Menú

La dictadura cubana pretende convertir la isla en una macrogranja humana: de la prostitución al turismo reproductivo

El recién aprobado Código de las Familias regula la gestación subrogada, que podría ser una importante fuente de ingresos para el régimen comunista.

El recién aprobado Código de las Familias regula la gestación subrogada, que podría ser una importante fuente de ingresos para el régimen comunista.
Más de 2.000 bebés nacen cada año por gestación subrogada en Ucrania. | Pixabay

La dictadura cubana aprobó el domingo 25 de septiembre su ansiado Código de las Familias. Un paquete legal que han presentado como la apertura del régimen comunista a los nuevos modelos de familia, pero que -casualmente- abre la puerta a lo que podría ser una muy importante fuente de ingresos. Y es que, junto con el resto del articulado, se ha colado el apartado referente a la gestación subrogada.

Sólo la posibilidad de que el castrismo hubiera encontrado un nuevo negocio explicaría el hecho de que uno de los países más represores, racistas y homófobos del mundo permitiera -ahora, justo ahora- que las personas del mismo sexo (a las que han encarcelado, perseguido y torturado durante décadas) puedan casarse e incluso adoptar niños procedentes de un vientre de alquiler.

En una primera lectura podría verse como un avance social, e incluso como un paso hacia la modernidad. Pero tratándose de una dictadura que sigue coartando y limitando los derechos y libertades de su pueblo, que continúa deteniendo y condenando a duras penas de cárcel a ciudadanos por manifestarse pacíficamente o expresar una idea contraria a la revolución, que recurre a la tortura física y psicológica para doblegar a los presos políticos... Este cambio normativo nos invita a pensar que hay algo más.

Detrás de este gesto, que desde distintos sectores de la izquierda española se ha tachado de "histórico", se esconden oscuras intenciones. No hay quien se trague que -de repente- el régimen comunista, a quien los gays no le han preocupado lo más mínimo durante los últimos 63 años, el mismo que les ha llevado a campos de concentración y les ha querido expulsar de la sociedad, ahora piense en su derecho a formar una familia.

A la dictadura sólo le interesan sus clientes potenciales, en lo que se refiere a la gestación subrogada. Y, en consecuencia, los homosexuales extranjeros que pueden querer contratar vientres de alquiler en la isla caribeña para sumar hijos al núcleo familiar. Como cabía esperar, los cubanos "elvisprelianos" -como les llamaba Fidel Castro- en realidad siguen sin importarle.

El turismo reproductivo

Antes de aplaudir el Código, también sería pertinente analizar el papel en el que quedan las mujeres cubanas, cuyas expectativas de futuro quedan reducidas a la explotación de sus cuerpos, de una manera o de otra. Todo apunta a que Cuba podría pasar de promocionar el turismo sexual a incentivar el turismo reproductivo. Ese es el motivo por el que no prohíbe esta práctica para extranjeros, es a quienes en realidad va dirigida la normativa que regula la gestación subrogada. Quiénes serían si no los contratantes de estos vientres de alquiler.

Deja la puerta abierta a que hombres y mujeres de todo el mundo puedan ir a la isla en busca de sus bebés. Cierto es que habla de "gestación solidaria", por la que -se supone- no se ha de recibir ningún beneficio económico, pero sí se han de pagar los gastos y damos por supuesto que será el régimen quien se encargue de cuantificarlos. Dice el refrán que "hecha la ley, hecha la trampa".

El punto 3 del artículo 130 del Código de las Familias dice:

"Se prohíbe cualquier tipo de remuneración o, dádiva u otro beneficio, salvo la obligación legal de dar alimentos en favor del concebido y la compensación de los gastos que se generen por el embarazo y el parto".

Está claro que el régimen encontrará la manera de rentabilizar el asunto. De momento sabemos que llevará un exhaustivo control de los procesos. El punto 4 del mencionado artículo especifica que "en todos los casos se requiere autorización judicial". El sistema castrista se ha servido de las herramientas para beneficiarse de cada paso que da su pueblo, hasta de su propia sangre. Así que la dictadura cobrará. Será para poder entrar o para poder salir del país, por los gastos sanitarios o en concepto de manutención de la gestante. Pero cobrará.

La tarta de Ucrania

Ucrania es uno de los pocos países del continente europeo en los que es legal la gestación subrogada. Miles de bebés ‘por encargo’ -podríamos decir- nacen allí cada año. Motivo por el que se le ha llegado a llamar ‘el útero de Europa’. Decenas de parejas españolas recurren a la reproducción a través de vientres de alquiler de este país anualmente.

Así quedó patente con el inicio de la invasión del territorio ucraniano, ordenada por Vladimir Putin el pasado 24 de febrero. Algunos de los pequeños que se encontraban entonces en los vientres de las madres gestantes incluso nacieron dentro de un búnker. Se pusieron en riesgo cientos de estos contratos, dada la imposibilidad de viajar y -por tanto- de sacar a los niños, como ya ocurriera con la pandemia.

Se calcula que más de 2.000 bebés nacen cada año por gestación subrogada en Ucrania, y la mayoría de ellos son hijos de padres extranjeros que pagan alrededor de 45.000 euros a lo largo del procedimiento. Un negocio que se ha visto muy perjudicado por la guerra y que será difícil de recuperar a corto plazo. Aunque se cree que a la larga incluso se podría impulsar, dada la situación de pobreza -y soledad, por las bajas en el frente- en la que quedarán muchas mujeres.

En cualquier caso, de momento la tarta se ha quedado sin repartir y parece que Cuba querría ocupar el hueco que deja Ucrania en este mercado. Para el país caribeño es el momento de apostar por nuevas vías de financiación. En Europa, competiría sólo contra Georgia, donde solo se permite la contratación de vientre de alquiler a parejas heterosexuales, y Grecia, que admite también la maternidad subrogada para mujeres menores de 53 años que lo soliciten en solitario.

En África, no hay mercado; en Asia, muy poco; y en EEUU, los precios se disparan a más del doble de lo que costaba en Ucrania. Con la posibilidad de que las parejas formadas por personas del mismo sexo puedan ampliar la familia acogiéndose a este tipo de reproducción, Cuba adelanta por la derecha a sus competidores directos y se asegura un buen pedazo del pastel, el de los vientres de alquiler low cost para parejas homosexuales.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios