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Una enfermera enviada por la dictadura cubana de 'misión' a Qatar: "Somos esclavos modernos"

Yanet relata para LD el "infierno" del que muchos de sus amigos aún "quisieran poder escapar". "Es una brigada política" y "vivimos con 790 dólares".

Yanet relata para LD el "infierno" del que muchos de sus amigos aún "quisieran poder escapar". "Es una brigada política" y "vivimos con 790 dólares".
Enfermeras cubanas enviadas de 'misión' a Qatar. | FACEBOOK/MINSAP

Qatar lleva diez años explotando a trabajadores del sector sanitario en beneficio de la dictadura cubana, que se queda con el 90% de sus salarios. Así funcionan las llamadas ‘Misiones de internacionalización’ creadas por Fidel Castro, que en la actualidad son la mayor fuente de ingresos del régimen comunista. Le reportan alrededor de 8.500 millones de dólares anuales.

Todo a costa de profesionales como Yanet -nombre ficticio-, uno de los testimonios que Prisoners Defenders ha incluido en su ampliación de denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Corte Penal Internacional (ICC) por la explotación de cubanos que han sido contratados a través del régimen comunista en distintos países del mundo.

Según relata Yanet en declaraciones a Libertad Digital, ella y su marido estuvieron en Qatar casi tres años. "Aparentemente las condiciones de vida no son malas", si se comparan con las que tiene un cubano en su país. "Las condiciones de la casa, del agua y de la situación eléctrica es buena", detalla, "pero realmente vivimos en el medio del desierto con muy poca accesibilidad a otros recursos".

"Somos esclavos modernos", señala Yanet. Una vez llegan al país son tratados como prisioneros, a los que llevan a realizar trabajos forzados a The Cuban Hospital en lugar de una cantera. "Desde que llegamos a Qatar, nunca tuvimos pasaporte ni otros documentos para poder hacer nada legal en el país", añade, "no podíamos salir por cuenta propia".

Esclavos modernos

La vida del cubano que llega a Qatar en una de estas misiones, o brigadas médicas, se reduce a ir de casa al hospital, y del hospital a casa. Lo único que tienen permitido en el país es trabajar. "Tenían un transporte que nos llevaba a Doha y nos regresaba", explica nuestro testimonio.

"Éramos realmente unos esclavos pero modernos, porque no lo sabíamos. Pensábamos que porque vivíamos en un apartamento con buenas condiciones, era otra cosa", reflexiona. Tampoco imaginemos que su casa era un palacio. Vivían en pisos compartidos. "Apartamentos de dos o tres personas, una (o dos, si eran pareja) por habitación".

En todo momento estaban "controlados por el director de la brigada médica y como un económico, que era el que se encargaba de recoger nuestros pasaportes y hacernos el pago mensual". Remuneración que en ocasiones se retrasaba y tenían que vivir literalmente "sin dinero". "No porque Qatar no nos pagase, sino porque Cuba no nos devolvía el dinero a nosotros".

Llegaron a estar tres meses sin cobrar. "Esos tres meses nadie tenía dinero, nadie tenía comida. Qatar nos decía que ellos lo pagaron a Cuba, pero en la brigada médica nos decían que el dinero había ido a Cuba y que había una situación difícil allí, que por eso no nos habían devuelto el dinero".

Salarios irrisorios

Sus sueldos son del todo insuficientes para el nivel de vida catarí, además de ser muy inferiores a los que reciben profesionales sanitarios de otros países en el emirato del Golfo Pérsico. "El salario de nosotros representaba alrededor de un 10%", indica Yanet. El 90% restante se lo apropia la dictadura cubana, como venimos contando en LD. Así funcionan las misiones de Cuba. El sueldo que recibe una enfermera cubana es de 790 dólares (de los más de 5.000 dólares que Qatar paga por su trabajo al régimen comunista).

A Yanet se le vino el mundo encima cuando tuvo la constatación. En una ocasión, les llevaron a realizar una visita a un hospital de la capital. Allí tuvieron la oportunidad de hablar con enfermeras de otros países. "Enfermeras de India, de Nepal, de Indonesia... Su salario era de 5.000 a 6.000 dólares al mes y el de nosotros 790, con la vida súper cara", exclama. Los médicos cobraban algo más, alrededor de 1.000 dólares. Podía llegar a 1.200, dependiendo de las guardias y el nivel profesional.

Y Qatar lo sabe. "Sabe toda la situación, cuánto nosotros ganamos, cuán miserables somos, que estamos allí por 700 dólares... Es un abuso por parte de ellos admitir que se mantenga esa brigada médica esclavizada en el país", señala Yanet. Sabe que si los países receptores de las misiones no hacen nada, Cuba no lo hará. "Es una gran puerta de entrada de ingresos. Imagínese que por cada uno de nosotros entra más de 4.000 dólares al mes, y allí no hay menos de 400 personas".

Brigadas políticas

Las actividades a las que se les permitía acudir, organizadas por Cuba, eran de carácter político. Una pantomima revolucionaria que se realizaba de cara a los cataríes, que eran sus invitados de honor. El objetivo era que "ellos tuvieran la idea de que nosotros apoyamos completamente -todos- al comunismo, que todos apoyamos a Fidel, todos apoyamos a Raúl". "Eran actividades políticas y nos hacían participar de ellas", relata Yanet.

"Nos daban comida gratis, porque saben que los cubanos siempre están ahorrando los pocos kilos que tengan para poder mandarlos a Cuba, así que íbamos". "Esa noche ahí, decían un discurso, ponían banderas de Cuba, hacían alabanzas a la revolución, hacían actividades vestidos de la bandera cubana... Para que ellos pensaran que todos nosotros estábamos de acuerdo con ese proceso y que estábamos allí por poco dinero porque nosotros queríamos".

"Eso es lo que ellos siempre quisieron demostrar a Qatar", asegura Yanet, "es una brigada completamente política". "En el hospital de Qatar, todos los dirigentes son comunistas, todos los jefes de servicio son comunistas". "También los mandados de económicos de jefes de Brigada eran mandados porque eran probadamente comunistas, aunque muchos se les fueron, desertaron de la misión".

Cubanos engañados

A muchos la propia misión les sirve para abrirles los ojos. Los que pueden, se marchan en cuanto tienen oportunidad. "Pero otros no han podido, tengo muchas amistades que quisieran poder escapar de ese infierno", lamenta Yanet. Aunque también hay "muchas personas que viven engañadas".

"Piensan que porque salen a un lugar y están mejor que Cuba, porque ganan 700 dólares en lugar de 30 dólares, van a estar bien", señala nuestro testimonio. "O se dan cuenta de que no es así, pero no lo dicen. Desgraciadamente, los cubanos nos hemos acostumbrado a vivir de la mentira. De la hipocresía de decir que estamos bien y aplaudir, pero por dentro pensar: quiero irme de aquí".

"Cuánto detesto este sistema", añade Yanet, "creo que hemos aprendido una cosa muy mala, que es a mentirnos a nosotros mismos. Ese es el problema". "Hay muchos que están deseosos de poder salir de Cuba, de poder acabar con este sistema, pero mientras haya otros que sigan aplaudiendo... Hasta que no nos unamos y digamos la verdad, nunca vamos a poder ser realmente libres".

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