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Perú, bajo la violencia y fuego de la extrema izquierda

Las marchas convocadas por los radicales de extrema izquierda en el Perú han provocado claras pérdidas económicas y un retroceso del país.

Las marchas convocadas por los radicales de extrema izquierda en el Perú han provocado claras pérdidas económicas y un retroceso del país.
Violencia de los radicales en Lima. | EFE

Desde que Pedro Castillo intentó un golpe de Estado el pasado 7 de diciembre, cuyo fracaso provocó su detención y el nombramiento constitucional de Dina Boluarte como presidenta, hoy los sectores más radicales de la extrema izquierda han puesto en práctica lo que seguramente estaban planificando desde hacía varios meses: tomar las calles de varias ciudades del Perú y provocar el caos generalizado.

Lo cierto es que varias ciudades del sur del país y también Lima han sufrido episodios de inmensa violencia de los radicales que han aprovechado algunos reclamos -justificados- de la población para sembrar el miedo y el caos: calles destruidas, adoquines levantados para usar como arma arrojadiza, mobiliario destrozado, edificios quemados…

También es cierto que la policía se vio superada en varias de estas marchas y algunos excesos provocaron muchas críticas por parte de la opinión pública. Estas violentas manifestaciones en el sur del Perú dejaron un trágico saldo de casi 50 fallecidos.

Todo esto se vio reflejado este martes en las calles del centro de la capital del Perú. Lima se vio asediada desde horas de la tarde por cientos de violentistas cuyo único objetivo era atacar a los miembros de las fuerzas de seguridad policiales que solo atinaron a lanzar bombas lacrimógenas e intentar dispersar a estos grupos. Pese a esos esfuerzos, se trató de uno de los días más violentos en Lima desde que comenzaron las protestas. Una de las características de estos grupos violentos es que parecen muy organizados: se repliegan para luego reagruparse y seguir con sus ataques.

Pérdidas económicas

En su presentación ante la prensa extranjera, Boluarte habló de las pérdidas económicas provocadas por las marchas y el bloqueo de las vías de ingreso a las ciudades. En el sector producción cifró estas pérdidas en más de 2.000 millones de soles (unos 470 millones de euros) y en 3.000 millones de soles (unos 710 millones de euros) por los ataques a infraestructuras como aeropuertos, carreteras o comisarías, entre otras.

Por su parte, el ministro de Economía, Alex Contreras, dijo este miércoles que las regiones más perjudicadas han sido Madre de Dios, Cusco y Puno, con pérdidas de hasta 2.150 millones de soles (unos 510 millones de euros) y precisó que se debió principalmente por el bloqueo de cinco carreteras que afectó el abastecimiento de alimentos en mercados y de combustibles. En declaraciones reflejadas por el diario La República, señaló que "a la fecha, estas regiones han ejecutado casi cero soles en lo que respecta a inversión pública (…) Pueden haber efectos de mediano y largo plazo, sobre todo, en Cusco, donde la actividad económica depende mucho del turismo, que es, de lejos, la actividad más golpeada".

Existen regiones como la de Ica, a unos 300 km al sur de Lima, que están completamente bloqueadas por los manifestantes, lo que impide el paso de camiones que transportan alimentos a las ciudades. De hecho, hoy también se ha conocido que los radicales han entrado a tierras agrícolas para amenazar a sus trabajadores y empresarios del sector.

La campaña en el exterior

Otro aspecto que resalta es la estrategia alimentada desde hace varios meses por Castillo y sus socios encabezados por Vladimir Cerrón, líder del partido marxista leninista Perú Libre. Esta estrategia se ha visto reflejada en la reacción de algunos presidentes de la región tras la salida del golpista del poder.

El primero en alzar su voz fue el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador quien generó una crisis diplomática con Perú, país que finalmente llamó a consultas a su embajador y expulsó al representante mexicano de Lima. Sin embargo, no fue el único ya que el bloque de la izquierda latinoamericana se unió para criticar al Gobierno de Boluarte. A López Obrador se le unió Gustavo Petro de Colombia, Alberto Fernández, de Argentina y Gabriel Boric, de Chile.

Pero más allá de las declaraciones de estos presidentes, Castillo también preparó una estrategia hacia España, tal y como reflejó Libertad Digital con la presencia en Madrid de Lourdes Huanca que se presenta como una líder feminista, indígena y campesina, pero que tiene una agenda política muy bien definida. La relación de Huanca con Castillo es conocida y a esos intereses políticos se suman los intereses particulares de sus familiares. Como refleja Libertad Digital, Perú reaccionó a esta presencia con una nota de la embajada del Perú en España alertando sobre la información presentada en medios españoles por parte de esta representante del golpista Castillo.

¿Hay una salida?

El reclamo principal de los manifestantes es que la presidenta renuncie a su cargo y se convoque lo antes posible a elecciones, pese a que ya se tiene establecido que los comicios se realizarán en abril de 2024. La presidenta ha repetido en varias oportunidades que no se irá del poder hasta ese momento para evitar dejar el país en manos de los radicales. La pregunta que se hacen muchos es si la salida de Boluarte calmaría las tensiones en el país. Las opiniones están divididas, aunque muchos creen que la agenda de la extrema izquierda va mucho más allá.

La impresión generalizada es que el Perú ha caído en el caos y que las regiones parecen estar en manos de los violentos, en especial en el sur del país, donde los gobernadores no parecen capacitados para calmar los ánimos y entrar en un proceso de diálogo con acciones concretas en cada una de las regiones.

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