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Un grupo de cristianos chinos llevan un mes en el tejado de su iglesia para defender la cruz

Ante la amenaza de que el gobierno retirase la cruz en su campanario los fieles de una iglesia china llevan desde julio subidos al tejado.

Ante la amenaza de que el gobierno retirase la cruz en su campanario los fieles de una iglesia china llevan desde julio subidos al tejado.

Una veintena de creyentes cristianos llevan un mes subidos en el tejado de una iglesia de la ciudad de Huzhou, en la provincia oriental china de Zhejiang, para evitar que las autoridades retiren la cruz del campanario, según la información de la ONG de derechos humanos China Aid de la que se hace eco Efe.

El grupo de protesta, que el miércoles vio cómo la policía militar china rodeaba la Iglesia Jinjiaer con la intención de desalojarla y retirar la cruz, ha pasado día y noche el tejado desde principios de julio, cuando sus miembros emitieron un comunicado en el que prometieron defender el recinto religioso.

Los manifestantes se han ido turnando las últimas semanas en el tejado, y algunos de ellos han llegado a amenazar con saltar al vacío si el gobierno local continúa con sus planes de retirar la cruz.

Siete detenidos

Las autoridades han detenido al menos a siete de ellos, pertenecientes a una comunidad protestante denominada Amor Sagrado, mientras que los que continúan en lo alto están cada vez más débiles a causa del fuerte calor, la humedad y las duras condiciones de la acampada, señalaron portavoces del grupo.

La protesta se produce en un momento de intensa campaña de retirada de cruces públicas por parte de las autoridades de Zhejiang, una de las provincias de China con mayor número de comunidades cristianas protestantes.

El gobierno provincial defiende que la retirada de estos símbolos, que ya comenzó el pasado año, se debe únicamente a razones de seguridad, mientras que grupos cristianos aseguran que se trata de un ataque a la libertad religiosa.

Se calcula que en China hay unos 60 millones de creyentes, aunque más de la mitad de ellos -unos 37 millones- se agrupan en congregaciones no afiliadas al Gobierno, por lo que en no pocas ocasiones son perseguidos.

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