
Centenares de seguidores del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, invadieron este domingo en Brasilia la sede del Congreso Nacional en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente Lula da Silva, en unos hechos que recuerdan el asalto del Capitolio de EEUU el 6 de enero de 2021 por manifestantes partidarios de Donald Trump.
🇧🇷 El momento en el que los seguidores de Bolsonaro rompen el cordón policial y acceden al Congreso. Es una turba que nadie puede parar. Lo mismo que en Washington hace dos años.
— Fernando H. Valls (@FernandoHValls) January 8, 2023
Posteriormente hicieron lo propio en el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, y la Corte Suprema. Los manifestantes, que rompieron los ventanales de la sede del Poder Judicial, ocuparon de esta forma los edificios sede de los tres poderes del Estado.

La Policía Legislativa del Congreso y la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de élite de agentes de los diferentes estados, lanzaron gases lacrimógenos para dispersar, sin éxito en un primer momento, a los manifestantes, que portaban banderas brasileñas y algunos estaban armados con palos.
Tras superar la barrera policial, los radicales bolsonaristas han cometido actos de vandalismo, provocando destrozos de diversa consideración en el interior de esos edificios, como puede verse en vídeos que se están subiendo a las redes sociales:
Miles de personas toman el Congreso en Brasil 🇧🇷. El caos gobierna al mundo y las élites se frotan las manos. pic.twitter.com/9oR58M2MF1
— Cristina Martín Jiménez (@crismartinj) January 8, 2023
Los manifestantes, además, ocuparon la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran la Corte Suprema, la Cámara de Diputados, el Senado y el Palacio de Planalto —sede del Gobierno— que permanecen cercadas por una multitud vestida con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña.
La policía recupera el control
Tras horas de mucha tensión, las fuerzas de seguridad brasileñas han logrado recuperar el control del Congreso, del Palacio de Planalto y de la sede del Tribunal Supremo Federal.
Efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal consiguieron recuperar el control de la sede del TSF a media tarde y no fue hasta principios de la noche cuando retomaron el control del Congreso empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, según la información del diario O Globo que cita Europa Press.
A altas horas de la noche en Brasil los manifestantes seguían concentrados en la conocida como Explanada de los Ministerios, que comunica todos estos edificios, pero ya eran contenidos por un cordón de seguridad de los agentes.
Hasta ahora las autoridades han informado de que han sido detenidas 170 personas, según los informes preliminares, por actos de invasión a las sedes institucionales.
No reconocen la victoria de Lula
Los bolsonaristas radicales no reconocen la victoria en las urnas de Lula, que el pasado 30 de octubre ganó de forma muy ajustada en la segunda vuelta de las presidenciales, obteniendo el 50,9% de los votos válidos frente al 49,1% de su rival Bolsonaro.
Inmediatamente después de la derrota en las urnas, los partidarios de Jair Bolsonaro montaron campamentos frente a los cuarteles en varias ciudades brasileñas y en muchos lugares han permanecido concentrados desde hace dos meses.
Lula apunta a Bolsonaro
En una aparición ante los medios de comunicación, Lula da Silva calificó de "barbarie" los graves altercados vividos en la capital brasileña y dijo que los radicales habían sido "estimulados" por Bolsonaro.
"Vamos a descubrir a los financiadores" de esas protestas violentas que "destruyeron todo lo que encontraron a su paso", indicó Lula, quien denunció fallos de seguridad por parte del Gobierno del Distrito Federal de Brasilia. "La democracia garantiza el derecho de la libertad de expresión", pero "exige que las personas respeten las instituciones", manifestó.
Aunque el asalto ocurrió cuando el nuevo presidente brasileño estaba en un viaje oficial en el sur del país, Lula ha vuelto ya a Brasilia y ha visitado el Palacio del Planalto, sede del Gobierno Federal, así como el Tribunal Supremo, donde se ha reunido con la presidenta del mismo, Rosa Weber, y varios ministros.
Castigar de forma "urgente" a los asaltantes
El presidente del Congreso de Brasil, el senador Rodrigo Pacheco, pidió castigar de forma "urgente" y con el "rigor de la ley" a los radicales bolsonaristas que han invadido las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia.
"Repudio vehementemente estos actos antidemocráticos, que deben sentir el rigor de la ley con urgencia", afirmó Pacheco en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Conversei há pouco, por telefone, com o governador do Distrito Federal, Ibaneis Rocha, com quem venho mantendo contato permanente. O governador me informou que está concentrando os esforços de todo o aparato policial no sentido de controlar a situação.
— Rodrigo Pacheco (@rodrigopacheco) January 8, 2023
El senador informó de que está en "contacto permanente" con el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien le aseguró que "está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial" para "controlar la situación". "En la acción, están empeñadas las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, además de la Policía Legislativa del Congreso", añadió.
Bolsonaro rechaza el "ataque"
Por su parte, Bolsonaro ha rechazado el "ataque a los edificios públicos" y ha negado cualquier responsabilidad en el asalto a las instituciones. El expresidente de Brasil, en su cuenta de Twitter, y a las siete horas de los sucesos, ha asegurado que, durante su mandato, "siempre" ha cumplido con la Constitución, "respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y la sagrada libertad".
- Manifestações pacíficas, na forma da lei, fazem parte da democracia. Contudo, depredações e invasões de prédios públicos como ocorridos no dia de hoje, assim como os praticados pela esquerda em 2013 e 2017, fogem à regra.
— Jair M. Bolsonaro 2️⃣2️⃣ (@jairbolsonaro) January 9, 2023
Bolsonaro ha rechazado "las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del Ejecutivo de Brasil", y ha añadido que "las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla".