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"El PP en vez de ayudarnos nos está hostigando"

esRadio visita a los disidentes cubanos acampados casi 300 días frente al Ministerio de Exteriores: "Margallo agacha la cabeza y entra".

esRadio visita a los disidentes cubanos acampados casi 300 días frente al Ministerio de Exteriores: "Margallo agacha la cabeza y entra".

En el lugar donde acampan, la plaza de la Provincia, al lado de la Plaza Mayor, doce cubanos han contado a esRadio sus razones para protestar frente al Ministerio de Asuntos Exteriores. Son ex presos de conciencia y opositores al régimen cubano que empezaron a llegar a España en 2010 por un acuerdo entre Raúl Castro y el Gobierno de Jose Luis Zapatero, con el apoyo de la Iglesia Cubana, el Arzobispo de la Habana Jaime Ortega.

A la espalda de su refugio está el ministerio de José Manuel García Margallo. "El ministerio bonito está ahí, hace falta pintarlo. Y a Margallo lo vemos que entra y se ríe a veces. Ni mira para acá. Agacha la cabeza y entra", dice Miguel desde la "salita" de su nueva isla, donde invitan a pasar a la periodista.  

"Del partido socialista no esperábamos nada, porque sabemos cuál es su contubernio con el régimen de los Castro. Nuestra preocupación fue con el Partido Popular. Vimos las luces... Al menos con el PP vamos a tener un apoyo nosotros. Harán las cosas. A lo mejor si el dinero se perdió, buscarán otras soluciones, buscarán a los culpables y nos ayudarán. Pero al final lo que nos están es hostigando", continúa.

Parte de lo que cuentan recuerda a los relatos de otros represaliados del régimen comunista. Que fueron deportados a nuestro país de la noche a la madrugada. Que les llamó por teléfono a la cárcel el arzobispo para hacerles la oferta. Que cuando colgaron estaban rodeados de diez militares que les aclararon un poco más el sentido de su decisión. Que llegaron a España cargados de sueños y que su primera parada fueron hostales en Madrid, Sigüenza, Valencia... Y el shock: que nada estaba organizado.

Las ONGs que les acogieron fueron Cruz Roja, CEAR y Accem. En los hostales, cuentan, comieron una dieta, que según les decían sus responsables, era muy española: a base de pan. "Bocadillo y bocadillo. Nos hemos hartado a eso". Y yogures cadudados, dicen: "Lo más barato que había. Y te daban aquello y te acostabas con mareo". Aseguran que llegaron a dormir en el suelo si había huéspedes porque los juntaban en habitaciones. Debían firmar todos sus gastos. Algunos se negaron al ver la factura: "27.000 euros por dos meses y 21 días que estuvimos en el hostal".

Después pasaron a pisos alquilados a particulares con contratos que estaban a su nombre y no al de las ONGs. En general, dicen, las ayudas duraron la mitad del tiempo establecido y cuando no pudieron pagar esos alquileres, revelan que algún dirigente en Valencia les recomendó quedarse de okupas.

Denuncian el escamoteo del dinero asignado

Ponen como ejemplo un caso en que dieron para la manutención de tres personas 300 euros, hasta que reclamaron por escrito que eran más y amenazaron con venirse a Madrid. A las dos horas le dijeron que la cantidad exacta asignada eran 543,75 euros. "Una persona de Cruz Roja, que no quiere hablar porque la papa de sus hijos se le complica, nos reconoció que todo se había hecho mal".

Su caso, por tanto, no es sólo de violación del asilo político o de ayuda al refugiado. Ni es sólo de incumplimiento de un contrato, el BRAO, sin membrete, ni sello oficial y con faltas de ortografía firmado en el aeropuerto de la Habana in extremis.

