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Pérez-Reverte y la crisis de las embajadas: "No les quepa duda, seremos decapitados"

El escritor Arturo Pérez-Reverte dedicó parte del domingo a comentar a través de Twitter la crisis de las embajadas y la llamada "primavera árabe".

Pérez-Reverte, que ha conocido como corresponsal buena parte de estos países, no tiene una opinión nada favorable sobre ellos y, especialmente, sobre lo que en occidente se ha dado en llamar "primavera árabe", un término que él no tiene tan claro: "Primavera árabe, seguimos diciendo aquí. Cuando lo que viene es el invierno más negro".

Pero el análisis del creador de Alatriste es todavía más pesimista: compara el fenómeno actual con la caída del Sha en los 70, que él vivió en primera persona, y recuerda a "todos aquellos idiotas (en Irán, pero también en España) aplaudiendo a Jomeini" que decían que llegaba la libertad, "una libertad cuya administración se confía a curas. Musulmanes o cristianos, da igual. Curas. Calculen la libertad".

Sin embargo, las palabras más duras las guarda Pérez-Reverte para nuestra propia sociedad, a la que critica incluso con algunas metáforas casi literarias: "Es contradictorio e imposible (y peligroso) disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros".

Las comparaciones no son precisamente muy positivas: "Supongo que la realidad es simple: van a ganar, porque son fuertes, y jóvenes, y tienen hambre, y desesperación, y fe. Y coraje para luchar". Mientras que " nosotros somos viejos, inseguros, demagogos, incultos y cobardes. El niño tiene razón con su pancarta: merecemos ser decapitados", dice en referencia a un niño que en una manifestación en Sydney pedía con su pancarta: "Decapitad a quienes insulten al profeta".

"En algo tiene razón el niño", sigue Pérez – Reverte, "merecemos ser decapitados. Por cantamañanas. Por primaveras", asegura para insistir poco después: "No les quepa duda. Seremos decapitados, tarde o temprano. Y eso no será más que un acto de justicia de la Historia".

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