Una de las principales urgencias que tiene México es encontrar el plan correcto para acabar con la violencia que asola al país desde hace buen tiempo y que ha dejado decenas de miles de muertos por año.
Algo parecido pidió Felipe Calderón después de ser elegido presidente en 2006. Pese a eso, su plan de utilizar activamente el Ejército en algunas zonas de México tampoco tuvo el resultado deseado y durante sus seis años al frente del país murieron más de 70.000 personas en actos violentos, gran parte de ellos responsabilidad de la guerra contra el crimen organizado. De hecho, en los primeros 100 días Enrique Peña Nieto, y según datos de la Secretaría de Gobernación, se han producido más de 3.000 muertes violentas relacionadas con el crimen organizado.
Por esa razón, Peña Nieto, declarado presidente electo el 31 de agosto de 2012, pidió este miércoles que se le conceda un año de confianza para estudiar los resultados de su nuevo plan contra la violencia: "En un año se podría hacer un balance, un corte a un año, creo que podemos estar viendo, espero, resultados favorables, una reducción sensible, pero también espacio para hacer los ajustes necesarios a la estrategia que se está instrumentado". Eso sí, también dejó claro que eso no significa que en un año se solucione.
Este plan, dirigido a todas las regiones de México con algunos retoques según la particularidad de cada zona, divide el país en cinco regiones y contempla la celebración de reuniones entre los gobernadores y los responsables del Ejército, la Armada, la Procuraduría General y la Policía Federal. Desde su punto de vista, "esta estrategia debe estar mostrando resultados y una disminución sensible de la violencia en un mediano plazo".
El "narco", su gran reto
Estas declaraciones del presidente coinciden con la publicación del informe "El Desafío de Peña Nieto: los cárteles criminales y el estado de derecho en México", realizado por International Crisis Group (ICG), organización son sede en Bruselas. En el documento, se preguntan: "¿Cómo un país que es la 14 economía del mundo y tiene una sociedad sofisticada convive con una violencia tan severa?".
Este informe, que fue presentado en México DF, sostiene que "la evolución de los cárteles en escuadrones de la muerte que luchan por el control del territorio con armamento militar reta el monopolio del Estado mexicano sobre el uso de la fuerza en algunas regiones" y subraya que lo que ocurre en el país norteamericano "se parece mucho a lo que los conflictos de aquí a veinte años van a ser en muchas partes del mundo".
Por esa razón, ve este grave problema como uno de los principales retos del presidente: "Si Peña Nieto no construye un sistema policial y de justicia efectivos, la violencia puede continuar o empeorar. Sin embargo, los progresos institucionales y los programas sociales más eficientes y exhaustivos podrían significar una verdadera esperanza para una paz y una justicia sostenibles".
Acerca del plan de seguridad de Peña Nieto, que además tuvo el respaldo de los tres principales partidos del país, ICG apunta que "le da a México una oportunidad para construir instituciones que puedan cimentar una paz a largo plazo y reducir la tasa de impunidad". En cuanto a los antecesores del actual presidente, apunta que esta violencia no es nueva y que ya con Vicente Fox había aumentado. Además, agrega que "Calderón supervisó incautaciones récord de cocaína, metanfetaminas y dinero proveniente de la droga, mientras que las fuerzas de seguridad capturaron o mataron a 25 de los 37 jefes más requeridos por la justicia de los cárteles". Esto último, aclaran, hizo que la violencia se extendiera de una manera muy rápida.