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Las islas donde tienes que adelantar el reloj 45 minutos y otras curiosidades horarias

China, un inmenso país con hora única. Moteles de carretera con hora propia. El mundo de los husos horarios está lleno de rarezas.

China, un inmenso país con hora única. Moteles de carretera con hora propia. El mundo de los husos horarios está lleno de rarezas.
El tiempo es maleable, oiga. | Salvador Dalí

Pese a lo que pudiera pensarse, en el mundo hay bastantes más de 24 zonas horarias. Es más, entre la primera y la última por orden cronológico hay más de 24 horas de diferencia. En total son 39 zonas horarias oficiales diferentes, más alguna no oficial, con un recorrido total de 26 horas. Es decir, la diferencia horaria entre el lugar más avanzado cronológicamente (el primer en entrar en cada nuevo día) y el lugar más rezagado es de 26 horas. Ligeramente antiintuitivo teniendo en cuenta que un día dura 24 horas, pero así es el extraño mundo de la hora oficial.

Empecemos por el principio. Una brevísima historia de la hora oficial. Hasta hace poco más de siglo y medio cada pueblo, aldea, ciudad o lugar habitado en general se regía por su propia hora local, u hora solar media. En general esto tenía muy poca importancia porque el viaje de las personas y las informaciones se desarrollaba a una velocidad más bien lenta y unos minutos de diferencia daban exactamente lo mismo. Pero entonces apareció el tren, y con él los horarios del ferrocarril, que ya requerían una cierta coordinación temporal. Con el telégrafo y su comunicación instantánea se hizo más que necesaria una uniformización temporal. La primera vino de la mano de las compañías ferroviarias británicas, que adoptaron el Railway Time (la "hora del ferrocarril") en 1840, basándose en la hora de Greenwich (el famoso GMT). Soluciones similares se adoptaron en otros países, como EE.UU. o Alemania. De forma extraoficial todo el Reino Unido había adoptado la hora de Greenwich hacia 1850, algo que se oficializó treinta años más tarde, en 1880. En 1884, y a propuesta del presidente de EE.UU. Chester Arthur, se celebró la Conferencia del Meridiano en Washington, en la que se tomó como referencia para la hora de todo el mundo el Meridiano de Greenwich. Esto, por cierto, implicó la creación de un "antimeridiano" al otro lado del mundo, en el 180, que quedó establecido como Línea Internacional de Cambio de Fecha.

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Reloj de precisión del Real Observatorio de Greenwich, fuente original de la hora oficial. | Flickr/CC/eGuide Travel

La línea de cambio de fecha, pues, se corresponde en teoría con el meridiano 180, algo muy cómodo porque en toda su extensión apenas cruza zonas habitadas. En la práctica, sin embargo, la línea zigzaguea para esquivar las tierras emergidas (las que cruza el meridiano 180, en Rusia y en una de las islas de Fiyi) y también para adaptarse a las decisiones de algunos estados. Esta es la razón por la que hay 26 horas de diferencia y no 24 entre el primer y el último huso horario, como veremos más adelante. No todo el mundo aceptó inicialmente la hora de Greenwich como referencia; Francia y sus colonias siguieron usando la de París, 9 minutos y medio por delante de la de Londres. Pero la mayoría de los países sí, aunque cada uno a su manera. Veamos algunas rarezas horarias por el mundo.

Kiribati es un estado archipielágico compuesto por 33 atolones de coral y una isla volcánica, esparcidos todos ellos por un área de más de tres millones y medio de kilómetros cuadrados de Océano Pacífico, que abarcan tres husos horarios diferentes pese a que suman apenas 811 kilómetros cuadrados y algo más de cien mil habitantes. Cuando el país se independizó del Reino Unido Kiribati consistía fundamentalmente en las Islas Gilbert, pero tras la independencia en 1979 se adquirieron a EE.UU. las Islas Fénix y las Islas de la Línea, situadas al este cruzando el meridiano 180, lo que convirtió a Kiribati en el único país situado permanentemente en dos días distintos. Es fácil imaginar lo problemático que era. Los trámites entre oficinas gubernamentales o los negocios sólo se podían hacer cuatro días por semana (los otros tres eran fin de semana en alguna parte del país) y la televisión pública retransmitía la misa dominical dos veces por semana. Un follón.

