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Análisis forense del caso Daniel Sancho: lo que nos dicen los restos de Edwin Arrieta

El forense especialista en identificación humana Ricardo Ortega analiza las pruebas del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano para LD.

El forense especialista en identificación humana Ricardo Ortega analiza las pruebas del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano para LD.
Daniel Sancho en el hotel de Koh Phangan en el sucedieron los hechos. | EFE

El cocinero español Daniel Sancho, acusado del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta en la isla de Koh Phangan, sólo parece tener una opción: reconocer los cargos que se le imputan, si quiere librarse de la pena capital. Al menos eso es lo que sostuvo el número 2 de la policía tailandesa, Surachate Hakparn -más conocido como Big Joke-, en la entrevista que concedió a Telecinco el pasado 13 de septiembre.

El general no dejó lugar a dudas: "Yo digo y aviso: si Daniel va a los tribunales y niega los cargos, se enfrentará a la pena de muerte. Pero si se declara culpable, la sentencia será de cadena perpetua. De él depende su futuro". Unas declaraciones que sonaron más a amenaza que a advertencia y que parecen indicar que la condena del español está decidida antes de que se celebre el juicio.

Tailandia sólo quiere cerrar el caso y que se vuelva a hablar del país como el excelente destino turístico que es. Pero cabe preguntarse cómo de contundentes son las pruebas que tienen contra él. De ahí que analicemos este extremo con un experto en la materia, a falta de que la policía tailandesa entregue a la Fiscalía el informe definitivo sobre las pesquisas de la investigación. En cualquier caso poco parece que se hayan reservado para el Ministerio Público, dadas las constantes filtraciones y declaraciones realizadas por distintos mandos policiales.

Por su parte, Daniel podría estar pensando en cambiar su estrategia de defensa. Eso nos hace pensar su reciente decisión de cambiar de abogado tailandés. Aunque el asunto es complicado teniendo en cuenta que el Código Penal del país asiático no recoge atenuantes, sólo condicionantes. Y, para lograr rebajar la condena, tendría que desactivar la acusación de premeditación, que es incompatible con el delito de homicidio (penado con entre 15 y 20 años de cárcel).

El cocinero siempre ha sostenido que Edwin murió a causa de un golpe en la cabeza con la bañera, tras propinarle un puñetazo durante una pelea. Sin embargo, la autopsia concluyó que el cirujano colombiano habría muerto degollado. "Primero se pelearon, según las pruebas en el lugar (del crimen). Daniel le dio un puñetazo, luego el doctor se cayó y se golpeó con el lavabo. Pero no murió en ese momento, sino cuando comenzó a cortarle el cuello", detalló Big Joke.

La abogada Teresa Bueyes, citando fuentes del entorno del hijo del Rodolfo Sancho, desveló que el joven se había quedado "en shock" al conocer la noticia debido a que él estaba convencido de que el colombiano había fallecido por el golpe y -por tanto- ya estaba muerto cuando comenzó a descuartizar su cuerpo. Veamos por tanto qué nos dicen los datos sobre este y otros asuntos con la ayuda de Ricardo Ortega, forense especializado en identificación humana.

Fundamentalmente, la policía tailandesa basa su acusación en: las grabaciones de cámaras de seguridad (que recogieron los movimientos de Daniel hasta su detención), el análisis de los restos del cadáver de Edwin que se han logrado encontrar (entre los que no se encuentra el torso) y la confesión del propio Daniel Sancho (que podría mantener o no en el juicio). Con las imágenes de él comprando útiles y cuchillos en un supermercado sustentan la acusación de premeditación y lo que declare el cocinero en el tribunal está por ver, pero ¿es concluyente el análisis de los restos de la víctima?

El descuartizamiento, ¿lo hizo solo?

Lo primero que se puso en cuestión sobre el descuartizamiento de Edwin Arrieta es si era posible que Daniel Sancho lo hubiera realizado (él solo) en tres horas, como dijo en su confesión ante la policía de Koh Phangan tras su detención -el 5 de agosto-. Tanto es así que, para no dejar cabos sueltos, el propio Big Joke dijo el pasado 13 de septiembre que el joven habría mentido y que "lo hizo durante toda la noche".

