Center for a Free Cuba, Fundación para la Democracia Panamericana y la asociación española Cuba en Transición han elaborado un informe sobre el papel de Cuba en el colapso de la democracia venezolana y la creación del aparato de represión que mantiene en el poder a Nicolás Maduro después de que perdiera los comicios celebrados el pasado 28 de julio, en los que el opositor Edmundo González fue elegido presidente.
La injerencia del régimen cubano en Venezuela comienza con el ascenso de Fidel Castro y se mantiene hasta nuestros días. En 1959, el propio dictador promovió revueltas en Caracas para hacerse con el control del país desestabilizando su recién estrenada democracia. Todo porque el presidente Rómulo Betancourt se negó a financiar la revolución cubana y hacer frente común "contra los gringos (americanos)".
Tales fueron los altercados impulsados por la Habana que Betancourt echó del país al embajador de Cuba, acusado de "instigación, agitación y subversión contra su régimen". No contento con eso, Fidel ordenó -en 1967- el desembarco de Machurucuto. Un intento de invasión en toda regla, que fracasó y dejó a Cuba fuera de la OEA (fue expulsada).
A pesar de todo, Castro continuó con su plan colonizador. Esta vez apostó por infiltrarse en las Fuerzas Armadas y atacar desde dentro. Es entonces cuando ayuda en su ascenso a Hugo Chávez. Y, precisamente con él al frente del Ejército, llevaron a cabo un golpe de Estado -que también resultó fallido- en 1992. El fracaso tampoco sirvió para que Fidel desistiera en su empeño.
A Chávez le costó pasar dos años en la cárcel pero -una vez salió de prisión- su mentor (Fidel) le recibió con honores de Jefe de Estado en la Habana y le encomendó una importante misión. Una vez explorada la vía de la lucha armada -sin éxito-, Castro decidió introducir a uno de sus hombres en el régimen venezolano para que le fuese entregando parcelas de poder poco a poco.
Con la ayuda de Chávez, el régimen cubano fue introduciendo sus garras en el corazón de Venezuela hasta hacerse con el control del aparato de inteligencia primero y el policial después. Una pieza clave fue la creación de los CDR que han generado el clima de terror en el que viven los venezolanos. Tras el reciente fraude electoral, se han registrado: 24 muertos, decenas de heridos y 2.500 detenciones.
La colonización de Venezuela
Venezuela era su tabla de salvación. Los regímenes comunistas de la Europa Oriental habían colapsado y la isla caribeña -que había perdido los cuantiosos subsidios soviéticos- padecía una terrible crisis económica, que lanzó a miles de cubanos a arriesgar sus vidas en el mar. El régimen cubano -experto en eufemismos- la llamó el Periodo Especial.
Durante un año, Chávez trabajó codo a codo con los mejores asesores cubanos en su campaña electoral. Y, el 6 de diciembre de 1998, ganó las elecciones con un 56% de los votos. En ese momento comienza un proceso de colonización que se ha frustrado más veces de las que la pareja de mandatarios comunistas hubiera deseado, pero que se ha terminado materializando.
Infiltrados en el sistema
Cabe recordar que Hugo Chávez lanzó la propuesta de la creación de "una confederación de dos países en uno", pero fue rechazada por los venezolanos en el referéndum constitucional celebrado en 2007. Así que fue necesario el envío de miles de cubanos al país vecino para que las marionetas de los Castro siguieran en el poder.
En 2018, la Organización de Estados Americanos (OEA) cifró en al menos 46.000 el número de cubanos que "se infiltraron en el régimen venezolano" para mantener a Maduro en el poder. Hablamos de médicos, maestros, entrenadores deportivos, funcionarios y asesores de todos los sectores (telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, registros públicos, identificación nacional y distintos ámbitos relativos a la seguridad nacional).
Copió a la KGB y la Stasi
"El régimen cubano fue penetrando en las instituciones y estructuras del estado venezolano gracias a la puerta franca que le ofreció el presidente" venezolano, aseveran los autores del informe. "Por un lado, Chávez condujo al país a un rápido proceso de resquebrajamiento institucional que fue erosionando uno a uno los órganos independientes del país. Y, por el otro, impulsó una ambiciosa agenda de propaganda y proyectos sociales", argumentan.
