
Manuel de Jesús Guillén Esplugas se suma a la larga lista de nombres de presos políticos que mueren en las cárceles cubanas como consecuencia de las torturas, la falta de alimentos y la privación de asistencia médica o medicinas. Según denuncia la Fundación para la Democracia Panamericana (FDP), el opositor -miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide- fue brutalmente asesinado por oficiales del Ministerio del Interior en la prisión Combinado del Este de la Habana.
Así lo revelan los signos de violencia que presentaba su cadáver cuando le fue entregado a su madre, el pasado 1 de diciembre. A Guillén Esplugas, que fue arrestado el 17 de julio de 2021 por su participación en las protestas pacíficas del 11 de Julio del 2021 en la isla caribeña, la dictadura le impuso una condena de seis años de prisión. No contenta con ello, el disidente era sistemática y duramente castigado por los hombres del régimen. Pero su cuerpo no pudo resistir la última paliza.
"Trataron a mi hijo como a un perro", señala su madre. "Lo torturaron hasta matarlo, y esto es lo que hacen en las prisiones de Cuba a cualquiera que se oponga al Partido Comunista", añade Dania Esplugas. La mujer ha podido ver los moretones que presentaba su cuerpo. Por lo que ha podido saber, la seguridad de la prisión ató a su hijo con un cinturón y lo cosió a golpes. Le fracturaron la clavícula y también la tráquea. Fue tan brutal que "se orino los pantalones", como prueban las marcas de su ropa.
Lejos de mostrar arrepentimiento o empatía, agentes de la Seguridad del Estado se dedicaron a intimidar a los allegados de la víctima en la funeraria. Lamentablemente estas prácticas no son una novedad, como han venido contando los familiares de otros presos políticos a lo largo de los años en Libertad Digital. Así se las gasta el régimen comunista. Su "pequeño gigante" -como ella lo llamaba- no volverá, pero su madre quiere que el mundo conozca las atrocidades que el régimen cubano acometió contra su hijo.
Tanto la Fundación para la Democracia Panamericana (FDP) como la iniciativa ciudadana Cuba Decide se han sumado al dolor de esta mujer y exigen justicia para Manuel y para todos los demás. "El asesinato de Manuel tiene responsables y entre ellos están Miguel Diaz-Canel Bermúdez y su Ministro del Interior Lázaro Álvarez Casas, es hora de que ellos y sus círculos corruptos, tengan consecuencias por sus crímenes de lesa humanidad", ha aseverado Rosa María Payá.
La fundadora de Cuba Decide conoce bien los "métodos" del régimen. La hija del líder disidente Oswaldo Payá asegura que su propio padre -que murió el 22 de julio de 2012en un extraño accidente de tráfico- fue asesinado por orden de los hermanos Castro al ver amenazado su poder. Él se enfrentó a la dictadura con la palabra y el peso de la verdad en la mano. Ahora es ella quien reclama para los cubanos lo que les pertenece, tras más de 60 años de hostigamiento y represión.
Llamamiento urgente
La Fundación para la Democracia Panamericana (FDP) ha realizado un llamamiento urgente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El objetivo es garantizar que los culpables de estos crímenes de lesa humanidad rindan cuentas ante la justicia.
La FDP ha presentado una apelación formal ante la mencionada comisión en la que denuncia tanto el asesinato de Manuel como los abusos sistemáticos que sufrió el preso político mientras estaba bajo custodia estatal.
En la misiva, con fecha 1 de diciembre de 2024, se ruega a la CIDH que actúe con firmeza para que se haga justicia y se solicita que la comunidad internacional actúe de forma inmediata para "prevenir nuevas atrocidades".
Como vienen denunciando tanto la FDP como otras organizaciones que defienden los derechos humanos en Cuba, el crimen de Manuel de Jesús Guillén Esplugas es el resultado de un patrón de violencia auspiciado y patrocinado desde el régimen comunista, en el que la disidencia se paga con la cárcel, torturas, y -en ocasiones- la propia vida.
Opositores torturados y hostigados
Un caso que acaparó mucha repercusión en los medios fue el de la opositora Mailene Noguera, quien reveló desde la cárcel -a través de una misiva- las torturas a las que los detenidos por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 eran sometidos, incluidos los más jóvenes. "Niñas menores de edad con pistola en la cabeza", lamentaba. "Con pinzas arrancaban uñas y hasta los pixis (piercing) de lengua".
Lo de José Daniel Ferrer García pasa de castaño oscuro. Ha llegado a estar meses y meses consecutivos en aislamiento, siendo goleado y torturado psicológicamente. Su familia dice que él cree que le están "matando lentamente". Asegura estar recibiendo ataques sónicos constantes. Su degradación física y psicomotriz es cada vez mayor como consecuencia del ensañamiento que padece por su papel destacado dentro de la disidencia cubana.
Lisdany Rodríguez Isaac cumple una condena de 8 años de cárcel por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021. Al hostigamiento que recibe por su condición de presa política, tenemos que sumar el que se le propina por sus ideas religiosas (es Yoruba) y también por aferrarse a la idea de continuar con su embarazo. En cuanto la prueba dio positiva, le pusieron "los papeles por delante, para que se sacara la barriga", aseguró su madre a LD.
En el caso de Luis Barrios Díaz, uno de los presos que estaba en prisión por participar en las manifestaciones pacíficas del 11J contra el régimen comunista, falleció hace un año de una broncopulmonía. El motivo: le negaron la atención médica que necesitaba. "Los directivos de la prisión han cometido un asesinato", denunció su cuñado -Carlos Hernández- en un video difundido con el apoyo de Prisoners Defenders. Y estos son sólo un puñado de ejemplos de la violencia de todo tipo que se ejerce contra la disidencia en las cárceles cubanas.
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