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La extrema izquierda española ya utiliza el presunto intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner

El presunto magnicidio ha provocado una reacción exagerada de la izquierda, muy dada a montar esas campañas.

El presunto magnicidio ha provocado una reacción exagerada de la izquierda, muy dada a montar esas campañas.
Pablo Iglesias y Cristina Fernández de Kirchner, tras su imputación por corrupción | Twitter

La imputación de Cristina Fernández de Kirchner por corrupción —a la que la Fiscalía pide 12 años de cárcel e inhabilitación— tiene a la izquierda soliviantada. Desde un primer momento se esgrimió el mantra del lawfare, es decir, que hay poderes oscuros o poderosos que tienen la capacidad de utilizar la justicia de un país o los tribunales internacionales para aniquilar con procesos judiciales de apariencia legal a sus rivales políticos. Un mantra utilizado de forma habitual en todo el mundo, aunque su uso se ha multiplicado en los últimos años especialmente en España e Iberoamérica.

Tras la imputación, los kirchneristas dejaron claro que iban a dar la batalla y los más radicales llenaron rápidamente las redes de amenazas contra los jueces y fiscales de la causa. Más grave aún que esgrimir el lawfare y las amenazas en redes sociales fueron las inquietantes insinuaciones del presidente argentino, Alberto Fernández, que utilizó el caso Nisman para amenazar al fiscal: "Se suicidó, espero que Luciani no haga lo mismo".

Está claro que es la izquierda la que está detrás de esa agitación, amenazas e insinuaciones, que pueden llevar a un enfrentamiento civil, como ya denunció en esRadio Victoria Villarruel, diputada nacional por La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados de Argentina: "A estos les viene bien que el clima se ponga más violento para continuar ejerciendo su influencia".

Por todo ello, y por otros episodios que hemos vivido en España, quizás sería aconsejable que la izquierda patria fuese un poco más prudente a la hora de manifestar su solidaridad con Fernández de Kirchner, al menos mientras se investiga la verdadera naturaleza del presunto magnicidio.

Uno de los primeros en manifestarse ha sido Pablo Echenique, portavoz parlamentario de Podemos, uno de los partidos de la coalición de Gobierno, que ha escrito un tuit de brocha gorda, como es habitual en él, acusando directamente a la derecha judicial, mediática y política de poner en la diana a Cristina Fernández de Kirchner.

Es imposible que no se nos venga a la cabeza inmediatamente el chusco episodio de las balas enviadas a Pablo Iglesias, Fernando Grande Marlaska y la directora de la Guardia Civil, María Gámez y la navaja "ensangrentada" a Reyes Maroto —popularizada por Federico Jiménez Losantos como la navajita plateá— cuando Echenique dice que "en España conocemos bien el modus operandi".

Efectivamente: conocemos bien ese modus operandi porque es el que utiliza habitualmente la izquierda para agitar campañas electorales, en ese caso calentar las elecciones madrileñas del 4 de mayo de 2021, como ya denunció el PP, que consideraba "indecente" utilizar el episodio de la navaja enviada por un esquizofrénico para agitar el 4-M. Una vez que el subterfugio resultó inútil —Isabel Díaz Ayuso obtuvo una victoria aplastante— la izquierda se olvidó rápidamente de las balas y de la navajita plateá.

El líder en la sombra de la formación morada, y uno de los presuntos amenazados en la campaña del 4 de mayo de Madrid, Pablo Iglesias, también ha dejado su reflexión en la red social Twitter, y también aludiendo a que el ataque de ayer noche es consecuencia de "las mentiras y las campañas de destrucción personal" que "siembran el odio".

Un mensaje que no sorprende viniendo de Iglesias, que el pasado 27 de agosto se reunió con la imputada Fernández de Kirchner para denunciar a los medios de comunicación como culpables de las acusaciones de corrupción que penden sobre la cabeza de la dirigente argentina, y fue uno de los primeros en mostrarle su solidaridad y en dejar constancia de su respaldo sin fisuras.

En la misma línea de culpar a quienes extienden el odio, en genérico y sin precisar a qué o quiénes se refieren, salvo que sean los fiscales que están detrás de la imputación de Kirchner, se ha manifestado Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Por último, Íñigo Errejón ha escrito en Twitter que, aunque la pistola ha fallado, "la han cargado quienes llevan años señalando y deshumanizando, quienes detestan sus ideas y el cariño popular demostrado estos días".

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