Así que en 1994 decidieron cortar por lo sano e inventarse por las bravas dos husos horarios más, el UTC+13 y el +14 (es decir, 13 y 14 horas por delante de la hora en Greenwich). De esta manera no sólo consiguieron tener a todo el país en la misma fecha sino que de rebote ampliaron el día en dos horas y movieron un par de miles de kilómetros hacia el Este la línea de cambio de fecha. Para mover las zonas del país de sus husos horarios antiguos (UTC-11 y -10) simplemente eliminaron el 31 de diciembre de 1994, pasando del 30 de diciembre al 1 de enero de 1995 con total normalidad. Como los lectores de Fronteras recordarán, Samoa hizo exactamente lo mismo hace un año, omitiendo el 30 de diciembre de 2011 para situarse en el huso horario UTC+13 (que en el verano austral se convierte en +14, siendo por eso Samoa y Kiribati los primeros países en ver el nuevo día).

Las pequeñas islas del Pacífico tienen sus cuitas espaciotemporales, pero la isla más grande del mundo tampoco se queda corta. Groenlandia tiene más de dos millones de kilómetros cuadrados de superficie y poco más de cincuenta mil habitantes repartidos en un puñado de pueblos diseminados por la costa. Toda la isla usa como estándar el huso horario UTC-3 excepto dos pueblos y una base aérea. El pueblo de Qaanaaq, junto con la base aérea norteamericana de Thule, situados al noroeste del país y que conjuntamente suman unas 1.200 personas , utilizan el UTC-4, mientras que el remotísimo y aislado pueblecito de Ittoqqortoormiit (se pronuncia como se escribe, o sea, raro: itːoqːɔʁtɔːʁmiːt), situado en la costa este y que apenas cuenta con 500 habitantes, tiene como hora oficial UTC-1. A esto hay que añadirle la estación meteorológica de Danmarkshavn, situada en el Parque Nacional del Noroeste de Groenlandia, y con apenas ocho empleados gubernamentales desplazados allá. Teniendo en cuenta que la red de carreteras de Groenlandia es sólo un poquito mayor que la de Marte, y que la población afectada es más bien poca, no supone mucho problema la convivencia de cuatro husos horarios distintos para una población tan pequeña.

La mayoría de los husos horarios se miden en horas completas por encima o por debajo de la hora de Greenwich, pero hay unos cuantos países y regiones que, por diversas razones, prefieren usar múltiplos de media hora. Entre ellos están, por ejemplo, la India (UTC+5:30), Birmania (+6:30), Venezuela (-4:30), la isla canadiense de Terranova (-3:30), el estado de Australia Meridional (+9:30) o las Islas Marquesas (-9:30). En el caso de la India se debe al uso por parte de los ingleses del Meridiano de Hyderabad para los horarios de los trenes, pero cada zona tiene su razón. Pero todavía hay quien va más allá y mide su diferencia horaria en cuartos de hora. Es el caso de Nepal, cuya zona horaria es UTC+5:45, cinco horas y tres cuartos sobre la hora de Londres, y un cuarto de hora sobre la de la India. La hora oficial, que se fijó en 1956, se basó en el meridiano que pasa por el Gauri Sankar, una montaña a unos 100 km al este de Katmandú, y que se consideró que representaba mejor el centro de gravedad poblacional nepalí que el Everest, que era la primera opción.

