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Sigue la masacre en Sudán, ante el silencio del mundo: 460 asesinados en el ataque a una maternidad

Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) asaltan una maternidad en El Fasher, Darfur. La OMS denuncia una masacre con más de 460 víctimas.

Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) asaltan una maternidad en El Fasher, Darfur. La OMS denuncia una masacre con más de 460 víctimas.
Un hospital en Darfur tras haber sido atacado este verano por las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán. | Europa Press

Uno de los conflictos más largos y crueles de las últimas décadas ha vivido un nuevo y especialmente terrible episodio: más de 460 personas han sido asesinadas, incluyendo pacientes y sus acompañantes, en el Hospital Maternidad Saudí de El Fasher, en la zona de Darfur, tras un brutal asalto de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que mantenían un asedio sobre la zona desde hace año y medio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado el "trágico" balance y su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha denunciado el secuestro de trabajadores médicos en las instalaciones.

El director de la OMS ha exigido el fin "inmediato e incondicional" de todos los ataques contra la atención sanitaria, recordando la especial protección que el Derecho Internacional supuestamente brinda a estas instalaciones. Una protección que se ha demostrado inútil, con más de 1.200 muertos en 185 ataques contra objetivos médicos desde el inicio de esta última fase del conflicto en 2023.

Ante la escalada de violencia indiscriminada y la pasividad de la comunidad internacional, el máximo responsable de la organización ha reclamado a todas las partes un alto el fuego que ponga fin a la sangría en el país africano.

También la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, ha reclamado protección para la población local y un acceso humanitario seguro y sin restricciones.

"Ningún niño está a salvo", ha advertido Russell. Aunque los cortes de comunicación complican conocer la magnitud exacta de la actual violencia, UNICEF estima que "los 130.000 niños y niñas que viven en El Fasher corren un alto riesgo de sufrir graves violaciones de sus derechos", puesto que hay denuncias de secuestros, asesinatos, mutilaciones y violencia sexual.

Por su parte, el jefe del Ejército de Sudán y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, confirmó el lunes que las tropas sudanesas se habían retirado de la capital de Darfur del Norte, un día después de que las RSF anunciaran que habían conquistado esta ciudad, asediada durante un año y medio y sumida en una grave crisis humanitaria a causa de los constantes ataques y los bloqueos a la entrada de ayuda.

Una masacre sin flotillas

La última guerra en Sudán, desatada entre las RSF y las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) lleva ya unos tres años de combates, masacres y el uso de hambre como arma.

Algunos cálculos aseguran que entre fallecidos en combate y los muertos por otras causas directamente relacionadas con el conflicto –hambre, enfermedad, colapso de servicios sanitarios e infraestructuras– podrían haber muerto ya 150.000 personas, aunque otras estimaciones reducen esta cifra a solo 20.000 o 30.000 fallecidos.

La Fiscalía de Sudán, por su parte, ha afirmado este verano en Naciones Unidas que las RSF son responsables de la muerte de más de 30.000 sudaneses y de una larga lista de abusos y violaciones desde que estalló la guerra en abril de 2023.

Además, no solo culpaba a las RSF de las muertes sino también de una serie de abusos que estarían cometiendo en todos los lugares en los que se libran combates, citando violaciones en grupo, esclavitud sexual y desnudez forzada en lo que ha señalado como "una pauta sistemática y preocupante de violencia sexual".

Sea cual sea la cifra total de muertes y el alcance de esos abusos, llama poderosamente la atención el hecho de que este conflicto no ha despertado ninguna campaña internacional de solidaridad: ni los gobiernos ni las ONG que se han movilizado en todo el mundo por Gaza, por ejemplo, han dicho nada sobre lo que está ocurriendo en Sudán, menos aún las organizaciones feministas que han callado ante los estragos de un conflicto que, como vemos, está afectando especialmente a las mujeres.

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