlada a toda la población en sus movimientos.

De hecho, desde la madrugada del domingo, varias colas se vieron en las diferentes sedes del Departamento de Inmigración y Extranjería (DIE). Así lo señaló la bloguera Yoani Sánchez, quien incluso estuvo en el primer lugar de una de ellas para pedir su permiso de salida y su pasaporte. A través de su cuenta de Twitter, la opositora informó de que decenas de personas llegaron durante la madrugada y que entre ellos había muchos niños con sus padres y jóvenes "en edad militar". Según sus mensajes, podrá tener en 15 días su pasaporte para poder viajar, aunque prefiere ser prudente: "Cuando esté en el avión lo creeré".

Cuando se anunció esta reforma, en octubre de 2012, Yoani Sánchez dijo que "Parece que el 'filtro' va a estar en el proceso de dar el pasaporte y no en la llamada 'tarjeta blanca' como hasta ahora". Esta "carta blanca" o permiso de salida fue durante décadas uno de los mayores obstáculos para salir al exterior.

Otra novedad es la ampliación del tiempo que un cubano puede permanecer en el extranjero que pasa de 11 a 24 meses sin necesidad de prórrogas. Según la dictadura, la nueva regulación quiere "normalizar las relaciones de la emigración con su patria" y flexibiliza algunas condiciones para los cubanos que están en el exterior. Así, los que abandonaron definitivamente el país podrán viajar a la isla y permanecer durante 90 días sin prórrogas, un plazo que se amplía a 180 días si se trata de ciudadanos cubanos que tienen permiso de residencia en el exterior.

Pero no todas son buenas noticias ya que esta nueva ley mantiene importantes limitaciones, y es que el régimen castrista mantiene su derecho de rechazar la entrega de pasaportes por razones de "interés público" o de "defensa y seguridad nacional", una de las causas más comunes entre las explicaciones recibidas por los opositores. El texto publicado por la Gaceta Oficial agrega que el gobierno puede limitar la entrada a quienes sean sospechosos de "organizar, estimular, realizar o participar en acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado cubano".

Para obtener un pasaporte corriente en Cuba se establecen una serie de requisitos, como no estar sujeto a procesos penales ni tener pendiente el cumplimiento de sanciones penales o medidas de seguridad, "excepto en los casos que se autorice de forma expresa por el tribunal". Tampoco se concederá pasaporte a los cubanos que se encuentren sujetos al cumplimiento del servicio militar. Además, la reforma encarece el impuesto para obtener un pasaporte, que pasa de 55 a 100 CUC (moneda fuerte, equivalente al dólar), en un país donde el salario medio mensual no llega a 20 dólares (15 euros).

Por eso, Elizardo Sánchez, que preside la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, señaló que "a todas luces el gobierno va a mantener una política discriminatoria con aquellas personas que no son partidarias o que no aplauden sus políticas". En su opinión, "la nueva ley migratoria sigue siendo esencialmente discriminatoria y persiste la violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".

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