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"Por fin Dios está del lado de Argentina": los taxistas de Buenos Aires nos hablan del futuro político de su país

Los locuaces taxistas bonaerenses nos hablan, desde su conocimiento de las opiniones de la calle, del interesante momento político que vive Argentina.

Los locuaces taxistas bonaerenses nos hablan, desde su conocimiento de las opiniones de la calle, del interesante momento político que vive Argentina.
¿Quién ocupará la Casa Rosada a partir de noviembre? | C.Jordá

"Yo creo que por fin Dios está del lado de Argentina", nos dice un taxista ya mayor y socarrón, "porque antes todas estas cosas –estamos hablando de la inflación y, sobre todo, de la sequía– le caían siempre a la oposición, es la primera vez que le caen a los peronistas".

Es una frase, de las mejores, de una de las conversaciones mantenidas con taxistas en un viaje reciente a Buenos Aires, aprovechando los a veces largos traslados por la enorme capital. Extremadamente locuaces, muy simpáticos y realmente conectados a una ciudad en cuyas calles pasan muchísimas horas y en la que a todo el mundo le gusta comentar las noticias, los conductores de taxi, Cabify o Uber son una fuente muy interesante para saber algo más de lo que de verdad se cuece en la compleja vida política del lugar.

¿Un cambio de ciclo?

Una vida política que en Argentina es tan agitada como siempre y presenta una situación prácticamente inédita: parece claro que el peronismo –"esto no es peronismo, es kirchnerismo", me dicen con esas o parecidas palabras varios conductores– perderá el poder y sólo queda por saber qué candidatura de la derecha se llevará el gato al agua: si serán Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, los dos posibles cabezas de cartel del bloque opositor Juntos por el Cambio, que llevó a Macri a la presidencia en 2015; o si podría sorprenderles el liberal Javier Milei, que al frente de La Libertad Avanza ha protagonizado una fulgurante irrupción en la política activa después de años como tertuliano y divulgador.

La primera vuelta de las elecciones se celebrará el 22 de octubre, los dos candidatos con más votos se enfrentarán en la segunda o "balotaje" el 19 de noviembre. Por el momento la mayoría de las encuestas sitúa a Juntos por el Cambio por delante a la espera de saber si el candidato final es Bullrich o Larreta; unas pocas apuestan por el peronista Frente de Todos, en el que tampoco está claro quién será el líder definitivo; e incluso las hay en las que el más votado sería un Milei que, por cierto, es el único del que a día de hoy podemos decir que será con toda seguridad el cabeza de cartel. En cualquier caso, el panorama más probable es que en ese balotaje se enfrenten el bloque peronista y una de las dos candidaturas del centro derecha, que finalmente lograría imponerse.

Una situación que hace que, como mínimo, "Milei será el que decida quién es el presidente", nos cuenta otro taxista que explica que, previsiblemente, la elección final dependerá de a qué candidato apoye el liberal en la segunda vuelta.

¿Y qué posibilidades le dan al propio Milei los taxistas? Aquí hay mucha variedad: uno que empezó la conversación asegurando que "por fin va a mandar la derecha que es lo que tiene que ser" no le da ninguna: "La mejor es Bullrich"; otro mantiene una distancia prudente con el candidato, aunque de una forma peculiar: "Hay que seguirlo y ver si de verdad está loco, si no lo está puede que sea el cambio"; un tercero, que me advierte que él no piensa apoyarle, sin embargo dice que "todo el mundo que sube al taxi va a votar a Milei". No podemos decir que sea una encuesta con gran valor demoscópico pero… ¿se estará cociendo la gran sorpresa?

Hay un factor quizá crucial que nos señalaba el taxista que hablaba de la importancia de la sequía: "Es lo único por lo que ingresan plata y va a ser un desastre, la cosecha se perdió –nos cuenta – y esa plata era con la que contaban para acabar el año", dice en referencia al gobierno peronista, "lo prepararon todo para fundirse hasta el último peso y que los que viniesen no tuviesen nada", pero en ese cálculo se incluían los ingresos de la cosecha "y ahora se van a quedar ellos sin plata antes de las elecciones". También promete ser un elemento a tener en cuenta.