Los cubanos aseguran que su inserción en la sociedad española ha sido costeada principalemente por el Fondo Europeo de Ayuda para Refugiados, el FER, dotado con unos 80 millones de euros, 40 para 2010 y 40 para 2011. El responsable de este fondo es el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Su periodo va desde 2008 hasta el 30 de enero de este año y está dotado con 628 millones de euros para todos los países miembros. Así lo recoge en sus memorias el Ministerio: "Acogida e integración de un grupo de 771 personas procedentes de Cuba, que corresponde a un total de 115 familias. En cada una de estas familias, al menos uno de los miembros pertenece al grupo de presos cubanos que durante el año 2010 y 2011 fueron excarcelados". En España está vigente un fondo para reasentamiento de refugiados de 1.400.000 euros, a 4.000 euros por persona. En el famoso documento BRAO incluso se registra la existecia de una partida de 10.000 euros para iniciar negocios. Los disidentes cubanos se preguntan dónde está ese dinero.

Pero si del Gobierno socialista y del entonces ministro Miguel Ángel Moratinos, que vio la final del Mundial con los Castro, no esperaban nada, del PP, ahora, tampoco. A través del jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, el Gobierno les ha contestado en una carta fechada en julio pasado que "han hecho un especial esfuerzo", que para prorrogar sus "beneficios" debe existir "una situación de especial vulnerabilidad" y que están en las mismas condiciones que "un ciudadano español en cuanto al acceso al mercado laboral". Los cubanos acampados han respondido con otra carta acusando al Gobierno de desinterés, de incumplimiento del Tratado de Extradición y pidiendo amparo: "No somos nada, no somos nadie ahora mismo, no tenemos nuestras homologaciones".

Por su parte, el ministro García Margallo, en otra misiva posterior, les emplaza a facilitar su salida a otros países como Alemania o EEUU y les informa de que "está realizando un gran esfuerzo para que puedan incluirse en algunos de los programas de ayudas". Esto fue hace 5 meses.

Algunos de esos disidentes cubanos pasaron más de una década en prisión. En esta plaza ha dormido una de las damas de Blanco, Sabina. Osvel Valle Hernández fue operado en Valencia de un coágulo en la cabeza por una paliza en la prisión de Guamajal. "La manía que tienen es tirarte escaleras abajo con las manos esposadas a la espalda. Y como llegues abajo te están esperando 10 guardias y a palos contigo. No nos vamos a ir. Frío, lo que sea. Ellos no conocen a un cubano con dignidad y valor. Once años preso, esto no es nada", dice Osvel.

Hay que recordar que no salieron solos, sino con familares, menores y ancianos. Sobreviven por la ayuda de españoles y tenderos de la zona. Por la noche limpian un restaurante-buffet y les dan la comida que ha sobrado. Los vecinos les llevan el café todos los días, ropa y reciben donaciones espontáneas. Miembros de la Policía Nacional les llevaron cena el día de Nochevieja. Después de casi 300 días son muchas las anécdotas. El día de la Huelga General, el 14 de noviembre, un grupo de 200 personas les rodearon y les increparon: "Gusanos, escoria, lumpen, váyanse para Miami". "Bajé la Puerta del Sol y tenían un cartel con los salarios mínimos de la UE. En España ponía 675 euros. Entonces cogí el lapicero y puse Cuba: 250 pesos, 10 dólares, 7,5 euros. Y uno me dijo: ¿Y cómo es eso? Le contesté: ‘Eso es en Cuba, ¿tú no lo sabías? Entonces tú estás predicando lo que se dice aquí en España, vete a Cuba"’, cuenta Miguel.

Pese a la duración de la protesta, el caso tiene bastante menos eco mediático y bastante menos respeto de la autoridad competente que la que en su día tuvo el asentamiento del 15M en plena Puerta del Sol. "Alacranes. les dicen en Cuba", contestan cuando se les pregunta por la falta de protección internacional. Ahí los encontrarán si pasan por delante de la puerta del Ministerio del Exteriores donde el 8 de abril de 2012 plantaron su malecón a ver si les llega un barco.

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