Para nadie es un secreto que el momento del chavismo no es bueno, en especial por los enormes problemas económicos, sociales y políticos que padece Venezuela. El presidente Nicolás Maduro y sus colaboradores intentan ocultar esta situación abriendo nuevos frentes que busquen unir a sus seguidores. Ha ocurrido tanto con Estados Unidos, Colombia, España y últimamente con Felipe González, quien tuvo que salir del país ante la imposibilidad de visitar a los presos políticos.
El hecho es que a nivel político, Venezuela tiene previsto celebrar elecciones legislativas en esta segunda mitad del año. Al menos ese era el plan ya que muchos opositores creen que el régimen intenta retrasar esa cita electoral lo más posible. Pasada ya la mitad del año, no hay noticias sobre la fecha en la que se realizarán. Las razones pueden ser varias, aunque la que más parece ajustarse a la verdad es que el chavismo teme perder su mayoría en la Asamblea Nacional, una mayoría que le ha permitido manejar a sus anchas el país.
Hace unos días, Carlos Vecchio coordinador del partido Voluntad Popular –que lidera Leopoldo López– señaló que la Constitución establece que haya elecciones este año y advirtió que "si el Gobierno pretende suspenderlas sería un golpe de Estado". Ya López exigió a través de un vídeo –el mismo en el que anunció el inicio de una huelga de hambre– que el Consejo Nacional Electoral (CNE) señale ya la fecha de los próximos comicios.
Una de las pocas respuestas del oficialismo ha sido la de Jorge Rodríguez, jefe de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Hace una semana recordó que este año 2015 "habrá elecciones parlamentarias en Venezuela, y también estamos preparándonos para la gran victoria". Sobre las acusaciones de la oposición, dijo que "es típico hacer declaraciones sin prueba y luego no hacerse responsable".