Nepal no es el único lugar que fija su hora en un múltiplo de cuarto de hora. Existe un territorio neozelandés, las Islas Chatham, cuya hora oficial es UTC+12:45 durante el invierno austral, y una hora más en el verano. Nueva Zelanda fijó su hora oficial en 1945 en GMT+12, incluyendo a las Chatham en ese horario. Por alguna razón desconocida, los isleños, de forma no coordinada, empezaron a adelantar sus relojes 45 minutos respecto a las dos islas principales de Nueva Zelanda, algo de lo que informaron los marinos que circulaban entre los dos archipiélagos. En 1955 se celebró un referéndum para que los habitantes de las Chatham decidieran su huso horario, y ganó por abrumadora mayoría (35-2, las islas no están demasiado pobladas) el pasar de forma oficial al huso en el que se encuentran actualmente. Cuando Nueva Zelanda adoptó el horario de verano en 1974 también lo adoptaron las Chatham, que en el verano austral se sitúan en el huso horario +13:45. Y así tenemos que hay 700 personas en el Océano Pacífico con su propio huso horario. Quien piense que es la zona horaria menos poblada del mundo, eso sí, se equivoca.

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Esto es Mundrabilla. Todo él, quiero decir. | Wikipedia/CC/Nachoman-au

Existe un tercer lugar que comparte la misma rareza de las Chatham y Nepal, y es Australia. Bueno, un trocito muy pequeño de Australia, para ser exactos. El estado de Australia Occidental usa habitualmente el huso horario UTC+8, pero en la esquina inferior derecha de su inmensa superficie hay un pedacito de territorio poblado por irreductibles que, por la razón que sea, usan el huso +8:45. Se trata de cinco pueblos de la Llanura de Nullarbor (del latín: "sin árboles", para que no haya sorpresas) a lo largo de la Eyre Highway, carretera que los lectores de Fronteras más veteranos recordarán como poseedora de la recta más larga del planeta. Aunque llamarlos "pueblos" es más que optimista. Caiguna, Border Village, Madura, Mundrabilla y Eucla, que así se llaman los cinco lugares, no son más que una serie de moteles de carretera en mitad de la más profunda de las nadas, separados entre sí por entre 60 y 200 kilómetros, y a los que el servicio postal australiano asignó un código postal propio. Bueno, pues esa gente tiene su huso horario propio y tú no. Chincha. En cualquier caso, aunque es una zona horaria reconocida internacionalmente, señalizada en los mapas y guías y de uso generalizado entre los (más bien escasos) habitantes de la zona, no dispone de respaldo oficial, lo que no impide que siga en uso. Al fin y al cabo, a quién demonios le importa lo que suceda en polvoriento tramo de carretera australiana donde no vive casi nadie…

¿Y qué hora es en la Antártida?

El primer lugar del mundo en ver cada nuevo día es el archipiélago de las Islas de la Línea, que pertenece a Kiribati, y también Samoa durante el verano austral, pero, ¿cuál es el último? Hay dos respuestas para esta pregunta. Por un lado están Niue, un territorio que pertenece a Nueva Zelanda, y la Samoa Americana, una dependencia de Estados Unidos, situados ambos en la zona horaria UTC-11, es decir, 25 horas por detrás de Kiritimati y el resto de las islas del huso horario +14. Se da el caso de que las dos Samoas, la americana y la independiente, están separadas por apenas ciento cincuenta kilómetros de mar, pero por 25 horas de diferencia horaria, lo que permite, por ejemplo, celebrar el año nuevo en dos días consecutivos. Más allá están las Islas Howland y Baker, dos islotes bajo soberanía norteamericana situados en la zona horaria -12, la última del mundo, pero deshabitados desde 1942, cuando fueron bombardeados por la aviación japonesa en la II Guerra Mundial. Estados Unidos posee territorios en muchos husos horarios, pero hay un lugar que, en teoría, los tiene todos: la Antártida.

