Es sin duda la imagen que el presidente Xi Jinping quería que las cámaras captaran y así ha sido. Poco después de que la prensa accediera al gran salón, donde se celebraba la clausura del XX Congreso del Partido Comunista Chino, dos bedeles del régimen irrumpían en el acto para acercarse al expresidente Hu Jintao al que han invitado a levantarse y abandonar la sala.
Una expulsión que no esperaba el antecesor de Xi Jinping que, sin éxito, ha intentado resistirse por lo que finalmente ha sido expulsado a la fuerza. De nada han servido las breves palabras que cruzaba con el actual líder comunista que permanecía impasible en su silla sin dirigirle la mirada.
Llamativo ha sido también el tirón de chaqueta que recibía por detrás el presidente de la Asamblea Nacional y número tres del régimen comunista, Li Zhanshu, cuando se disponía a levantarse para interceder. Una pretensión que ha frenado el seco Wang Huning, número cinco del régimen de Xi Jinping, que con su gesto de tirarle de la chaqueta ha dejado claro que no debía entrometerse.
Ante el desprecio de Xi, Hu Jintao se marchaba finalmente escoltado, no sin antes posar su mano sobre el hombro del primer ministro, Li Keqiang, quien fuera su favorito a sucederle en el cargo hace una década.
Early drama: Hu Jintao seen being led out soon after reporters are led into the main hall pic.twitter.com/pRffGZF60I
— Danson Cheong (@dansoncj) October 22, 2022
Un incómodo incidente que ha sido captado por las cámaras que ya estaban presentes en la sala de plenos del Gran Palacio del Pueblo y que, a falta de confirmación oficial, se podría interpretar como la posible purga política de la facción del expresidente comunista.
Lo cierto es que ha tenido lugar además después de que en su discurso de apertura Xi fuera muy crítico con la década de mandato de su antecesor. "Hace una década hubo avances pero también una serie de problemas que demandaban una acción urgente. Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistía en muchos lugares y departamentos. Los privilegios eran un problema y se encontraron algunos casos chocantes de corrupción", decía.
Ante ello la maquinaria de propaganda del Gobierno chino no ha tardado en ponerse a funcionar. La prensa del régimen y algunos observadores se han apresurado a señalar que la expulsión obedecería al posible malestar físico de Hu Jintao que estaría indispuesto.
Purgado también de las redes
Una teoría que no se sostiene habida cuenta de que el expresidente chino ha sido purgado también de las redes. Media hora después del incidente, las búsquedas en las redes sociales chinas relacionadas con el exmandatario comunista que dirigió el país entre 2003 y 2013 eran historia y apenas mostraban algún resultado antiguo.
En la red Weibo, que es el equivalente a Twitter que está censurado en China, la publicación más reciente en la que se puede encontrar el nombre de Hu Jintao es del día 18 de octubre y obedece a la mención de una cuenta que cita unas palabras del político chino sobre desarrollo económico. A partir de ahí el nombre del ex líder chino no vuelve a aparecer en la red más allá de las referencias a su presencia en la inauguración del Congreso del Partido Comunista Chino.
Si realizamos la misma búsqueda en la red Baidú, principal buscador chino, el resultado más actual apunta a la información del Congreso donde aparece su nombre tan solo en un pie de foto.
Lejos de ello en las redes sociales occidentales el escarnio público que el régimen de Xi Jinping ha dispensado al expresidente chino ocupa un lugar destacado .
Ni un voto en contra
Finalizado el espectáculo, ni uno de los 2.300 delegados del Partido Comunista Chino se ha salido del guion y todos han alzado su brazo para dar luz verde a las enmiendas propuestas por el mandatario chino.
Xi Jinping ha clausurado así el Congreso del único partido del régimen con "La Internacional" como colofón y coronado como el líder más poderoso desde Mao.
A su lado se ha mantenido la silla vacía de Hu Jintao como muestra del poder absoluto que Xi Jinping ostenta en el gigante asiático y que, de confirmarse la purga del expresidente, ejercerá en el Partido Comunista Chino al menos los próximos 5 años.