El dictador Miguel Díaz-Canel presumía hace sólo una semana del buen estado de las relaciones entre Cuba y China, coincidiendo con el paso del comisario general chino, Wang Xiaohong, por la isla caribeña. Una visita que -destacó, a través de la red social X- demuestra su estrecha colaboración "en el ámbito de la seguridad ciudadana, y en el enfrentamiento a las políticas de colonización cultural, hegemónica y de subversión que el imperio ejerce sobre nuestras naciones".
Se registraron encuentros al más alto nivel. El mismísimo Raúl Castro recibió al comisario general Xiaohong (consejero de Estado y ministro de Seguridad Pública de China) y ensalzó la histórica amistad que une a sus pueblos. "Ambas partes constataron la voluntad política de continuar estrechando las relaciones y fortalecer la cooperación en diferentes ámbitos de interés común", explicó el Partido Comunista de Cuba a través de su canal de YouTube.
La visita de Xiaohong se produce apenas unos meses después de que el periódico Wall Street Journal publicase una información que confirmaría lo que lleva décadas rumoreándose: China espía a Estados Unidos desde Cuba. Algo que cabía esperar dada la relación de cooperación que mantienen las dos dictadoras comunistas y que comparten su odio hacia Estados Unidos y todo lo que representa. Además la ubicación de la isla caribeña, a unos kilómetros de la potencia capitalista, la convierte en un excelente punto estratégico para la captura de información sensible de su histórico enemigo.
El diario estadounidense revelaba en junio de 2023 que China y Cuba habían llegado a un acuerdo secreto por el que el gigante asiático establecería un centro de escuchas electrónicas en la isla, a cambio -eso sí- de varios miles de millones de dólares. Así lo habrían confirmado funcionarios de la Administración Biden, que habrían identificado hasta cuatro instalaciones de las que entraban y salían técnicos chinos. Esto salió a la luz unos meses después de que Estados Unidos detectara un globo espía chino que habría cruzado gran parte de su territorio continental, acrecentando su preocupación sobre los esfuerzos de China para recopilar información sensible.
Ahora es el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos (CSIS, siglas en inglés) quien confirma este extremo con la publicación de un informe en el que proporciona "nuevas evidencias" sobre las bases de espionaje que China habría establecido en Cuba y que supondrían una brecha para la seguridad de su país. Serían al menos cuatro y sus instalaciones habrían experimentado "notables mejoras" en los últimos años, a pesar de que la isla caribeña está pasando por una de las peores crisis económicas de su historia.
"Las imágenes satelitales y el análisis de fuentes abiertas ofrecen una visión sin precedentes de estas instalaciones y brindan pistas sobre cómo podrían usarse para espiar comunicaciones y actividades sensibles en la región", señala el CSIS. "A la luz de estos acontecimientos, Estados Unidos y sus socios regionales deben monitorear cuidadosamente el creciente papel de China en Cuba", advierte.
"La costa sureste de Estados Unidos está repleta de bases militares, cuarteles generales de mando combatiente, centros de lanzamiento espacial y sitios de pruebas militares", por lo que "para Pekín, tener acceso a capacidades SIGINT en Cuba abriría una importante ventana de inteligencia" a la que no podría tener tener acceso de otra manera. El material analizado por el CSIS ofrece -señala- "una visión sin precedentes de cuatro instalaciones en Cuba que cuentan con equipos capaces de recopilar información" a través de la interceptación de señales.
Cuatro bases confirmadas
"Utilizando imágenes satelitales y otras herramientas de código abierto, el CSIS evaluó casi una docena de instalaciones en Cuba que, según diversas fuentes, estaban vinculadas al espionaje chino", recoge el informe. "De ellas, cuatro tenían instrumentación SIGINT observable, una clara infraestructura de seguridad física (puestos de guardia, cercas perimetrales, insignias militares, etc.) y otras características que sugerían la recolección de inteligencia".
