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Dan Nepstad, el ecologista que tumba la histeria sobre el Amazonas: "Todo es pura basura"

Uno de los mayores expertos en el estudio de la Amazonía lanza duras críticas contra el alarmismo imperante a raíz de los últimos incendios.

Uno de los mayores expertos en el estudio de la Amazonía lanza duras críticas contra el alarmismo imperante a raíz de los últimos incendios.

Daniel Nepstad es uno de los mayores expertos del mundo en el estudio de la Amazonía brasileña. Entrevistado por la revista Forbes, el científico estadounidense ha sido rotundo y tajante: "Todo lo que estamos escuchando a raíz de los incendios de las últimas semanas es pura basura, sin ninguna ciencia detrás".

A lo largo de los últimos veinticinco años, Daniel Nepstad ha publicado más de 160 artículos académicos y libros sobre los procesos ecológicos de los bosques amazónicos. Doctor en Ecología Forestal por la Universidad de Yale, Nepstad preside el Earth Innovation Institute y está involucrado con numerosas iniciativas medioambientales, incluido el grupo de trabajo de la ONU sobre cambio climático.

No hablamos, por tanto, de un díscolo o un heterodoxo respecto a las tesis centrales del ecologista global. Sin embargo, Nepstad tiene claro que las informaciones periodísticas y los comentarios en redes sociales están desvirtuando la realidad del Amazonas. "El número de fuegos es solo un 7% mayor que el promedio de la última década", apunta.

¿Y a qué se debe el repunte? Según el Doctor en Ecología, "la subida del 7% se explica por un aumento en los incendios de matorrales secos, que en muchos casos son naturales, y en las quemas de árboles por parte de grupos que buscan la recalificación del suelo para uso ganadero, un problema que también se da en muchos otros países", como es el caso de la vecina Bolivia, por ejemplo, donde el aumento de incendios supera incluso al de Brasil.

Nepstad es crítico con este segundo tipo de fuegos, pero reconoce que la narrativa internacional no está ayudando: "El discurso está siendo muy agresivo, muy alarmista. Bolsonaro ha dicho algunas tonterías, es cierto, pero en Brasil hay un consenso generalizado en torno a la protección del Amazonas y no podemos ignorar eso".

En clave económica, Nepstad recuerda que "las leyes de conservación tienen consecuencias económicas de difícil manejo. Antaño, los bosques se podían explotar sin restricción. Posteriormente, se introdujo una Ley Federal que reducía al 50% el margen de explotación del Amazonas. Sin embargo, esas normas se siguieron endureciendo y, hoy en día, el 80% de los bosques están totalmente blindados".

Aunque esto es positivo desde el punto de vista medioambiental, Nepstad subraya que "para los ganaderos y agricultores, estas restricciones generan frustración. Ellos deberían ser nuestros aliados para conservar el Amazonas, pero, ahora mismo, los estamos perdiendo. No podemos ignorar la realidad económica del problema".

Para los ganaderos y agricultores, aumentar la protección de la Amazonía ha supuesto un coste de 10.000 millones de dólares. "El Gobierno brasileño adoptó algunas medidas compensatorias, Noruega y Alemania crearon un fondo valorado en 1.000 millones de dólares… Pero, como es evidente, los costes han sido mucho mayores que las ayudas. Y, además, buena parte del dinero movilizado por Noruega y Alemania termina en manos de proyectos del Gobierno, de modo que no llega a los ganaderos y agricultores de la zona", explica.

Lejos de confrontar con la población local, Nepstad pide más empatía con su situación: "Puede que Macron gane apoyos en Francia con su discurso medioambiental, pero en Brasil hay verdadera indignación con sus palabras. Cuando arde California, la solidaridad internacional es total. Cuando arde Brasil, se desata una campaña de señalamiento y acusaciones contra el país, contra su gobierno… Si toda esta atención nos llevase a algo bueno, quizá serviría para algo. Pero lo único que está pasando es que el Gobierno de Bolsonaro se está viendo obligado a reaccionar de forma precipitada y radicalizada".

Por otro lado, Nepstad recuerda que la amenaza de Macron de cancelar el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur ataca directamente a las poblaciones de la Amazonía. "Si no hay un pacto, los productos brasileños se quedan fuera de un mercado vital y los incentivos para explotar los bosques de manera más intensiva van a aumentar, en vez de reducirse", subraya.

"Al final, no podemos ignorar que la agricultura es el 25% del PIB brasileño, lo que supone alrededor de diez veces más de la media del mundo rico. En tiempos de crisis, este ha sido el sector clave que ha evitado el hundimiento total de la economía. Y, gracias al auge de sectores como el del cultivo de la soja, la economía local ha crecido, la desigualdad ha bajado y la conservación medioambiental ha mejorado. Si queremos cuidar el Amazonas, hay que cuidar también al sector agrícola. En vez de lanzarnos contra ellos, tenemos que aliarnos con ellos", concluye.

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