
Cuba enfrenta una de las crisis energéticas más severas de su historia reciente, culminando este jueves 17 de octubre con un apagón total que dejó sin electricidad a toda la isla. Según el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), la interrupción fue causada por una avería en la central termoeléctrica de Antonio Guiteras, una de las plantas más grandes y antiguas del país, que lleva más de cuatro décadas en funcionamiento. Este incidente provocó la desconexión total del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), sumiendo al país en la oscuridad y afectando gravemente la vida diaria de millones de cubanos.
El director general de Electricidad del MINEM, Lázaro Guerra, confirmó la situación en la televisión estatal, reconociendo que en estos momentos Cuba tiene "cero cobertura energética nacional". La central de Guiteras necesitaba mantenimiento urgente después de operar todo el verano, pero la falta de recursos y el desgaste de la infraestructura agravaron la crisis. Esta situación ha puesto de relieve la obsolescencia del sistema energético cubano, compuesto en su mayoría por plantas termoeléctricas de origen soviético que no han recibido inversiones ni mantenimientos adecuados en años.
El colapso de este jueves no es un incidente aislado. En septiembre de 2022, una situación similar de "cero producción" se produjo tras el paso del huracán Ian, que dejó sin luz a todo el país durante varios días. La crisis energética actual no solo es el resultado de una infraestructura deteriorada, sino también de la escasez de combustible, causada por la falta de divisas para importarlo, lo que ha reducido significativamente la capacidad de generación eléctrica.
Impacto en la vida cotidiana
La falta de electricidad está afectando profundamente la vida diaria de los cubanos, quienes ven cómo las largas horas de apagón complican sus rutinas. Las familias deben organizarse para realizar tareas básicas en las escasas horas en que el servicio eléctrico regresa.
Cuba sufre un apagón masivo tras el colapso total de su sistema energético 🇨🇺
El país atraviesa una "situación de emergencia energética" que conllevó al cierre y suspensión de servicios para priorizar en hospitales y alimentación pic.twitter.com/MWVmMiZxEJ
— Libertad Digital (@libertaddigital) October 19, 2024
Las consecuencias van más allá del ámbito doméstico. La falta de electricidad también ha forzado al cierre de escuelas y la suspensión de actividades recreativas y culturales en toda la isla, lo que ha dejado a miles de estudiantes sin clases y ha paralizado muchas áreas de la vida pública.
Una crisis que golpea a todos los sectores
El régimen, a través del presidente Miguel Díaz-Canel, ha asegurado que está dando "absoluta prioridad a la atención y solución de esta contingencia energética de alta sensibilidad para la nación" y aseguró que "no habrá descanso" hasta restablecer el servicio eléctrico. Sin mbargo, la recuperación es lenta, y la situación sigue siendo crítica. A medida que la isla lucha por restablecer el suministro eléctrico, los apagones han sido devastadores para la población y la economía.
El primer ministro, Manuel Marrero, declaró que la crisis es una "emergencia nacional" e implementó la paralización de todas las actividades laborales estatales no esenciales, a excepción de los hospitales y centros de producción de alimentos, para concentrar la escasa energía disponible en los sectores más críticos. Sin embargo, a medida que el país se sumerge en una situación cada vez más precaria, el malestar social crece. Los apagones, que comenzaron a afectar a más del 40% del país a principios de año, alcanzaron el jueves un nuevo máximo del 51%. Se espera que este viernes más del 49% de la población sufra cortes eléctricos prolongados.
El impacto de los apagones no se limita a la vida cotidiana, sino que también afecta profundamente a la economía cubana, que en 2023 se contrajo un 1,9%, quedando por debajo de los niveles de 2019. Los frecuentes cortes de electricidad agravan la crisis económica, que ya está golpeando duramente a los cubanos, al tiempo que aumentan el descontento social. Desde las históricas protestas del 11 de julio de 2021, los apagones se han convertido en catalizadores de manifestaciones populares. En marzo de este año, protestas en Santiago de Cuba y otras localidades reflejaron el creciente malestar de la población, que continúa sufriendo la falta de recursos básicos y un deterioro generalizado de los servicios.
Futuro incierto y creciente malestar
A nivel estructural, Cuba se enfrenta a un desafío monumental. Aunque el régimen ha señalado su intención de "maximizar la producción de petróleo cubano" y promover las energías renovables, la solución parece estar lejos de llegar. Los funcionarios han advertido de que esta crisis energética podría extenderse durante los próximos dos años, lo que agrava aún más la ya complicada situación en la isla.
Sin duda, la crisis energética en Cuba no solo representa un golpe a la infraestructura y la economía del país, sino también a la moral de la población, que sigue enfrentando dificultades diarias en un contexto cada vez más desesperante. Con una infraestructura obsoleta, falta de combustible y un régimen con pocas soluciones inmediatas, la crisis energética se perfila como uno de los mayores desafíos para Cuba en los próximos años.