1.- Bejucal: centro ubicado en unas colinas desde las que se controla la ciudad de La Habana, muy cerca de un complejo que se hizo famoso durante la Crisis de los Misiles de 1962 por albergar armas nucleares soviéticas. Siempre estuvo bajo sospecha por su posible vinculación con la inteligencia china. Las imágenes vía satélite tomadas en marzo de 2024 indican que la instalación está activa y que cuenta con al menos cinco entradas a instalaciones subterráneas que habrían sido construidas entre 2010 y 2019. Se cree que "podría recopilar datos sobre los lanzamientos de cohetes estadounidenses desde el Centro Espacial Kennedy y la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida", lo que le sería muy útil a China "en su intento por ponerse al día en la tecnología de lanzamiento espacial estadounidense".
2.- El Salao: se encuentra en el lado opuesto de la isla. El nuevo sitio SIGINT se habría estado construyendo desde 2021. "Con un diámetro proyectado de 130 a 200 metros", podría detectar señales en cualquier lugar localizado a entre 3.000 y 8.000 millas náuticas de distancia", afirma el CSIS. El complejo está a solo dos millas de la Planta de Cemento Moncada, inaugurada en 2018 para revitalizar la desaparecida industria. "Según informes locales, la planta era parte de la expansión financiada por China", añade al tiempo que señala que las fotos publicadas en las redes sociales sugieren que los trabajadores de la planta Moncada también estaban involucrados en la construcción de El Salao, lo que indicaría el "posible vínculo" con China. los CDAA pueden proporcionar información sobre la ubicación y los movimientos de las fuerzas militares a un costo relativamente bajo. Requieren poco mantenimiento y son resistentes a la intemperie.
El CDAA de El Salao (aún inactivo) podría "proporcionar información sobre la ubicación y los movimientos de las fuerzas militares estadounidenses a un costo relativamente bajo", ya que "requieren poco mantenimiento y son resistentes a la intemperie". China ha invertido en nuevas instalaciones de este tipo recientemente en Mischief Reef y Subi Reef , dos de sus islas militarizadas en el Mar de China Meridional. Esto demuestra que la tecnología sigue siendo para el Ejército Popular de Liberación (EPL). Le ofrecería una alerta temprana sobre la actividad naval cerca de sus islas en disputa. Tendría capacidad para monitorear a la Marina de los EEUU y sus socios internacionales) en el Caribe.
3.- Wajay: es un pequeño complejo con valla de seguridad y dos puestos de guardia, ubicado a menos de 10 kilómetros de Bejucal. Sus instalaciones se ha ido ampliando gradualmente en los últimos 20 años, según datos de CSIS. En 2002, apenas contaba con una antena y varios edificios de escaso tamaño; ahora alberga 12 antenas de diversos tamaños y orientaciones, importantes instalaciones operativas y de apoyo, e incluso un pequeño parque solar. Se observa presencia de árboles y de actividad agrícola e la zona, algo que suelen usar en otros sitios SIGINT "para ocultar su verdadero propósito". Wajay ha aparecido en varios documentos en los que se afirma que "China jugó un papel en su construcción o modernización". No obstante, no se aprecian antenas parabólicas, por lo que su objetivo sería "principalmente la interceptación y transmisión de señales terrestres".
4.- Calabazar: documentos desclasificados de la CIA sugieren que probablemente sirvió como centro de comunicaciones en la década de los 60, pero desde entonces ha experimentado mejoras significativas. En la actualidad, cuenta con antenas parabólicas, verticales y horizontales, que recopilarían información de inteligencia variada. Y también un parque solar, que fue instalado a principios de 2012. Al igual que en Bejucal, las antenas parabólicas parecen estar orientadas fundamentalmente hacia el sur. Esto tendría como objetivo captar transmisiones de satélites en órbita geoestacionaria sobre el ecuador. A diferencia de los tres sitios anteriores, Calabazar no fue identificada en ningún registro público como un sitio que tuviera vínculos con China. Pero los informes de desertores cubanos obtenidos por el CSIS determinan que el funcionamiento de esta base estaría dirigido al espionaje de Estados Unidos.