Cuba se sirvió de las llamadas "brigadas médicas", entre otras "misiones de internacionalización" (envío de trabajadores cubanos al exterior), para introducir a sus agentes en el régimen venezolano, "penetrando todos los espacios posibles" y "replicando el aparato de inteligencia que Cuba a su vez había calcado de la KGB y la Stasi de Alemania del Este", concreta el documento. Un proceso que se intensificó a partir del golpe contra Hugo Chávez en abril de 2002, que resultó fallido gracias a la intervención de Fidel Castro.
La represión de los CDR
A partir de ese momento, el líder venezolano "sólo se fiaría de Cuba y sería el régimen cubano quien dominaría el aparato de inteligencia y de propaganda". Un exagente llamado Umberto Mario Hernández, que estuvo "involucrado en la implementación del llamado programa Barrio Adentro", explicó que el propio comandante en jefe "se encargó entonces de diseñar una estrategia para potenciar la presencia cubana en todos los ámbitos".
"El control de los barrios había sido una obsesión del castrismo desde que, con la colaboración de la Stasi de Alemania del Este –que participó en su diseño y adiestramiento—implantaran los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) como unidad básica de represión" y -a tenor de las declaraciones en 2007 del coordinador de este órgano de control en Cuba- también lo era en el país vecino, asume el informe. Juan José Rabilero presumía entonces de tener "más de 30.000 cederistas en Venezuela".
El control del Ejército
Únicamente el Ejército quedó relativamente al margen de la influencia de La Habana. Y eso cambiaría en 2007, tras la primera derrota de Hugo Chávez en el mencionado referéndum constitucional. Según una investigación realizada en 2019 por la agencia Reuters, los ministros de Defensa de ambos países firmaron en mayo de 2008 distintos convenios (y no so los únicos de los que hay constancia en este sentido) que dieron a Castro el control de las fuerzas armadas venezolanas.
Estos acuerdos permitían que Cuba: entrenara, revisara y reestructurara partes del Ejército venezolano; interviniera en la formación de sus agentes de inteligencia y hasta les cambiara la misión encomendada para que -en lugar de espiar a rivales extranjeros- pasaran a vigilar a sus propios soldados y altos mandos. No es baladí que la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) pasara a denominarse Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
Maduro, un peón de Cuba
Hugo Chávez designó a Nicolás Maduro como su sucesor en diciembre de 2012, tres meses antes de morir. Dejaba Venezuela en manos de "un hombre de Cuba". Allí recibió su formación política entre los años 1986 y 1987, cuando todavía era un joven militante de la Liga Socialista. Se convirtió en una de las personas de confianza de la Habana. Para muchos, en un peón del régimen castrista.
De hecho es a partir de 2013 cuando la injerencia de Cuba en Venezuela se acelera, "participando en el diseño de toda la arquitectura represiva". En febrero de 2015, se aprobó el ‘Manual de Operaciones Especiales del DGCIM’. Militares y ex funcionarios de ese organismo de contrainteligencia aseguran que se trata de "una copia fiel del cubano", al que llaman "La Constitución".
Torturas y crímenes de lesa humanidad
"Cuba es responsable de la represión y tortura en Venezuela". Estas fueron las palabras del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en una entrevista al diario ABC en febrero de 2019. Y es que -a día de hoy- son muchos los testimonios que hablan del protagonismo de los oficiales enviados por el Gobierno cubano en la planificación, inducción y ejecución de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, recuerda el informe.
El Instituto CASLA los recoge en sus informes anuales y habla de técnicas como "la perforación de uñas en manos y pies para pasar los cables de las descargas eléctricas, el uso sistemático de bolsas plásticas para asfixiar a los torturados, el colgamiento con grúas sin tocar el suelo durante los interrogatorios, las lesiones en los genitales al ejercer violencia sexual o la intoxicación con sustancias psicotrópicas desconocidas".
Apoyo al fraude
Las fuerzas represivas de Cuba se pusieron en marcha también tras el fraude electoral del pasado 28 de julio en Venezuela "para ahogar la movilización popular y desmantelar el liderazgo opositor", señala el informe. Hay constancia de que el 30 de julio despegaron de la Habana al menos cuatro vuelos no regulares que aterrizaron en Caracas, informó el Diario Las Américas.
El documento recoge que "Cuba estuvo operando sobre el terreno desde el principio para apoyar la estrategia de Maduro y poner en marcha las fuerzas represivas", con el objetivo de "ahogar la movilización popular y desmantelar el liderazgo de la oposición". El general retirado y exiliado venezolano Antonio Rivero confirmó el incremento de la llegada de personal de seguridad a Venezuela procedente de Cuba y recordó que el régimen castrista está "al frente del aparato policial" que está reprimiendo a la población.