¿Son todos los taxistas de derechas?

Por lo contado hasta ahora quizá pueda parecer que la mayoría de los taxistas bonaerenses son de derechas y lo cierto es que en mi experiencia lo son, al menos parecían más cercanos a Juntos por el Cambio o Milei, lo que no resulta tan extraordinario en una ciudad que lleva desde 2007 gobernada por la oposición al peronismo.

Pero también los hay de izquierdas, o peronistas, aunque prácticamente todos insisten en la diferencia entre peronismo y kirchnerismo de la que hablaba más arriba, o señalan que las facciones dominantes en el justicialismo actual, como la famosa Cámpora, son tan radicales que no se sienten identificados con ella: "Esos son como Podemos allá en España", nos explica uno que demuestra estar bastante bien informado..

Pero también los hay que prefieren no cambiar: "Yo con los de ahora voy ahogado pero voy, con los de antes no iba", nos dice, y como ejemplo de lo que para él es "ir" nos cuenta que recientemente se ha comprado un colchón a plazos: "Hacía años que lo necesitaba" y ahora por fin puede pagar la cuota mensual.

Otro de los taxistas que se posicionaba más favorable al gobierno actual mostraba sus esperanzas de que el ejecutivo que llegase tras las elecciones –porque más allá de sus preferencias daba por seguro el cambio– no hiciese "tonterías" como dolarizar la economía. Sin embargo, según su historia personal que me contó con todo lujo de detalles, no parecía haberle ido tan mal con la primera dolarización en los años 90: "En cinco años ahorré 50.000 dólares y con ese dinero me compré un piso".

Como todo el mundo sabe, más tarde las cosas se complicaron: "Se fue todo a la mierda y estuve a punto de perderlo, si no me ayudan mis hijos lo pierdo". Unos hijos que, como los pasa a muchos en Argentina, están fuera del país, de hecho una está en España.

¿Qué opinan los inmigrantes?

Varios de los conductores que me llevaron por las calles de Buenos Aires –la mayoría de los que trabajaban en plataformas de movilidad– eran inmigrantes: algún colombiano y sobre todo venezolanos, por razones obvias.

Uno de ellos me explica que comprende las movilizaciones que casi a diario bloquean alguna arteria de la ciudad, especialmente por los frecuentes cortes de la luz –yo llegué unos días después de dejar atrás lo más crudo del verano y no viví ninguno, pero con las temperaturas más altas eran muy frecuentes, según me contó todo el mundo–. Pero eso sí, comprender no es apoyar: "Yo me rompo el orto laburando todo el día y te cortan la calle y los querés matar".

Otro, pese a todos los problemas, me deja un mensaje optimista: "Aquí las cosas están mal, pero si trabajas duro sales adelante, aquí tenés la posibilidad", nos dice. Hay que comprenderlo: llegó a Argentina hace unos años desde Venezuela.

Hayek, Keynes y las "políticas capitalistas"

Una de las conversaciones más llamativas fue con un taxista muy agradable y con una historia personal curiosa que me llevó en el largo trayecto entre dos divertidos clubs nocturnos de San Telmo a Palermo. Policía retirado, estudiante de derecho, "más peronista" pero tampoco nada afín a Kirchner: una vez más, "esto no es peronismo".

Nuestro interlocutor nos explica también que con la crisis actual "los trabajadores privados mal que bien van saliendo, pero la gente que depende del Estado lo está pasando fatal". Y en esta situación él encuentra la solución en las fuentes más elevadas: me habló -y créanme que no me lo invento – de "las cartas entre Keynes y Hayek" en las que, según resume, los dos autores aceptaban que "después de un exceso de keynesianismo hay que corregir a políticas más capitalistas".

Así pues, si hasta los peronistas creen que en Argentina son necesarias "políticas más capitalistas" quizá sea la hora de apostar que, efectivamente, en noviembre va a haber un cambio.

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