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Felipe González: "La Asamblea Nacional 'Prostituyente' de Maduro no debería tener ningún tipo de legitimidad"

Mario Vargas Llosa y Felipe González han mantenido un coloquio en un XII Foro Atlántico centrado en "Iberoamérica de cara al futuro".

Mario Vargas Llosa y Felipe González han mantenido un coloquio en un XII Foro Atlántico centrado en "Iberoamérica de cara al futuro".
Mario Vargas Llosa y Felipe González se saludan durante el XII Foro Atlántico | EFE

Cuando el XII Foro Atlántico lleva por subtítulo "Iberoamérica de cara al futuro", se hace previsible que uno de los temas centrales del coloquio inaugural vaya a estar enfocado en Venezuela. Si el encargado de moderar la conversación entre Mario Vargas Llosa y Felipe González es Bertín Osborne —Fabiana Rosales de Guaidó no ha asistido al no haber podido salir del país, según han informado—, esa sospecha inicial no necesita demasiado tiempo para confirmarse. Pese a todo, ha tenido que ser el Premio Nobel de Literatura el que ofrezca el contexto necesario para que los derroteros del diálogo terminasen de dirigirse hacia "la crisis política más acuciante que se está viviendo en estos momentos en Sudamérica".

"Si algo da pie a la esperanza en Latinoamérica es que actualmente no existen allí, prácticamente, dictaduras militares", ha comenzado diciendo Vargas Llosa. "Es cierto que muchas de sus democracias pueden estar más o menos marcadas por la corrupción y la ineficacia; pero sigue siendo mucho más preferible una democracia corrompida que una dictadura militar. Al fin y al cabo, las dictaduras militares siempre están corrompidas y siempre resultan ineficaces". Tras esta aseveración, ha centrado sus esfuerzos en describir la situación actual de "las tres únicas dictaduras que sobreviven allí": "Lamentablemente, creo que por ahora la dictadura cubana parece inamovible; en Nicaragua, pese a la fuerte represión que la oposición sigue viviendo por parte del régimen, sus líderes han conseguido un fuerte apoyo popular y han demostrado una gran capacidad de resistencia, lo que da ciertas esperanzas de cara al futuro; y por último, Venezuela sí que es, definitivamente, el país en el que ahora mismo existen más posibilidades de que la dictadura se resquebraje".

"Negociar también quiere decir plantarse"

Ante esa panorámica general de la situación de los autoritarismos sudamericanos, Felipe González ha tomado la palabra y ha querido profundizar en el asunto de Venezuela: "Si algo está claro es que allí no va a haber elecciones democráticas si la transición la dirige Maduro", ha dicho. "Él puede mentir mucho, pero hay una serie de frases que repite siempre y que sería bueno tener apuntadas, para saber por dónde van sus tiros: 'No volveré a perder una elecciones nunca más', por ejemplo, o 'la oposición no alcanzará el poder ni por las buenas ni por las malas'. Creo que son mensajes lo bastante claros como para dejarlos de lado. Maduro es un dictador que nunca ha respetado los valores democráticos, y su Asamblea Nacional 'Prostituyente' no debería tener ningún tipo de legitimidad".

Echando un vistazo a la actuación de los diferentes países desde que Juan Guaidó asumió unilateralmente las responsabilidades del presidente del Gobierno para convocar elecciones nacionales, González ha querido remarcar un mensaje por encima del resto: "Me gustaría que tuviesen una única cosa clara: los derechos no se negocian, se exigen. Me gustaría que el Grupo de Lima no cediese y tuviese claro que Venezuela necesita un Gobierno de transición democrática sin Maduro: Venezuela debe recomponer su censo electoral, actualmente inexistente; y la oposición no debe negociar ciertas cosas que son innegociables, como el asunto de los presos políticos o las competencias de la Asamblea Nacional. Porque negociar también quiere decir plantarse. Y los líderes de los gobiernos democráticos del mundo deben reconocer, además, que se trata de una cuestión urgente. La gente está muriendo de hambre allí; los niños mueren en los hospitales. El país está derruido. No hay tiempo para consultas de ningún tipo. Si usted no quiere entrar porque quiere respetar unos principios constitucionales que no corresponden, entonces usted no quiere realmente solucionar nada".

