Felipe González ha compartido detalles sobre la relación que tenía con el papa Francisco, a quien conoció en 2001, cuando aún era el arzobispo Jorge Bergoglio. Su primer encuentro tuvo lugar en Buenos Aires, durante la grave crisis económica que vivía Argentina tras el corralito. Convocado por el entonces presidente Fernando de la Rúa, González participó en varias reuniones con figuras clave del panorama político y económico argentino. Entre todos los encuentros, el expresidente del Gobierno destaca especialmente el que tuvo con Bergoglio, de quien recuerda: "Hizo el análisis más lúcido" de aquel momento. "Me llenó de información", añade.
El expresidente relata en el video publicado por su fundación, titulado Memoria de futuro: Adiós a Francisco, un detalle llamativo de aquella visita: fue advertido por un colaborador del arzobispo de que Bergoglio era "papable", algo que, confiesa, le sorprendió profundamente. "No tenía ni la menor idea de que nadie estuviera pensando en 2001 que pudiera tener carácter de papable", comenta. Con el tiempo, ambos mantuvieron una relación de cercanía y se reencontraron en varias ocasiones después de que Bergoglio fuera elegido Papa.
Ruego por Venezuela ante la represión de Maduro
En el marco de esa relación de confianza, González acudió al Vaticano para pedir ayuda respecto a la situación que se vivía en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro. En el video, el exlíder socialista relata cómo solicitó la intervención de Francisco I frente al "drama que se vivía en Venezuela", caracterizado, según él, por una fuerte represión política y la existencia de presos por motivos ideológicos.
La solicitud fue formulada en reiteradas ocasiones a través del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. González envió "una larga explicación" de su visión sobre el conflicto venezolano, con la esperanza de obtener una respuesta directa del pontífice. Aunque no recibió una contestación personal, encontró en un posterior comunicado de la Santa Sede una referencia implícita a sus preocupaciones: el texto hacía un llamamiento a superar la crisis con especial atención a los presos políticos y a la represión existente.
A pesar del gesto diplomático del Vaticano, González expresó su decepción ante lo que considera una postura poco comprometida por parte de Francisco. "Mi sentimiento fue que nunca se mojaron suficientemente, a mi juicio, y ese sentimiento personalmente me dolía, pero no alteraba mi relación con él", subraya el exmandatario.