¿Desde cuándo?
A lo largo de su historia, Cuba ha cooperado con agencias de inteligencia de adversarios de Estados Unidos para espiar sus comunicaciones. Conocida es de sobra su estrecha colaboración con la Unión Soviética. Tras la caída de la federación socialista en 1991, la injerencia de Moscú en en la isla caribeña comenzó a disminuir y se abrió la puerta a otros intercambios. El vacío que dejaron los soviéticos fue rápidamente ocupado por los chinos, según los expertos que han elaborado este informe.
En la década de los 90 -aseguran- hubo varios intercambios de alto nivel entre líderes de ambas naciones. En 1999, una delegación militar del gigante asiático encabezada por su ministro de Defensa Nacional, Chi Haotian, visitó Cuba. Desde entonces circulan lo rumores sobre la presencia de la inteligencia china en la isla. Informes de prensa de la época -recoge el informe- sugieren que se firmó un acuerdo por el que se "otorgaba a China acceso a varias instalaciones de espionaje electrónico" de la antigua Unión Soviética en el país antillano.
Apoyo financiero
En las últimas décadas, las relaciones bilaterales no han hecho más que fortalecerse. Cuba fue uno de los primeros países de América Latina en recibir al líder chino Xi Jinping tras su investidura, en 2013. Miembros destacados de la dictadura cubana han visitado China desde entonces, y el apoyo financiero de Pekín a La Habana ha crecido progresivamente.
Según AidData, el país más poblado del mundo habría proporcionado cerca de 8.000 millones de dólares a la isla caribeña desde el año 2000 para su desarrollo. Esto incluye la modernización del puerto de Santiago de Cuba, un proyecto que costó 120 millones de dólares y que se impulsó tras la mencionada visita del mandatario asiático.
Petróleo y telecomunicaciones
Por otra parte, la Corporación Nacional de Petróleo de China ha firmado sendos acuerdos con la petrolera estatal cubana para desarrollar pozos petroleros en la isla (tanto en tierra como en alta mar), pese a que sus reservas son escasas. Impulsar la producción nacional de combustibles ha sido una prioridad para la dictadura cubana a raíz del colapso del sector petrolero venezolano (lo que ha provocado una escasez de combustible barato).
China se ha comprometido a ayudar a construir 92 parques solares en el país caribeño. Y las empresas vinculadas a Beijing están profundamente arraigadas en el sector tecnológico de Cuba, destaca el informe. Los gigantes tecnológicos chinos Huawei y ZTE, ambos incluidos en la lista negra del gobierno estadounidense por riesgos de espionaje, forman la columna vertebral de la infraestructura de telecomunicaciones de la isla en la actualidad.
¿Quién se beneficia?
China ha sabido aprovechar la oportunidad que representa que Cuba pase por su peor crisis económica desde la caída de la Unión Soviética. Es peor que el mal llamado ‘Periodo Especial’, el eufemismo con el que la dictadura caribeña intentó ocultar la verdadera situación por la que pasaba el país. No es ningún secreto que el régimen cubano necesita ayuda externa para salir del atolladero en el que se encuentra.
Las opciones eran limitadas y China tenía "fuertes motivaciones políticas e ideológicas para preservar uno de los pocos estados comunistas que quedan en el mundo". Además, le venía muy bien ganar un importante punto estratégico como el que supone la isla caribeña, a unos 160 km de las costas de Florida. Pero esta asociación beneficia a ambas partes.
Más allá del apoyo financiero que le pueda aportar China, el gigante asiático ha puesto en manos del régimen comunista cubano una serie de herramientas que le han servido -y le sirven- para seguir controlando a su pueblo. Ejemplo de ellos es lo que ocurrió durante las famosas manifestaciones masivas del 11 de julio de 2021. La dictadura caribeña redujo el ancho de banda para intentar impedir que los organizadores que se comunicaran y así frenar las protestas.