La información la ha revelado el portal estadounidense Axios, al que cita EFE, que cita tres fuentes que conocerían el contenido de una teleconferencia que organizó Blinken este domingo para coordinarse con los aliados más cercanos de EEUU y tratar de frenar la agresión o minimizarla presionando diplomáticamente a Irán y Hezbolá.
Los ataques serían la respuesta a la eliminación de Ismail Haniya, el líder de Hamás fuera de la Franja de Gaza, que fue víctima de una explosión en la casa en Teherán en la que se encontraba, en un viaje que hacía desde su residencia en Qatar para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán.
Del mismo modo, el presidente Joe Biden se va a reunir este lunes con su equipo de Seguridad Nacional en la Situation Room --la sala de crisis de la Casa Blanca-- para hablar sobre estas tensiones.
La reunión se producirá a puerta cerrada y justo después de una llamada entre Biden y el rey Abdalá II de Jordania, según ha confirmado la Casa Blanca en un comunicado sobre la agenda del mandatario.
Israel no ha reconocido como propia la acción realizada en territorio iraní, pero nadie duda respecto a la involucración del Estado hebreo en los hechos. Además, ha coincidido con otros ataques, sobre todo en el Líbano o en la propia Franja de Gaza, en los que se ha eliminado a terroristas muy relevantes del Hamás y Hezbolá. Eliminaciones estás que Israel sí ha reivindicado.
En cualquier caso, la eliminación de Haniya ha sido una dura humillación para Irán, que ha visto como su seguridad quedaba en entredicho en su propia capital. De ahí que Irán haya amenazado con una dura respuesta que podría concretarse en el ataque sobre el que alerta Blinken.
El temor de la comunidad internacional, que se ha concretado ya en muchos países que han pedido a sus nacionales abandonar el Líbano, es que un ataque de cierto nivel pudiese desatar una guerra total entre Israel y Hezbolá, un conflicto que lleva meses siendo una posibilidad real.
El pasado mes de abril irán ya efectuó el primer ataque de su historia contra Israel, lanzando casi 350 drones y misiles contra Israel, el 99% de los cuales no llegó a impactar en suelo israelí en una acción que pareció más enfocada a tener un impacto propagandístico que a causar un verdadero daño. En esta ocasión es más difícil predecir la naturaleza que puede tener el ataque, si es que llega a producirse.