Decía que en teoría los tiene todos porque en realidad no es así. Como ya se ha comentado, los husos horarios son una convención internacional que se aplica en los territorios administrados por un Estado. En la Antártida, sin embargo, no hay una administración reconocida, y además hay una inmensa cantidad de territorio que nadie reclama, por lo que la hora oficial es, bueno, ninguna, aunque por convención se suela mencionar la de Greenwich. Ahora bien, sí que hay una serie de bases científicas esparcidas por la inmensidad blanca, y allí sí que usan hora oficial. Normalmente, la del país de origen de la base, pero no siempre. La base del Polo Sur, la Amudsen-Scott, utiliza el huso horario principal de Nueva Zelanda (UTC+12) desde que la mayoría de los suministros llegan desde el aeropuerto de Auckland. En total hay diez husos horarios, sin contar el de Greenwich, algunos de los cuales utilizan horario de verano (incluido el del Polo Sur), algo un pelín absurdo teniendo en cuenta que en verano en el polo el sol no se pone ni una sola vez, pero por cuestiones administrativas y logísticas se hace así, lo que afecta a la comunicación entre bases.

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No, no estás en 24 zonas horarias a la vez. | Wikipedia/Bill Spindler

En la Antártida hay diez horas distintas, pero no es un país. ¿Cuál es el país con más horas distintas en su territorio? Como pasa a veces, hay más de una respuesta. Depende de lo que consideremos como territorio, si la parte integral de un estado o también sus dependencias. En el primer caso, el ganador es Rusia, con nueve zonas horarias, seguido de Estados Unidos y Canadá con seis cada uno. Hasta hace dos años, de hecho, Rusia tenía once zonas horarias diferentes, pero una modificación de la hora oficial que situó a todo el país en un permanente horario de verano (es decir, adelantaron una hora la ídem oficial) se combinó con la eliminación de dos zonas horarias, la hora de Samara y la de Kamchatka, que se subsumieron en las zonas horarias de Moscú y Magadán, respectivamente.

Si además del territorio principal contamos las dependencias y los vestigios del colonialismo, el tercer puesto del podio lo ocupa el Reino Unido, con ocho zonas horarias para todas sus posesiones, de Pitcairn a Gibraltar y de Akrotiri a Montserrat (por favor, haced como que no habéis visto que he enlazado cuatro entradas de Fronteras consecutivas en un acto de autobombo extremo). En segundo lugar se encontraría Estados Unidos, con nada menos que once zonas horarias habitadas (las seis principales más Puerto Rico, Guam, la Isla de Wake, Samoa y los atolones de Midway y Palmira) y dos deshabitadas, incluidas las islas Howland y Baker de las que hablábamos en el primer párrafo). Y la medalla de oro se la llevaría Francia, con doce zonas horarias habitadas y otra más en la Antártida.

El otro día vimos algunos husos horarios poco frecuentes, como los de Nepal, las Chatham o los moteles de carretera de Australia. Son rarezas dentro de un mundillo, el de la hora oficial, que más o menos está homogeneizado. Ahora bien, esto es así de forma más bien reciente. Hasta las guerras mundiales en el mundo sobrevivieron muchos horarios propios de cada país que sólo invasiones extranjeras o intereses económicos modificaron. Por ejemplo, Francia mantuvo como hora oficial GMT+00:09 (nueve minutos por encima de la hora de Greenwich) hasta 1912. La isla de Irlanda mantuvo como hora oficial GMT-00:25 hasta 1916 (siendo todavía parte del Reino Unido toda la isla). Los Países Bajos mantuvieron GMT+00:20 hasta que a Hitler le dio por invadir el país. La India tuvo dos zonas horarias hasta que la Hora de Bombay, definida como GMT+4:51, desapareció y todo el país adoptó el horario actual (+5:30). Y el último país en abandonar una hora más bien extraña fue Liberia, que hasta 1972 seguía usando como hora oficial la del Meridiano de Monrovia: UTC-00:44.

