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La farsa chavista: Evo Morales y Rafael Correa, observadores de sus elecciones

El chavismo quiere asegurar los resultados y recibe como observadores de las elecciones a dos de sus aliados.

Desde que el régimen chavista convocó hace ya varios meses las elecciones legislativas de este domingo 6 de diciembre, la oposición venezolana y gran parte de la comunidad internacional han mostrado sus dudas sobre la legitimidad del proceso, a tal punto que varios países han señalado que no reconocerán los resultados.

Mientras los principales partidos de oposición decidieron no participar en los comicios ante la enorme cantidad de irregularidades, el chavismo se esfuerza para que los venezolanos acudan a las urnas y así evitar una alta abstención. Para eso, sus métodos han ido desde promesas de "premios especiales" por parte de Nicolás Maduro, hasta amenazas de no recibir alimentos por parte de Diosdado Cabello.

Pero el chavismo ha ido más allá. Su respuesta ante las acusaciones de fraude ha sido invitar como observadores de las elecciones a dos de sus más cercanos aliados de la región: el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa.

La cercanía de Morales con el régimen es tal que, apenas llegado a Venezuela, el boliviano se entrevistó con el ministro chavista de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza. "Fraternal encuentro entre el líder latinoamericano, Evo Morales, y Andrónico Rodríguez, presidente del senado de Bolivia y el canciller Jorge Arreaza, en las vísperas de la fiesta electoral de este 6 de diciembre", publicó el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano en Twitter.

Ecuador no reconocerá resultados

El Gobierno de Ecuador anticipó que no reconocerá los resultados por considerar que no cumple con principios de transparencia ni verificación: "Realizar este 6 de diciembre elecciones parlamentarias, se produce en un marco que no ofrece las condiciones para garantizar a los venezolanos un proceso libre, justo, inclusivo y democrático". Por ello, enfatizó en que "el gobierno del Ecuador no reconocerá los resultados del proceso electoral venezolano, que violan la Constitución y está viciado de toda legalidad".

El Gobierno de Lenín Moreno insistió en que considera viable para Venezuela una "transición política, pacífica y democrática" y quiso "expresar su firme rechazo y preocupación por el continuo deterioro de la crisis venezolana en sus múltiples dimensiones y la inobservancia de los derechos fundamentales en ese país, imputables a las autoridades del régimen de Nicolás Maduro".

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