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Caso Nisman: el detalle de la puerta de servicio

Más dudas sobre el caso Nisman. Su asistenta dijo que la puerta de servicio siempre estaba con cerrojo, cosa que no ocurrió cuando se halló al fiscal.

Más dudas sobre el caso Nisman. Su asistenta dijo que la puerta de servicio siempre estaba con cerrojo, cosa que no ocurrió cuando se halló al fiscal.

La asistenta del fiscal del caso AMIA Alberto Nisman reveló que éste siempre dejaba la puerta de servicio cerrada con un cerrojo que únicamente se abría por dentro. Sin embargo, el día de su muerte, el cerrojo estaba abierto, lo que pone en duda la hipótesis del suicidio.

En declaraciones al diario La Nación, Gladys Gallardo señaló que "él siempre que estaba solo ponía la traba (cerrojo). Era una traba de esas redondas. Tiene que haberle abierto a alguien". La asistenta iba a limpiar dos días por semana unas diez horas cada vez desde hacía más de un año y conocía bien el funcionamiento de la casa del fiscal. Según indicó, ella tenía llaves de la puerta de servicio, pero siempre debía llamar primero al timbre primero para poder entrar.

En la fiscalía, Gallardo testificó y relató que la última vez que vio a su jefe fue el jueves anterior a su muerte y que fue ella la que le dejó la nota con cosas que necesitaba del supermercado. Es decir que la lista encontrada no fue escrita por Nisman, como se pensó. De hecho, Gallardo explicó que ella nunca hacía las compras. Ese día, además, Nisman le habló de la repercusión que había tenido su denuncia. "¿Viste?", le dijo. Ella no sabía mucho. Y él le dijo: "Me van a querer voltear, pero no van a poder".

Gallardo declaró además que ese jueves no se despidió cuando se fue del departamento porque Nisman estaba dormido. Se había pasado el día trabajando y, sobre todo, atendiendo a las radios que lo llamaban por teléfono para hablar sobre la denuncia que había presentado el día anterior.

Según la reconstrucción de la declaración realizada por La Nación, el domingo por la noche, uno de los guardaespaldas de Nisman la llamó para avisarle que a Nisman lo habían encontrado muerto. Gallardo conocía bastante a los guardaespaldas: la llevaban a la estación cuando tenía que volverse a casa y eran ellos los que subían las bolsas con las compras cada vez que el fiscal iba al supermercado.

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