En cualquier caso, el experto consultado por LD considera que tres horas eran suficientes para descuartizar un cadáver para una persona que tenga los conocimientos -y herramientas- necesarios. "En tres 3 horas le daba tiempo de sobra una alguien que es cocinero y está acostumbrado a manejar el cuchillo para desmembrar animales", señala Ricardo Ortega. "Muchos animales son más complejos que el ser humano", añade.

Menciona, por ejemplo, los cuadrúpedos. "Nosotros los brazos los tenemos completamente abiertos. Podemos hacer un movimiento de 360 grados, porque no tenemos limitadores. Sin embargo, un caballo o una oveja tienen una serie de unas espículas de hueso, que lo que hacen es proteger la articulación del hombro para que no se abra hacia los lados, que dificultan el proceso", explica.

"Tienes que conocer dónde están los huesos, pero también los músculos y los tendones", argumenta. "Para una persona que está acostumbrada a esto, es relativamente más fácil descuartizar a un humano. Y ahora que dicen que estuvo toda la noche, pues con más motivo", explica. Eso no quita que Sancho hubiera podido recibir ayuda de una tercera persona pero -en ese caso- le extrañaría, dado que no han encontrado ADN de nadie más en la escena del crimen.

¿Es importante que aparezca el torso?

Big Joke ha dicho en varias ocasiones que no necesita que aparezca el torso para dar por cerrado el caso, porque tiene pruebas suficientes para que se condene al cocinero español. Sin embargo, Ortega considera que sería importante y que podría aportar información fundamental para la investigación.

Entre otras cosas, el experto consultado por LD señala que arrojaría luz sobre la supuesta puñalada que Edwin habría recibido, según el testimonio de la policía tailandesa. Se llegó a apuntar como posible causa de la muerte, basándose en la raja que presentaba una camiseta de la víctima.

"Decían que le habían apuñalado en el corazón, pero lo que encontraron fue una camiseta que tenía un corte perfecto y sin manchas de sangre", advierte Ortega. "Tiene más pinta que el apuñalamiento fue sin persona dentro. Es decir, que -por el motivo que fuera- estuvieran discutiendo y lo utilizara como amenaza".

¿Edwin murió degollado?

Respecto a la muerte por degollamiento, como determinó la autopsia, el forense comenta que es una conclusión a la que podrían haber llegado si disponen del "cuello completo, junto con el cráneo". "Depende de a qué altura lo cortó quien lo descuartizó", indica. "Si tiene un corte en el cuello, se puede ver perfectamente en función del tipo de corte".

"Entendemos por degollamiento el paso de un instrumento con filo, generalmente un arma -aunque también podría ser una herramienta de filo, como una hoz o un machete-, que es deslizado por el cuello de una persona o un animal", explica Ortega. "A partir del corte, se puede saber si (Edwin) estaba vivo o no".

La clave está en "cómo ha reaccionado (el cuerpo) cuando se haya pasado el cuchillo por encima de la zona". "No es lo mismo cortar un tejido que está muerto. Está más seco, porque pierde humedad. Y el corte es distinto a otro en un tejido vivo. Éste reacciona, trata de regenerarse lo antes posible para poder evitar el desangre", añade.

Sin embargo, "hay unos momentos en los que se complicaría determinar si estaba muerto o no: el proceso post mortem reciente". "Los seres vivos no mueren inmediatamente, como si se apagara un aparato electrónico, sino que las células pueden aguantar vivas varios minutos. Cualquier trauma que les afecte puede hacer que reaccionen como si hubiera sucedido cuando el individuo aún estaba vivo", explica Ortega.

El tiempo concreto puede variar "en función de las condiciones de salud del individuo, la localización de la zona de impacto o, incluso, de las climáticas, pero no suele llegar a un par de minutos", advierte Ortega, "hay que ser precavidos a este respecto". Pasado ese periodo, "las células empiezan a morir y se acabó, ya no hay tejido reactivo".

No obstante, el experto recuerda que "en una ocasión, trabajando con desaparecidos en conflicto armado, comprobamos que había una fractura en la cadera que se repetía en la mayor parte de los individuos y reaccionaba como si hubieran vivos" y después descubrieron "que se realizaron en los momentos posteriores a la muerte, al arrastrar los cuerpos a las fosas comunes". "Se pudo ver por la forma en la que estaban depositados los cadáveres".

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