Lo único seguro en las elecciones de este domingo en Perú era que ningún candidato lograría un resultado mayor del 20% y que, por lo tanto, el nuevo presidente sería elegido en una segunda vuelta, el próximo 6 de junio.
Sin embargo, y pese a la tendencia de las encuestas de los últimos días, la sorpresa de los primeros datos a boca de urna fue la victoria —muy discreta, con un 16%—, de Pedro Castillo, un hombre de la norteña región de Cajamarca que no aparecía en las posibilidades hace un par de meses, y que encarna la izquierda más radical, aquella muy cercana al chavismo, la que no cree en el sistema, la que busca nueva Constitución.
Pocas horas después de los sondeos a boca de urna, el conteo rápido realizado por la empresa Ipsos para las cadenas de TV América y Canal N ratificó ese primer lugar de Castillo y aumentó su resultado al 18,6%. Detrás se colocó Keiko Fujimori (Fuerza Popular) con un 14,5%, por delante de Rafael López Aliaga (Renovación Popular) con 11,9%, el economista Hernando de Soto (Avanza País) con 10,8% y Yohny Lescano (Acción Popular) con 9.8%.
Otro apunte es que Castillo gana en 17 regiones de las 26 que tiene el Perú y ha dominado gran parte del territorio, incluso en aquellas zonas de origen de otros candidatos. Le sigue el partido fujimorista Fuerza Popular con apenas tres regiones.
Keiko Fujimori es la que más claro se ha posicionado frente a este escenario, aunque lo hizo antes de ese conteo rápido y quiso enviar un mensaje a Hernando de Soto: "No importa quién pase a la segunda vuelta, yo espero que podamos trabajar juntos".
Estos resultados son tan ajustados que el organismo electoral peruano tardará varios días (y hasta semanas) para dar de manera oficial los nombres de los candidatos que estarán en la segunda vuelta el 6 de junio. Ahora mismo, gran parte de los comentarios se han centrado en la sorpresa de la presencia de una opción de la izquierda más radical y extremista.