Cuando dar un paso es cambiar tres horas el reloj

En los países con un territorio continental grande existen fronteras temporales internas, en las que se cruza de una zona horaria a otra sin salir del país. Sin embargo, es mucho más común cambiar de hora al cruzar una frontera, con la salvedad de que en muchas ocasiones el viajero no debe adelantar o retrasar el reloj una hora (como pasa, por ejemplo, al cruzar de España a Portugal), sino dos. O más. Veamos las fronteras horarias más desiguales del mundo:

El movimiento de Rusia al horario de verano permanente ha provocado precipicios horarios de dos horas con los países de Europa del Este que no seguían el horario de Moscú, como las Repúblicas Bálticas, Noruega o Ucrania. Pero el caso ruso es especial porque dentro de su propio país hay no uno, sino cuatro límites horarios separados por dos horas, entre las horas de Moscú, Ekaterimburgo, Krasnoyarsk, Yakutsk y Magadán. Los límites entre esas zonas horarias se encuentran todos ellos, eso sí, en mitad de la prácticamente deshabitada Siberia Ártica, por lo que no suponen ningún tipo de problema. También encontramos saltos de dos horas entre Turquía y las repúblicas del Caúcaso (Armenia y Azerbaiyán) o entre Polonia y Bielorrusia o el enclave de Kaliningrado. En África, los saltos de dos horas se producen entre Chad y Sudán, y también entre la República Centroafricana y Sudán del Sur.

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Aquí son las doce. En el pilón verde y rojo de ahí enfrente, las dos. Mola. | Wikipedia/CC/Yarl

Pero también hay saltos temporales fronterizos de más de dos horas. Y casi todos ellos están en algún punto de las fronteras de China. En lo que respecta a la hora oficial China es una rareza única en el mundo. El país abarca nueve millones y pico de kilómetros cuadrados (más o menos lo mismo que EE.UU.) y se extiende a lo largo de seis husos horarios teóricos, pero todo el país usa la hora de Pekín desde el triunfo de la Revolución, allá por los años 40. Esto no sólo conlleva usos (sin hache esta vez) horarios tales como comer a las cinco de la tarde en el Tíbet o a las 11 de la mañana en las zonas orientales de la Mongolia Interior, sino saltos horarios fronterizos extremos; prácticamente toda la frontera china limita con territorios de otra zona horaria. Dos horas de diferencia con Bután, Kazajistán o la República de Sajá, en Rusia. Con Nepal, dos horas y cuarto, un cuarto de hora más con la India. Nada menos que tres horas con Pakistán, Tayikistán o la zona horaria rusa de Vladivostok, y el récord mundial absoluto, 3 horas y media con Afganistán a través del corredor de Wakhan. En cualquier caso, el corredor es una zona poco poblada y muy montañosa, cuya frontera con China permanece cerrada la mitad del año. Una última curiosidad: el mayor salto horario dentro de un mismo país es de tres horas y se da en Groenlandia, entre la hora estándar de la isla (UTC-3) y la estación meteorológica de Danmarkshavn (población: 8), que usa la hora de Greenwich.

Como bien saben los lectores más acérrimos de Fronteras, donde hay fronteras hay trifinia. O sea puntos donde se cruzan tres fronteras. Y de eso también hay bastante en su versión temporal. Hay unos cuantos puntos en el planeta donde dando vueltas alrededor se puede no sólo cruzar por tres países, sino por tres horas oficiales distintas. Mis favoritos, por lo fácil que es encontrar fotos y porque puedo soñar con visitarlos algún día, son los de Rusia con Finlandia y Noruega, y también con Ucrania y Bielorrusia. Pero hay muchos más. El mítico punto donde confluyen China, Rusia y Corea del Norte (vaya tres patas para un banco) es un cruce de tres zonas horarias distintas (+ 8, + 9 y +11). De hecho casi todas las triples fronteras de China son tripoints horarios.

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