La visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, ha desatado la cólera de la dictadura china. Tras iniciar maniobras militares en las proximidades de la isla, Taiwán ha denunciado que China también ha invadido su espacio aéreo con un total de 21 aviones. Según el Ministerio de Defensa taiwanés, habrían cruzado la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) diez cazas J-16, ocho cazas J-11, un avión de control y alerta temprana aerotransportado KJ-500, un avión de reconocimiento Shaanxi Y-9 y un Shaanxi Y-8.
La Fuerza Aérea taiwanesa, en respuesta, habría mandado una patrulla aérea y ha intensificado la vigilancia de sus misiles antiaéreos. El Gobierno de Taiwán, además, ha detallado que los ejercicios militares del gigante asiático en la zona continuarán hasta el próximo 7 de agosto y emplearán fuego real: "El Ministerio de la Defensa Nacional ha fortalecido sus alertas, y responderá adecuadamente a su debido tiempo".
"El Ejército Nacional se mantendrá firme en sus puestos y protegerá la seguridad nacional: Siéntase tranquilo y apoye al Ejército con un solo corazón", indican en un comunicado dirigido a la población, en el que acusan a China de intentar "socavar unilateralmente la paz y la estabilidad de la región" con una "intimidación militar" que busca "disuadir la psicología del pueblo taiwanés".
Desde Estados Unidos, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ha asegurado que Estados Unidos está preparado responder: "Hemos dicho que nos oponemos a cualquier cambio unilateral del 'statu quo' por cualquiera de las partes. Hemos dicho que no apoyamos la independencia de Taiwán (...) Estados Unidos no lo hará y no lo hace, no buscará y no quiere una crisis. Pero estamos preparados para manejar lo que Pekín decida hacer", ha asegurado Kirby, según un comunicado de la Casa Blanca. En la nota, Kirby ha instado a China a no convertir la visita de Pelosi en un pretexto para aumentar la actividad militar en el estrecho.
El gigante asiático considera a Taiwán como su provincia rebelde, pese a que la isla ha declarado su independencia y cuenta con el respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea.