
Los investigadores del caso Cecilia Strzyzowski -la joven de 28 años asesinada en la ciudad argentina de Resistencia- han confirmado que los restos de tela calcinados que fueron hallados hace diez días durante un registro en la vivienda del clan Sena corresponden a una mochila y una billetera de la víctima. Los acusados habrían quemado las pertenencias de la mujer en el patio del inmueble con el objetivo de eliminar cualquier prueba que pudiera incriminarles.
El Equipo Fiscal Especial chaqueño que dirige las pesquisas trabaja con la hipótesis de que el asesinato se perpetró en una de las habitaciones del domicilio ubicado en Santa María de Oro 1460. En concreto en la que pertenecía a César Sena, hijo del matrimonio de dirigentes piqueteros y pareja de Cecilia, ya que detectaron manchas de sangre al examinar la estancia con luminol. Las muestras recogidas están siendo analizadas en estos momentos para determinar si el fluido pertenece a un hombre o una mujer, y si hay coincidencias con el ADN de la joven.
También se han enviado al laboratorio de genética los restos óseos triturados que fueron hallados en el margen del río Tragadero, justo en el lugar que señaló uno de los detenidos por encubrimiento, cuyo testimonio ha sido clave para la investigación de los hechos. Se trata de Gustavo Obregón, asistente de los Sena. Según su relato, fue Marcela Acuña (la posesiva madre de César) quien le pidió que pasara por su casa para ayudarles. "Parece que hay un cuerpo", le dijo aquel 2 de junio. Llegó a la vivienda y allí estaba, "un bulto largo, todo envuelto".
En ese momento, César había salido. Pero tardó poco en volver. Cuando lo hizo, comenzó una minuciosa operación para deshacerse del cadáver de Cecilia y todas sus pertenencias. Obregón ha declarado que el joven -sin hablar sobre el asunto- le pidió ayuda para "sacar esto" que "tenemos que ir al campo". "Yo lo ayude a cargarlo, porque César era como mi jefe", aseguró. Así que se dirigieron a la zona de Tres Horquetas, donde la familia tenía un criadero de cerdos, y lo quemaron todo.
Entretanto, el asistente de la familia vio que el hijo del matrimonio de líderes del Partido Socialistas Unidos por el Chaco manejaba dos teléfonos móviles. Todo apunta a que uno de ellos era el de la víctima. Durante varios días César estuvo escribiendo a su suegra haciéndose pasar por Cecilia, para no levantar sospechas. Cuando hablaron por videollamada por última vez, el 1 de junio, su hija le explicó que iba a emprender un viaje a Ushuaia con su pareja y que al día siguiente debían coger un vuelo a Buenos Aires.
Esto también formaba parte del maquiavélico plan. De las pesquisas se desprende que los billetes nunca fueron comprados, aunque -claro- eso Cecilia no lo sabía. El estudio de su móvil revela que estaba muy ilusionada con el mencionado viaje. En los días previos a su muerte, realizó distintas búsquedas en Internet que así lo reflejan. "Cómo armar una valija (maleta)", "qué se puede llevar en un avión", "dónde comprar chocolates en Buenos Aires" o "dónde tomar el mejor café", fueron algunas de ellas.
En el móvil de César -sin embargo- no había ni una sola consulta al respecto. Él se dedicó a explorar otro tipo de cosas que podrían ser indicio de la premeditación del homicidio. El 1 de junio (día previo a los hechos), buscó en Youtube "cómo luxar un brazo". Algo significativo teniendo en cuenta que la principal hipótesis de los investigadores es que agarró a Cecilia por la espalda y la asfixió con la técnica del mataleón, presionando el cuello de la chica con su brazo.
En cualquier caso, mientras Obregón ayudaba a la familia Sena a deshacerse de aquel "bulto", se supone que él no sabía que se trataba de Cecilia. No sería hasta dos días después cuando -según su testimonio- se entera de que la joven está desaparecida. Aunque el propio asistente reconoce que el martes 6 de junio (cuatro días después del crimen y de que ayudara a César a deshacerse de un cuerpo), accedió a echarle una mano de nuevo al chico.
Aquel día compraron bolsas de basura, volvieron al campo y recogieron los restos de la incineración con una pala. "En ningún momento vi huesos grandes, pero si podía observar que había huesos chiquititos", afirmó. A continuación se dirigieron al río Tragadero y César vació el contenido de las dos bolsas. En las inmediaciones de ese lugar es donde los investigadores encontraron los restos calcinados de: una maleta tipo trolley (con ruedas), una sudadera color rosa, un dije en forma de cruz y unos anillos.
Una donación sospechosa
Casualmente el 6 de junio también fue el día en el que la influyente familia Sena realizó una donación que llamó la atención de los investigadores. En el registro realizado el 9 de junio, día en que se practicaron las detenciones de la familia Sena, detectaron que faltaba mobiliario en la casa. Revisaron las cámaras de seguridad y comprobaron que un camión de mudanzas recogió los muebles, que fueron trasladados a la vivienda de unos vecinos.
Los investigadores lograron localizar al conductor del vehículo y tomarle declaración. Éste confirmó que realizó el traslado el mismo día en el que la madre de Cecilia puso la denuncia por la desaparición de su hija. Él fue quien detalló los muebles que llevó en su camión (un colchón, una cajonera y una mesilla de noche) y a qué dirección lo hizo. Supuestamente, los Sena decidieron regalárselos a una pareja del barrio con motivo del nacimiento de su bebé. Un gesto de generosidad con el que intentaron ocultar el peor de los secretos del clan.
Tras las detenciones de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, así como de su hijo César, el juez de Garantías Ricardo Sandoval ordenó que se realizara un registro en el inmueble al que el matrimonio de piqueteros mandó llevar su regalo. El estudio de estos objetos, incautados el 22 de junio en la calle Santa María de Oro al 1400 de Resistencia, dieron como resultado un nuevo elemento a tener en cuenta en la investigación. El colchón presentaba una mancha de sangre humana que habría intentado ser eliminada con lavandina.