Ante estas consideraciones, Vargas Llosa ha tomado la palabra y ha comentado que "ojalá todos los dirigentes socialistas de Europa tuviesen la lucidez de Felipe González y hubiesen actuado de una manera tan cristalina, decidiéndose sin tapujos a apoyar a los opositores". Preguntado entonces acerca de a quién considera, a día de hoy, el líder real de la oposición, ha respondido rápidamente: "Guaidó. Creo además que él es el presidente legítimo de Venezuela, no únicamente por haber sido reconocido por más de cincuenta países de todo el mundo, sino porque además le han ratificado los propios votantes de la oposición, que a día de hoy constituyen una mayoría clara en el país".

Tras esto, queriendo ser más específico, González ha vuelto a hablar para mencionar la labor "necesaria e inevitable" que considera deben tener los propios militares venezolanos: "El Gobierno de Maduro tiene una brecha interna clarísima. Creo que actualmente es inevitable el cambio democrático, lo que pasa es que existen ciertos factores que están prolongando la agonía. Y por eso es necesario actuar cuanto antes", ha dicho, antes de añadir: "Y creo que en esa transición deben estar los militares. Porque actualmente son los únicos que pueden garantizar un mínimo de seguridad. Es que el país está en un estado que hace que ellos sean necesarios hasta para hacer llegar la ayuda humanitaria a todos los lugares. Allí no hay comunicaciones, ni transportes, ni gasolina, en uno de los países petrolíferos más ricos del mundo… Y los militares son los únicos con la capacidad efectiva de transportar toda esa ayuda humanitaria a través del país".

El peligro populista

González también ha sido el primero que ha querido adentrarse en otro de los retos que marcan la agenda política del mundo actualmente: "El triunfo del populismo es la exaltación de la mediocridad. Los populistas ofrecen respuestas simples a problemas complejos; y siempre, además, echando la culpa de sus propios males a un tercero". Por tanto, recogiendo ese testigo, Vargas Llosa ha centrado acto seguido su discurso en Brasil y México: "La victoria de Bolsonaro ha sido consecuencia de la gran corrupción que vivía el país, y del desencanto de un votante que ha comprado un discurso que promete cosas imposibles", ha comentado, antes de añadir: "Por otro lado, México también me preocupa mucho. Porque ahora mismo tiene a otro populista en el poder. Un populista, además, que podría perpetuarse en él, rompiendo el sistema democrático, si se lo propusiese".

Pese a todo, el escritor peruano no ha querido ser del todo pesimista, y ha asegurado que todavía hay espacio para la esperanza: "La gran ilusión populista que nació en Sudamérica con la Revolución Cubana está muerta y enterrada. Hoy en día nadie medianamente sensato comparte el modelo cubano como algo eficaz a la hora de salir de la pobreza y el atraso. Por tanto, creo que existe una base sólida en la que puede consolidarse el pensamiento democrático".

Europa y el Brexit

Por último, preguntado por la situación europea, y más concretamente por el Brexit, Vargas Llosa ha lamentado lo que considera "un verdadero desastre para Gran Bretaña". "Se trata de una salida muy desafortunada", ha dicho, "y desde que salió en las urnas, el Reino Unido se ha visto paralizado por haber tomado una decisión que no sólo no le convenía, sino que además, muchas de las personas que la votaron se han mostrado arrepentidas nada más haberlo hecho".

En su opinión, "el Brexit blando que proponía May ha fracasado definitivamente y, por tanto, ahora no se sabe muy bien qué puede pasar". Tiene claro que "si Boris Johnson sale elegido por los tories, el partido conservador va a experimentar una catástrofe todavía mayor", y mirado el cuadro en su conjunto, no descarta que "en último término, las consecuencias pueden pasar por el propio fin del Reino Unido. Si al final el Brexit termina fructificando, no sería raro que Escocia se separase; e Irlanda del Norte, que era la gran favorecida de la pertenencia a la Unión Europea, posiblemente seguiría el mismo camino", ha dicho.

Pero aún con todo también ha querido mostrarse ligeramente esperanzado a ese respecto: "Todavía podría ir difuminándose todo poco a poco", ha expresado. "Al fin y al cabo, han pasado ya tres años desde que el Brexit salió en las urnas y sigue paralizado". Además, ha querido acabar con una "enseñanza clara que puede sacarse de todo esto": "Estas cosas pueden ocurrir. Ningún país está a salvo. Con el Brexit hemos visto que hasta los sistemas democráticos más bregados y experimentados pueden dar lugar a que se cometan los peores errores".

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