El exjugador de baloncesto de la NBA Dennis Rodman aterrizará este martes en Pyongyang, en su segunda visita a Corea del Norte, y en la que, según destacó a medios extranjeros, "no me han prometido nada" sobre la liberación del ciudadano de EEUU Kenneth Bae, preso en ese país.
En sus declaraciones en el aeropuerto de Pekín, vía usual de tránsito hacia Corea del Norte, el deportista enfatizó que el mandatario norcoreano, Kim Jong-un, es "un gran amigo". La semana pasada Rodman había indicado en una entrevista que podría buscar la puesta en libertad de Bae, aunque en esta ocasión indicó que "no me han prometido nada" en este sentido.
"Sólo voy a ver a mi amigo el líder Kim para lanzar una nueva liga de baloncesto" declaró Rodman, de 51 años, y quien agregó que con su viaje "intento mantener la comunicación". El dictador norcoreano ha sido noticia esta misma semana cuando se descubrió que había mandado asesinar a su exnovia.
El gran amigo Kim
Esta es la segunda visita que el jugador hace al país norcoreano, donde ya estuvo a finales de febrero pasado. Entonces se trasladó junto al equipo acrobático de baloncesto Harlem Globetrotters para grabar un documental y mostrar a los norcoreanos, a través del deporte, que EE. UU. no es su enemigo, según explicó en aquella ocasión un portavoz de la productora estadounidense encargada del reportaje, Vice Media.
La misma compañía enfatizó entonces que la visita pretendía mantener los intercambios culturales a pesar de la tensión que existe entre Washington y Pyongyang.
Kim Jong-un, cuya edad se calcula en 29 ó 30 años, es un fan del baloncesto y de la NBA según los expertos, que aseguran que uno de los ídolos de este joven dirigente educado en Suiza es Michael Jordan, el legendario jugador de los Chicago Bulls que años atrás compartió pista con Rodman.
Rodman volvió "entusiasmado" de su primera visita a la dictadura comunista de Corea del Norte y más aún después de reunirse con Kim al que definió como una buena persona, aunque sin aprobar la violación de los derechos humanos que existe en el país.
El caso de Bae
Bae, un estadounidense de origen coreano afincado en China, fue detenido el 3 de noviembre de 2012 después de entrar en la ciudad de Rason (noreste de Corea del Norte) junto con otros cinco turistas.
Entonces, el régimen norcoreano afirmó que Bae era un cristiano evangelista que había intentado introducir material "incendiario" en el país. En mayo, el estadounidense fue condenado a 15 años de trabajos forzados por supuestos crímenes no especificados contra el Estado comunista.
Días después de su condena, el régimen norcoreano enfatizó que no tiene intención de "invitar a nadie de EEUU" para tratar su liberación.