Aunque los primeros datos del órgano electoral son solo preliminares y los definitivos pueden tardar días, la jornada deja sabor a victoria para el expresidente Carlos Mesa y la esperanza para Evo Morales de que lo que queda del recuento, en su mayoría voto rural, le evite una nueva cita electoral en diciembre. De confirmarse los datos, sería la primera vez que Morales no gana en primera ronda desde que llegó al poder en Bolivia en 2006.
Estos datos indican que Morales alcanza un 45,71% de los sufragios, incluyendo el voto en el país y en el exterior. El opositor Carlos Mesa recibe el 37,84%, con el 83% de actas escrutadas, unos 5 millones de votos de un padrón electoral de 7,3 millones.
Los porcentajes representan una ventaja del 7,87% para Morales, insuficiente para proclamarse vencedor. La ley electoral boliviana da ganador a quien supere el 50 por ciento o alcance el 40 con diez puntos de ventaja sobre el segundo, pero si no se logran estos porcentajes los dos más votados irían a una segunda vuelta.
El mandatario boliviano es el candidato a la reelección por el gobernante Movimiento al Socialismo (MASI), mientras que el expresidente Mesa encabeza la candidatura de la alianza opositora Comunidad Ciudadana.
En tercer lugar se sitúa el pastor presbiteriano de origen coreano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el 8,74% de los votos, la sorpresa de estas elecciones, seguido del senador Óscar Ortiz, de la alianza Bolivia Dice No, con el 4,32%. Las otras cinco candidaturas opositoras quedan por debajo del 3% que establece la ley del país para que puedan mantener su personalidad jurídica.
Reacciones a los resultados
Mesa compareció ante los suyos en La Paz con una amplia sonrisa, mientras que Morales se hizo esperar algo más y las caras que le rodeaban no eran tan sonrientes. Acompañado de miembros de su Gobierno como el vicepresidente Álvaro García Linera, que le acompaña en el poder desde 2006, Morales proclamó "un nuevo triunfo".
Entre gritos de "Evo, Evo", se mostró confiado y dio por seguro el haber revalidado una mayoría parlamentaria, ya que ahora gobierna con los dos tercios del Parlamento, aunque está por confirmar por el órgano electoral. Morales afirmó que espera que el escrutinio definitivo confirme una victoria sin necesidad de segunda vuelta, con el apoyo del voto rural que siempre le ha respaldado.
Por su parte, Mesa calificó de "triunfo incuestionable" el poder forzar una segunda vuelta y advirtió de que de confirmarse una nueva cita con las urnas en diciembre, no será "una elección cualquiera" porque "se juega el destino de Bolivia, se juega la democracia".