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El conmovedor testimonio de un misionero español desde el epicentro del ébola

El misionero José Luis Garayoa lleva años en Sierra Leona y en esRadio ha contado su labor y los problemas que trascienden al ébola.

Entrevista con José Luis Garayoa

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El misionero José Luis Garayoa lleva años en Sierra Leona y en esRadio ha contado su labor y los problemas que trascienden al ébola.
El misionero agustino, José Luis Garayoa

El ébola ha sido únicamente considerado un problema global cuando sus efectos mortales han comenzado a rozar a Occidente. Sin embargo, numerosos misioneros se han dejado la vida de manera entregada para luchar contra la enfermedad y para que al menos si no pueden superarla puedan tener una muerte digna.

Uno de estos héroes anónimos ha contado su experiencia en Es la Tarde de Dieter de esRadio. Se trata del agustino José Luis Garayoa, un misionero que lleva años en Sierra Leona y que incluso ha llegado a ser secuestrado por defender a los más débiles.

El agustino navarro explica cuáles son las dificultades socio-políticas a las que se enfrentan y ha afirmado que si se puede destacar algún aspecto positivo de la epidemia de ébola en África es que "llevo diez años peleándome y jugándome la vida contra la mutilación genital femenina y el ébola la ha frenado. Por miedo al contagio se ha frenado". Esto es algo, según ha explicado, que no ha conseguido frenar ni la malaria, a pesar de haber producido muchísimas más muertes, o la desnutrición...

Amigo de Manuel García Viejo, el misionero que falleció en Madrid por el ébola, Garayoa dice que "no vino a hacer turismo humanitario como hacen algunos para hacerse fotos y subirlas a Facebook" y destacó de él su entrega no porque fuera misionero ya que según indicó "tengo un santoral completito de ateos", gente que se ha quedado en África, médicos y enfermeros que siguen jugándose la vida. "Son ateos declarados pero yo les digo...rogad por nosotros".

Este misionero destacó además la importante contribución de la gente, por pequeña que sea, para luchar no sólo contra el ébola sino contra todos los males que asolan África. "Yo no soy un mago que se saca del sombrero los milagros. Te sorprendería ver la cantidad de niños que venían a morir desnutridos y gracias al milagro de la solidaridad han sobrevivido, son pequeños niños milagros".

Por ello, José Luis tiene que claro cómo hay que hacer las cosas. "Yo siempre digo, vamos a rezar pero a la vez vamos a hacer", dijo para añadir que desde el mismo epicentro de la enfermedad "llevamos celebrando las eucaristías, que no son de media hora para tomarte el vermut, y estamos pidiendo por Teresa Romero para que Dios la salve". "Tenemos fe, rezamos e intentamos hacer todo lo posible", sentenció.

De este modo, este misionero agustino que primero tras su secuestro en 1998 donde veía como cortaban manos y pies y ahora con la epidemia de ébola dice que mira al cielo y le dice a Dios: "esto me lo tienes que explicar". Para explicar esta frase afirma que "por eso creo en Dios, si no me volvería loco...viendo todo esto, sin fe me volvería loco. Qué sentido tendría que me esté matando si realmente no vale para nada, si no hay otra vida, si no hay un cielo para los niños que están viviendo en el infierno".

Conociendo como pocos el continente africano, Garayoa asegura que "llevamos mucho tiempo desde la Conferencia de Berlín, donde nos repartimos África y desde entonces nos la seguimos repartiendo, se ve como una fuente de ingresos". Por ello, cree que "si la gente nos mirase a los seres humanos como a los minerales esto se arreglaba pronto".

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