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'El País' y Pedro Castillo concluyen su idilio: carta de protesta de la embajada de Perú por un editorial

La embajada peruana se ve obligada a mandar a El País "algunas reflexiones" tras un duro editorial del periódico de Prisa.

La embajada peruana se ve obligada a mandar a El País "algunas reflexiones" tras un duro editorial del periódico de Prisa.
Pedro Castillo durante una declaración pública el pasado 10 de agosto. | EFE

Desde su llegada al poder, Pedro Castillo ha tenido uno de sus más firmes apoyos en la prensa europea en El País. El diario de Prisa ha presentado al presidente peruano como un líder mucho más sólido de lo que en realidad es, ha ocultado sus carencias intelectuales y el totalitarismo de Perú Libre, el partido con el que se presentó a las elecciones, y por supuesto sus numerosos vínculos con Sendero Luminoso, el atroz grupo terrorista que llenó Perú de sangre inocente en los años 80 y primeros 90.

En el año que ha pasado ya con Castillo como presidente El País ha ofrecido una información muy parcial y sectaria sobre una presidencia que sólo puede calificarse como desastrosa; los de Prisa han dado también pábulo a todas aquellas informaciones que permitían al régimen castillista manejar la opinion pública a su conveniencia.

Hasta este domingo, o al menos eso parece, cuando un duro editorial de El País titulado "Castillo sin retorno" parece que ha roto definitivamente el idilio entre el diario y el intento de régimen comunista peruano.

En el texto el editorialista asegura que "Perú se encamina hacia un peligroso punto de no retorno", cita los numerosos casos de corrupción y escándalos en los que está inmerso el gobierno peruano y, lo peor de todos, dice que "ha aparcado la agenda de cambios e incumplido las promesas con las que alimentó las esperanzas de millones de personas" y que y "Castillo va camino de convertirse en el enésimo mandatario procesado por desviarse del camino", nótese que la redacción deja bastante que desear. Por todo ello," la precariedad del Gobierno peruano es tan evidente como el descontento social".

La dolida reacción del ejecutivo de Pedro Castillo no se hizo esperar: la misma noche del pasado domingo la embajada peruana en Madrid mandaba una carta a El País publicada en casi en la medianoche en la que se defiende, si bien es verdad que sin excesivo acierto, la gestión del presidente peruano.

Firmada por el embajador Oscar Maúrtua, la misiva comete errores verdaderamente groseros, como comparar sin más las cifras económicas de todo el 2021 con las de 2020, cuando el país estaba siendo duramente golpeado por la pandemia o presumir de tener las cifras de crecimiento más altas del subcontinente, olvidando que las del desplome de la economía peruana también fueron las más altas de Iberoamérica.

Además, alerta de la "carencia de una definición objetiva de la vacancia presidencial por causal de incapacidad moral permanente y su utilización arbitraria ha dado como resultado que desde el año 2016 el país haya tenido 5 presidentes y 3 parlamentos", como queriendo restar legitimidad a uno de los mecanismos para apartar a Castillo del poder.

La carta, que por supuesto obvia los serios problemas del presidente peruano con la Justicia y las muy importantes acusaciones de corrupción, quiere ser un ejemplo de cordialidad y afecto –no se pierda la última frase: "Hago propicia la ocasión para presentarle las seguridades de mi especial consideración y estima"– pero el hecho mismo de que se haya enviado revela el despecho por el final de una relación que se había convertido en privilegiada.

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