El nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, sigue envuelto en la polémica por el nombramiento de ministros proterroristas y exguerrilleros marxistas con un pasado oscuro plagado de denuncias, corrupción y vínculos con los terroristas comunistas de Sendero Luminoso.
Entre los nuevos titulares sorprende el nombramiento del abogado Iber Maraví, como ministro de Trabajo. Este letrado es conocido en Perú dentro del sector de la Educación, pero también tiene vínculos con Conare-Sutep, una facción del magisterio cercana al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), definido por la Policía y la Fiscalía como el brazo legal del grupo terrorista Sendero Luminoso.
Maraví, que además de abogado es cantante y opositor, fue acusado por la Fiscalía, por los presuntos delitos de disturbios, daños y robo agravado, ocurridos durante el paro de profesores en julio de 2004, en Huamanga, según apunta el diario La República el Además, entre 2003 y 2005 fue secretario general del Sutep.
Al nuevo ministro cantante se le considera un agitador que promueve protestas violentas. En los disturbios de Ayacucho, que fueron promovidos por Maraví, se destrozó la sede del Gobierno Regional, la Corte Superior de Justicia de Ayacucho y decenas de establecimientos públicos, según reportaron los medios peruanos.
Además de estos hechos, varios periodistas peruanos han recordado unas declaraciones del exresponsable de la sede regional de la CVR en Ayacucho, José Coronel, que consideró que "Iber Maraví está más cerca de las vertientes del Senderismo, de acuerdo con la ‘solución política’, que sigue siendo violenta en su práctica sindical y busca armar alianzas con quienes se aproximen al discurso a favor de la violencia".
Maraví, en una de sus últimas canciones, que se puede visionar en Youtube, habla sobre el coronavirus en su letra y avisa de que "la riqueza no será solo de unos pocos" y que ya "suenan tambores de un mundo nuevo".
Expolicía sancionado
Otro de los controvertidos nombramientos ha sido el del abogado Walter Ayala (50), conocido por haber sido expresidente del Comité de Ética del Colegio de Abogados de Lima (CAL).
El actual ministro de Defensa también guarda un pasado plagado de denuncias e irregularidades. Ayala fue agente de la Policía Nacional, en 1997, y tuvo sanciones disciplinarias que, finalmente, le llevaron a ser expulsado del cuerpo policial. Según su expediente, fue castigado con seis días de arresto, tras determinarse que "incurrió en faltas graves contra la moral policial y contra la disciplina", por haber negado que conocía a una persona sobre la que pesaba una orden de captura por el delito de ocultación y encubrimiento de otros delincuentes.
En el año 2000, terminaría siendo destituido por la Policía Nacional de Perú. Al parecer, había facilitado la fuga de una persona reclamada por la Justicia. Otro de las irregularidades que llevó a que fuera echado de la Policía fue una denuncia por trata de personas, según reveló el programa dominical Panorama.
Pese a todo ello, el nuevo ministro de Defensa no tiene ningún cargo de conciencia, como él mismo dice, y afirma que ya no existen procesos judiciales abiertos contra él. "Tengo mi conciencia limpia", aseveró.